La poderosa narrativa de los fan¨¢ticos
El ISIS ha creado una estructura copiada de su organizaci¨®n enemiga, Hezbol¨¢. Su fuerza reside en la atracci¨®n de su mensaje
En 1989 el grupo chi¨ª liban¨¦s Hezbol¨¢ introdujo un cambio sustancial en su sistema interno que le permiti¨® dejar de ser una milicia para convertirse, un cuarto de siglo despu¨¦s, en la organizaci¨®n pol¨ªtica y militar m¨¢s importante de L¨ªbano, y en una de las m¨¢s influyentes de Oriente Pr¨®ximo. Ante el limitado impacto de los ataques, opt¨® por crear ¨®rganos de direcci¨®n que ya no se ocupaban solo de la lucha armada, si no que interesaban tambi¨¦n por la dimensi¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica del combate en un momento en el que miles de personas se acercaban a sus filas seducidas por la creciente popularidad de sus operaciones. Se mantuvo al Consejo de Shura como m¨¢ximo ¨®rgano de poder, pero se le dot¨® de un secretario general. A la nueva cabeza visible acompa?aban cinco nombres secretos, incluido el jefe del Consejo de Yihad, ¨²nica conexi¨®n del liderazgo pol¨ªtico con el brazo armado, casi aut¨®nomo.
A la reforma se le a?adieron dos tent¨¢culos m¨¢s: un ¨®rgano para la educaci¨®n escolar y otro destinado a la propaganda a trav¨¦s de la televisi¨®n, medio de masas del momento. El objetivo era crear un universo en el que las familias chi¨ªes ¡ªtantos a?os marginadas¡ª sintieran un estado de confort, pertenencia y compromiso que favoreciera la fidelidad y la movilizaci¨®n. La estrategia funcion¨®. Diez a?os despu¨¦s, las tropas israel¨ªes abandonaban derrotadas en el sur de L¨ªbano, sin haber podido penetrar en la tupida red del liderazgo del grupo.
Una de las razones en las que se asienta el ¨¦xito la organizaci¨®n yihadista Estado Isl¨¢mico (ISIS) es haber logrado replicar el sistema de Hezbol¨¢, pese a ser una entidad sun¨ª, creada en un entorno sun¨ª, para defender un ideal sun¨ª que considera herejes y enemigos a los chi¨ªes. Est¨¢ igualmente dirigido por un Consejo de Shura secreto y tiene una cabeza visible: el autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi. A su vera se sit¨²an los consejeros pol¨ªtico, judicial y de la Yihad, y al menos cuatro m¨¢s cuya identidad se desconoce. Todos est¨¢n capacitados para suceder al califa si este fuera eliminado. Al igual que en Hezbol¨¢, solo conf¨ªan en un sistema ancestral de postas para comunicarse, sin tel¨¦fonos m¨®viles ni correos electr¨®nicos. Y al igual que el movimiento armado chi¨ª, la ¨²nica conexi¨®n entre el brazo armado y la c¨²pula es el consejero de Yihad, que tambi¨¦n se beneficia de un potente aparato de propaganda masiva. Un sistema que blinda la direcci¨®n, reduce al m¨ªnimo el impacto de los asesinatos selectivos y prima un segundo objetivo: crear un sentimiento de confort para los sun¨ªes, de identidad, pertenencia y compromiso que favorezca la fidelidad y la movilizaci¨®n.
Pero la estructura por s¨ª sola no explica por qu¨¦ las actuales t¨¢cticas occidentales ¡ªbasadas en ineficaces bombardeos a¨¦reos¡ª est¨¢n abocadas al fracaso. Jacob Olidort, catedr¨¢tico adjunto en la Universidad George Washington, lanz¨® en la revista Foreign Affairs una pregunta esencial: ?en que momento un extremista se convierte en un extremista violento? Y concluy¨® que m¨¢s all¨¢ de los factores pol¨ªticos y econ¨®micos, el problema radica en el arma m¨¢s poderosa de los grupos yihadistas: c¨®mo funciona su ideolog¨ªa. ¡°Es la capacidad que tiene el ISIS de vender y validar su visi¨®n del mundo entre las distintas circunstancias que las comunidades musulmanas experimentan y observan¡±, explica.
