El refer¨¦ndum sobre el acuerdo de asociaci¨®n con Ucrania pone a prueba el europe¨ªsmo holand¨¦s

Incluso en momentos de gran agitaci¨®n pol¨ªtica, por ejemplo, ante la ca¨ªda de un Gobierno en plena legislatura, las campa?as electorales suelen ser un modelo de control en Holanda. El pr¨®ximo refer¨¦ndum sobre el acuerdo de asociaci¨®n entre la UE y Ucrania, que ha cogido por sorpresa al Gobierno de centro izquierda, ha cambiado las cosas. A pesar de que el pacto ha sido aprobado ya por el Parlamento holand¨¦s, la consulta popular est¨¢ prevista para el pr¨®ximo 6 de abril despu¨¦s de que GeenStijl, un portal informativo digital -sat¨ªrico y euroesc¨¦ptico- consiguiera reunir 446.000 firmas (el m¨ªnimo legal son 300.000) para convocarlo. Aunque la votaci¨®n no es vinculante, un no mayoritario puede entorpecer la ratificaci¨®n misma del acuerdo por parte de La Haya. Tambi¨¦n pondr¨¢ a prueba el reconocido europe¨ªsmo nacional, que ya sufri¨® un duro golpe en 2005 cuando un 62% de electorado vot¨® en contra de la Constituci¨®n Europea. Un riesgo que la UE no puede permitirse, seg¨²n Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisi¨®n Europea, porque ¡°puede traducirse en una crisis continental de enormes proporciones¡±.

El acuerdo, firmado tambi¨¦n por Georgia y Moldavia, desat¨® en 2013 una crisis pol¨ªtica en Ucrania cuando las presiones de Rusia forzaron la interrupci¨®n de los preparativos del documento, que crea en realidad una zona de libre comercio con la UE. Ratificado por el Parlamento Europeo y la Rada Suprema (el Parlamento ucranio) en septiembre de 2014, obliga a Kiev a efectuar reformas econ¨®micas, financieras y judiciales para que sean compatibles con las comunitarias. De todos modos, ambas partes y Rusia acordaron aplazar su aplicaci¨®n hasta 2016. Por eso, Juncker teme ahora que ¡°la aut¨¦ntica vencedora del refer¨¦ndum, si es que gana el no, sea Rusia¡±. Y de ah¨ª que haya advertido a los votantes holandeses de que ¡°no rechacen el acuerdo por razones ajenas al mismo¡±. En unas declaraciones al rotativo NRC Handelsblad, el pol¨ªtico sugiere que tal vez se haya confundido un convenio pensado para desarrollar la econom¨ªa de Ucrania, y fomentar el di¨¢logo pol¨ªtico y la estabilidad de la regi¨®n, con una adhesi¨®n de facto a la UE. En realidad, Alemania, Francia, Austria, B¨¦lgica y Holanda han rechazado cualquier intento de integraci¨®n. Por el contrario, Reino Unido, Suecia, Polonia y los Pa¨ªses B¨¢lticos lo han intentado.

Lecciones innecesarias

Sus palabras no fueron bien recibidas por los parlamentarios holandeses, por considerar que no necesitan lecciones para ejercer su trabajo. Pero tanto GeenStijl, como el centro de pensamiento Forum para la Democracia y la asociaci¨®n Comit¨¦ de Ciudadanos EU, que apoyan la petici¨®n del refer¨¦ndum, se?alan el peligro de que Ucrania, ¡°un pa¨ªs en guerra con Rusia, corrupto y con neonazis y ultranacionalistas en el Parlamento¡±, se convierta en un socio comunitario. ¡°Si ocurre, ser¨¢ a costa del contribuyente holand¨¦s, y es nuestra oportunidad de hacernos o¨ªr y de que los ciudadanos se pronuncien sobre las leyes, pol¨ªticas de expansi¨®n y presupuestos de la UE¡±, en palabras de Thierry Baudet, escritor y periodista euroesc¨¦ptico que encabeza el Forum para la Democracia. El presidente ucranio, Petro Poroshenko, ya advirti¨® en 2015 de que ¡°esta votaci¨®n es a favor o en contra de los ucranios que han dado la vida por los valores europeos¡±.

Para complicar a¨²n m¨¢s las cosas, tanto el l¨ªder xen¨®fobo holand¨¦s Geert Wilders, como el Partido Socialista, m¨¢s radical que la socialdemocracia, que gobierna en coalici¨®n con los liberales de derecha, har¨¢n campa?a en favor del "no" en el refer¨¦ndum. El rechazo a la UE, al euro y a la presencia de extranjeros en Holanda vertebra el ideario de Wilders. Los socialistas radicales afirman que el acuerdo ¡°favorecer¨¢ a las multinacionales y no la integraci¨®n social¡±. A su vez, el Partido de los Animales votar¨¢ que no, ¡°porque la ¡°corrupci¨®n en Ucrania es colosal, en el pa¨ªs hay ni?os trabajadores y se trata a los animales de forma terrible¡±. En cuanto al resto de los parlamentarios, la mayor¨ªa dice que los resultados de la consulta deben respetarse, si la participaci¨®n supera el 30%. Con todo, el Gobierno tiene la ¨²ltima palabra.