Obama defiende la democracia ante la plana mayor del r¨¦gimen cubano
El presidente de Estados Unidos pide apertura pol¨ªtica y econ¨®mica para culminar el deshielo
Barack Obama defendi¨® este martes en La Habana, ante la plana mayor del Gobierno cubano, las ventajas de la democracia para aprovechar el enorme potencial de Cuba. El presidente de Estados Unidos dijo que no quiere imponer un cambio, pero pidi¨® al l¨ªder cubano, Ra¨²l Castro, que no tema las cr¨ªticas en su propio pa¨ªs ni la capacidad de los ciudadanos para elegir a sus l¨ªderes. ¡°El futuro de Cuba debe estar en manos de los cubanos¡±, dijo en espa?ol.
Obama hablaba a la nomenclatura, encabezada por Castro, que le escuchaba en la tribuna de autoridades, donde tambi¨¦n se sentaba la bailarina Alicia Alonso, icono de la cultura cubana. Pero el presidente estadounidense quer¨ªa dirigirse sobre todo al pueblo cubano, que pudo seguir el discurso por televisi¨®n.
En el Gran Teatro de La Habana, se produjo uno de estos peque?os milagros que propicia el deshielo entre EE UU y Cuba: ver a un presidente estadounidense formulando, en el coraz¨®n de La Habana, una defensa razonada de la democracia liberal. Pudo hacerlo porque el discurso no va envuelto de un plan para derrocar al gobierno cubano o cambiar de r¨¦gimen, como sucedi¨® en el pasado. Y porque, para las autoridades cubanas estas palabras son un mal menor comparado con los beneficios que puede suponer la apertura hacia el coloso del norte.
¡°He venido aqu¨ª para enterrar los ¨²ltimos vestigios de la Guerra Fr¨ªa en las Am¨¦ricas¡±, empez¨® Obama. Record¨® todo lo que une a los pueblos cubano y estadounidense: la historia de esclavismo, la pasi¨®n por el b¨¦isbol y una cultura que se expresa en La Habana y Miami, capital del exilio y la inmigraci¨®n cubana en EE UU.
Obama explic¨® por qu¨¦, en 2015, decidi¨® normalizar las relaciones con Cuba despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo de enfrentamiento: la pol¨ªtica consistente en aislar a Cuba no funcionaba. Reiter¨® su petici¨®n al Congreso de EE UU para que levante el embargo comercial, el agravio principal de La Habana contra Washington.
Era la tercera y ¨²ltima jornada de la visita de Obama a Cuba, la primera de un presidente estadounidense en activo en 88 a?os. La visita ha sido un ba?o de realismo: el deshielo no es un romance entre EE UU y Cuba; la distancia entre ambos gobiernos y sistemas es enorme; aunque tanto Obama como Castro han aislado los derechos humanos de las conversaciones, la cuesti¨®n es ineludible.
¡°Creo en el pueblo cubano¡±, dijo Obama, tambi¨¦n en espa?ol.
El argumento de Obama es que el intercambio comerciales, personales y de ideas son inmprescindible para el pleno desarrollo de Cuba.
Pero fue m¨¢s all¨¢. Envolvi¨® el mensaje en un tono de modestia: dijo que no quer¨ªa imponer nada, s¨®lo exponer sus ideas. Sin la democracia, el hijo de un negro de Kenia y una blanca de Kansas no ser¨ªa hoy presidente de EE UU, el pa¨ªs de la esclavitud y la segregaci¨®n, dijo. Sin la apertura pol¨ªtica (y econ¨®mica), las oportunidades de los cubanos no se ver¨¢n realizadas del todo.
El presidente de EE UU no deslegitim¨® la revoluci¨®n. Acept¨® que algunos estadounidenses explotaron Cuba antes de la revoluci¨®n de 1959. Y mencion¨® los recelos que en La Habana suscitaban los primeros exiliados. Pero record¨® el dolor que sigue causando la separaci¨®n, un dolor que va m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, y la esperanza en un futuro de reconciliaci¨®n.
Cuando Obama hablaba de democracia, le aplaud¨ªa la delegaci¨®n estadounidense. La mayor¨ªa de la sala reaccion¨® con frialdad. En un momento, mientras hablaba de derechos humanos, Castro conversaba con su ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodr¨ªguez.
Dirigi¨¦ndose espec¨ªficamente a Castro, Obama dijo: ¡°Dado su compromiso con la soberan¨ªa y la autodeterminaci¨®n de Cuba, tambi¨¦n creo que no debe temer las voces diferentes del pueblo cubano, y su capacidad para hablar, para reunirse, y votar a sus propios l¨ªderes."
Cuando termin¨® el discurso, casi nadie aplaudi¨® en la tribuna de autoridades. Ra¨²l Castro palme¨® breve y levemente y despu¨¦s salud¨® a los asistentes, que le aplaud¨ªan a ¨¦l.
¡°?Viva Obama!¡±, dijo, tras escuchar el discurso, Hugo Cancio, empresario que sali¨® de Cuba en los a?os ochenta y hace de puente entre Miami y La Habana.
El presidente elogia la ¡°valent¨ªa extraordinaria¡± de los disidentes
El presidente Barack Obama quiso dejar claro, en su visita a Cuba, que no se olvida ni de los derechos humanos ni de los disidentes. En sus recientes visitas a La Habana, el Papa Francisco ni el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, se reunieron con opositores. Obama mantuvo este martes una reuni¨®n en la embajada de EE UU en Cuba, reabierta este verano, con 13 miembros de la disidencia y la sociedad civil.
La lista de asistentes a la reuni¨®n inclu¨ªa a personalidades detenidas en los ¨²ltimos d¨ªas y en el pasado, y miembros de varios grupos de la oposici¨®n. La Casa Blanca insisti¨® en que elabor¨® la lista sin la interferencia del Gobierno cubano.
¡°Todas las personas en este mesa han demostrado un valor extraordinario¡±, dijo Obama.
El presidente de EE UU explic¨® que su pol¨ªtica en Cuba consiste no s¨®lo en un contacto con el Gobierno cubano y con el presidente Ra¨²l Castro, sino tambi¨¦n con el pueblo cubano. Las reuniones con la oposici¨®n forman parte de este contacto.
¡°Para nosotros se trata de escuchar directamente al pueblo cubano y asegurarnos de que tiene voz y de que sus preocupaciones y sus ideas nos ayudan a modelar la pol¨ªtica de EE UU¡±, dijo Obama.
¡°Mi esperanza es que al escucharlos podamos seguir refinando nuestra pol¨ªtica, de modo que al final el pueblo cubano sea capaz de vivir libre y pr¨®speramente¡±, a?adi¨®.
Los disidentes que participaron en la reuni¨®n son: Augel Yunier Remon, Antonio Rodiles, Juana Mora Cedeno, Jose Daniel Ferrer, Laritza Diversent, Berta Soler, Dagoberta Valdes Hernandez, Guillermo Coco Farinas, Nelson Alvarez Matute, Miriam Celaya Gonzales, Manuel Cuesta Moru, Miriam Leiva Viamonte y Elizardo Sanchez.
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