En este marco, atacar en Bruselas, Par¨ªs o Lahore no es un fin en s¨ª mismo. Si no que forma parte de una causa: la de defender la ¨²nica interpretaci¨®n que consideran v¨¢lida del islam frente a la pl¨¦yade que forman sus enemigos, entre los que colocan tambi¨¦n a aquellos que ejercen su propia religi¨®n de otro modo. Los hermanos Kouachi, autores de la matanza de Charlie Hebdo, y Ahmedi Coulibay, el hombre que entr¨® en el supermercado jud¨ªo, se?alaron que su acci¨®n era ¡°una venganza contra quienes insultan al islam¡±. Una ideolog¨ªa, una causa, que llena por igual el vac¨ªo social y existencial, la falta de horizontes y el af¨¢n humano de sentirse ¨²tiles y protagonistas, de aquellos que la abrazan.
Seg¨²n la revista Dabiq, ¨®rgano de propaganda del ISIS, el territorio bajo su control ofrece todo lo necesario para ser un buen musulm¨¢n. Representa ¡ªdicen¡ª una sociedad ¡°pura¡±, a salvo de los perniciosos vicios de occidente, y del ¡°islam pervertido¡±. Un espacio ideal en el que las aspiraciones prosaicas tambi¨¦n est¨¢n garantizadas. Uno puede casarse, combatir, formar un familia y trabajar con vecinos que son como t¨². Una sensaci¨®n de identidad, de pertenencia, de compromiso e incluso de solidaridad que favorece el reclutamiento, incluso de familias enteras. Por eso el ISIS supone algo m¨¢s que un grupo terrorista. Necesita un territorio en el que presentar como una realidad su quimera.
Olidort elud¨ªa, sin embargo, otra pregunta fundamental. ?De d¨®nde viene y c¨®mo se financia esta ideolog¨ªa? La narrativa de los movimientos yihadistas actuales, ya sea el ISIS o Al Qaeda, se fundamenta en el wahabismo, la interpretaci¨®n literalista del islam que rige en Arabia Saud¨ª desde el siglo XVI. Existen m¨ªnimas diferencias en c¨®mo aplican este islam her¨¦tico los dirigentes y cl¨¦rigos de la autocracia saud¨ª, el autoproclamado califa o el l¨ªder de la red fundada por Bin Laden. En la d¨¦cada de los ochenta, Riad se sum¨® a un proyecto norteamericano para enviar guerreros isl¨¢micos (muyahidin) a combatir el comunismo en Afganist¨¢n. Seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Rey Fahd, la oligarqu¨ªa gast¨® m¨¢s de 4.000 millones de petrod¨®lares en la edificaci¨®n de mezquitas y madrasas en Afganist¨¢n, Pakist¨¢n y otros puntos de Asia. El objetivo era promover el wahabismo como el ¨²nico islam, y a la familia real saud¨ª como el verdadero guardi¨¢n de la fe primigenia. La casa de Saud promocion¨® su interpretaci¨®n del islam como una ideolog¨ªa indispensable y durante la d¨¦cada de los noventa financi¨® 1.500 mezquitas m¨¢s, 2.210 madrasas y centros isl¨¢micos, 4.000 imanes en ?frica, Europa y Norteam¨¦rica. Pese a que la conexi¨®n saud¨ª se estableci¨® claramente en los atentados del 11-S, en 2013 el 75% de las mezquitas de EE?UU estaban en poder de cl¨¦rigos que predican una interpretaci¨®n del islam que se opone a los valores occidentales. Similares porcentajes se repet¨ªan en Reino Unido, Francia o T¨²nez. Los hermanos Kouachi asist¨ªan a una mezquita wahab¨ª en su barrio.
Son asociaciones caritativas y hombres acaudalados radicados en Arabia Saud¨ª y otros pa¨ªses del golfo P¨¦rsico los que financian esta red de mezquitas que Occidente ha dejado crecer. Una compleja madeja que, pese a las condenas de los dirigentes saud¨ªes contra el yihadismo, desempe?a una labor esencial en la pol¨ªtica del reino y en el af¨¢n de sobrevivir de la actual familia real. Si Europa quiere derrotar a la nueva amenaza, antes que en las bombas quiz¨¢ deba pensar en buscar v¨ªas para contrarrestar la narrativa ideol¨®gica de los fan¨¢ticos, y enterrar la pol¨ªtica de alianzas e intereses que ha dominado el siglo XX.
Javier Mart¨ªn es arabista, delegado de Efe en el norte de ?frica, autor de ensayos como Estado Isl¨¢mico. Geopol¨ªtica del caos, La casa de Saud y Hizbul¨¢. El brazo armado de Dios.
M¨¢s all¨¢ de los factores pol¨ªticos y econ¨®micos, el arma m¨¢s poderosa de los yihadistas es su ideolog¨ªa
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