Turqu¨ªa refuerza sus controles para frenar el tr¨¢nsito de yihadistas a Siria

No hace mucho resultaba bastante simple unirse al Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s). Bastaba contactar con alguno de sus miembros a trav¨¦s de Internet, comprar un billete de avi¨®n a Estambul, tomar un autob¨²s hacia las provincias fronterizas con Siria y cruzar al territorio del autodenominado Califato. Las redes de traficantes, que durante d¨¦cadas han vivido del contrabando entre ambos pa¨ªses, serv¨ªan de gu¨ªa para dar este ¨²ltimo paso y las autoridades turcas, empe?adas en la ca¨ªda del presidente sirio, Bachar el Asad, hac¨ªan la vista gorda a los movimientos de los aspirantes a yihadista; fuesen del Frente Al Nusra ¡ªfilial siria de Al Qaeda¡ª, del ISIS o de cualquier otro grupo islamista radical. Pese a las denuncias de los representantes pol¨ªticos de la oposici¨®n sobre las actividades yihadistas, el Gobierno turco, dirigido por el partido islamista de la Justicia y el Desarrollo (AKP), hac¨ªa o¨ªdos sordos.

Pero todo esto ha cambiado en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n los expertos y fuentes de la lucha antiterrorista europea. De hecho, hace poco m¨¢s de un mes, un militante que se hac¨ªa llamar Abu Hazer Ansari y no ocultaba a nadie su pertenencia a Al Nusra se mostraba contrariado porque las fuerzas de seguridad turcas no le permitiesen regresar a Siria a combatir, despu¨¦s de haberle atendido en un hospital de sus heridas de guerra.

¡°Ha sido un proceso gradual. A finales de 2014, Turqu¨ªa empez¨® a reforzar la seguridad en su frontera¡±, explica Gareth Jenkins, analista del Institute for Security and Development Policy. Desde junio de ese a?o hasta septiembre, el ISIS hab¨ªa mantenido secuestrados a 49 empleados del consulado turco en la ciudad iraqu¨ª de Mosul, lo que, de acuerdo con las autoridades de Ankara, les imped¨ªa tomar represalias contra la organizaci¨®n yihadista. ¡°El ataque suicida de enero de 2015 contra una comisar¨ªa de Estambul hizo entender a los turcos que el ISIS era una amenaza real tambi¨¦n para ellos, as¨ª que el Gobierno comenz¨® a preocuparse por las actividades del grupo¡±, a?ade Jenkins.

Otros dos factores han ayudado a restringir el flujo de combatientes extranjeros a Siria. Uno han sido las presiones occidentales para que Turqu¨ªa se tomase en serio la lucha contra el ISIS, lo que llev¨® a que el pa¨ªs euroasi¨¢tico estableciese lo que han llamado mesas de an¨¢lisis de riesgo en los aeropuertos y entradas fronterizas. En los ¨²ltimos cinco a?os ¡ªaunque mayormente desde 2015¡ª, Turqu¨ªa ha negado la entrada a 38.269 personas por sospechas de que podr¨ªan unirse a grupos armados; otros 3.290 extranjeros presuntamente vinculados al yihadismo han sido deportados a sus pa¨ªses. Adem¨¢s, afirma una fuente de seguridad europea, se ha reforzado mucho la cooperaci¨®n con la polic¨ªa turca, lo que ha llevado a la detenci¨®n de decenas de sospechosos.

La segunda raz¨®n ha sido el progreso de las milicias kurdas YPG en el norte de Siria, las que con el apoyo de la aviaci¨®n y el env¨ªo de armas de Estados Unidos ¡ªuno de los pa¨ªses que m¨¢s ha criticado la falta de control turco en su frontera sur¡ª han logrado arrebatar al ISIS buena parte de su territorio colindante con Turqu¨ªa, incluidas varias poblaciones que serv¨ªan de paso seguro.

Esa ha sido una de las razones por las que Turqu¨ªa se ha convertido en objetivo del Estado Isl¨¢mico, seg¨²n coinciden fuentes del Ejecutivo de Ankara y analistas locales. No en vano, lo mismo ocurri¨® en 2013, cuando los turcos trataron de restablecer cierto control fronterizo y fueron sacudidos por dos de los atentados m¨¢s graves sufridos por el pa¨ªs hasta esa fecha: un veh¨ªculo cargado de explosivos en el paso fronterizo de Cilveg?z¨¹ en febrero (17 muertos) y un doble coche bomba en la localidad de Reyhanli en mayo (52 fallecidos). Todos los ojos se dirigieron hacia grupos yihadistas, pero el Gobierno islamista ¡ªal que la oposici¨®n acusaba de ¡°paquistanizar¡± Turqu¨ªa por su utilizaci¨®n de los islamistas para desestabilizar el pa¨ªs vecino¡ª trat¨® de apartar responsabilidades acusando al r¨¦gimen de Damasco.

En 2015, en cambio, se inici¨® la campa?a de ataques terroristas m¨¢s letal vivida por Turqu¨ªa en su historia. Si bien el hecho de que se dirigiesen hacia el entorno del que entonces se presentaba como uno de los principales adversarios pol¨ªticos del partido gobernante, la formaci¨®n prokurda HDP, hizo sospechar a la oposici¨®n de que el propio Ejecutivo podr¨ªa estar detr¨¢s de los atentados; si no por acci¨®n, por omisi¨®n. Cabe se?alar que la radicalizaci¨®n de los miembros de la llamada ¡°c¨¦lula de Adiyaman¡±, a la que se imputan los ataques de Diyarbakir, Suru? y Ankara del pasado a?o (todo ellos contra congregaciones de partidos izquierdistas y kurdos), hab¨ªa sido denunciada varias veces por sus familias a la polic¨ªa, sin que las autoridades movieran un dedo para detenerlos.

¡°Hemos visto la primera etapa, en la que el ISIS ha atacado a sus enemigos dentro de Turqu¨ªa: los kurdos. Ahora estamos en un segundo nivel: atentados contra turistas, que indirectamente da?an tambi¨¦n a Turqu¨ªa. Y por el momento podemos esperar m¨¢s ataques a objetivos extranjeros en suelo turco, como los que hemos visto en Sultanahmet y la avenida Istiklal¡±, sostiene Jenkins: ¡°Son avisos para que Turqu¨ªa deje de perseguir las actividades del grupo. Pero podr¨ªamos llegar a una tercera etapa: la de que el ISIS comience a atacar directamente a objetivos del Gobierno¡±.