La primera mancha de Macri revive la pol¨¦mica por la Patagonia vendida
El presidente se dej¨® invitar a una mansi¨®n de un pol¨¦mico millonario ingl¨¦s
Mauricio Macri es un millonario y buena parte de sus amigos lo son. Sin embargo, desde que lleg¨® a la presidencia ha cuidado mucho una imagen de austeridad. Incluso viaja en avi¨®n de l¨ªnea. Pero el fin de semana pasado rompi¨® su regla y salt¨® la pol¨¦mica. Macri y su mujer, Juliana Awada, aceptaron la invitaci¨®n de Joe Lewis, un pol¨¦mico multimillonario ingl¨¦s due?o del Tottenham, a pasar unos d¨ªas en su mansi¨®n en Lago Escondido, un para¨ªso en La Patagonia en el que el brit¨¢nico tiene 12.000 hect¨¢reas. Desde all¨ª, con el helic¨®ptero de Lewis, los Macri fueron a visitar a los Obama, que pasaron fugazmente por Bariloche, pero ellos solo se movieron en avi¨®n oficial.
Aceptar esa invitaci¨®n ¨Caunque algunas versiones se?alan ahora que Macri pag¨® el alquiler del helic¨®ptero- puede traerle incluso problemas judiciales al presidente. Est¨¢ estrictamente prohibido aceptar d¨¢divas. Pero sobre todo ha supuesto la primera mancha del presidente, que tiene una alta valoraci¨®n en el arranque de su mandato, e inquieta al Gobierno argentino, que se est¨¢ preparando ya para evitar m¨¢s pol¨¦micas de este estilo, seg¨²n fuentes del Ejecutivo.
En el Gobierno de Macri hay varias personas de clase alta como ¨¦l acostumbradas a este tipo de invitaciones. En Argentina, con distancias enormes, las avionetas y helic¨®pteros privados son m¨¢s frecuentes que en Europa. Pero lo que para ellos era normal cuando eran empresarios, ahora en el Gobierno es muy pol¨¦mico, porque quienes invitan pueden verse beneficiados de sus contactos con el presidente o un ministro. Y m¨¢s en un momento en que los trabajadores argentinos sufren la inflaci¨®n, que est¨¢ provocando un aumento de la pobreza, y las subidas de luz, el gas, el agua y el transporte decretadas por el Gobierno.
La pol¨¦mica es de fondo porque Macri decidi¨® ir a una mansi¨®n muy criticada: Lewis ha comprado todos los alrededores de Lago Escondido hasta convertirlo pr¨¢cticamente en privado, ya que no deja pasar a nadie. Es algo completamente ilegal por lo que ha sido denunciado en varias ocasiones. El caso ha reavivado la pol¨¦mica de ambientalistas y amantes de la naturaleza en general que ven como millonarios extranjeros compran enormes extensiones de la Patagonia, en zonas de parques naturales, y las convierten en su coto privado.
Desde los a?os 90 se ha disparado la cantidad de extranjeros que compraron tierras en la zona, atra¨ªdos por paisajes paradis¨ªacos, grandes extensiones v¨ªrgenes y, sobre todo, la falta de trabas legales. Los reci¨¦n llegados trajeron apellidos m¨¢s o menos notables y perfiles variados. El pionero y m¨¢s prol¨ªfico ha sido Luciano Bennetton, propietario de 965.000 hect¨¢reas en la provincia de Chubut, cerca de la ciudad cordillerana de Esquel. La lista ha incluido tambi¨¦n al magnate de los medios Ted Turner, a Douglas Tompkins, fundador de The North Face y al propio Lewis.
Los nuevos propietarios no pasaron desapercibidos, incluso en los tribunales. Benetton ha sido el m¨¢s paradigm¨¢tico, por su decisi¨®n de expulsar a los abor¨ªgenes mapuches que viv¨ªan dentro de sus tierras desde tiempos inmemoriales. ¡°Ese conflicto se resolvi¨® en parte¡±, explica a EL PAIS Gonzalo S¨¢nchez, autor de La Patagonia vendida y Patagonia perdida, dos libros que abordan la extranjerizaci¨®n de tierras en el sur argentino. ¡°Los mapuches se quedaron en el territorio, pero el fallo judicial dej¨® una zona gris donde no terminan de ser propietarios del todo¡±, remata.
El conflicto con los mapuches no s¨®lo llam¨® la atenci¨®n de los medios. Tambi¨¦n sirvi¨® por convencer a la Casa Rosada de la necesidad de una ley que reglamentara la venta de tierras a extranjeros. La norma se aprob¨® finalmente el 22 de diciembre de 2011 bajo el nombre de Protecci¨®n al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesi¨®n o Tenencia de Tierras Rurales. La ley puso como l¨ªmite que ninguna persona f¨ªsica o jur¨ªdica puede ser titular de m¨¢s de 15% de territorio nacional, provincial, departamental o municipal. De ese porcentaje los extranjeros no podr¨¢n tener m¨¢s del 30% y, en cualquier caso, nunca m¨¢s de 1.000 hect¨¢reas.
Pero la ley no ha sido retroactiva y Bennetton, Turner, Tompkins y Lewis no han tenido inconvenientes en mantener la posesi¨®n de sus fincas. Adem¨¢s, el fen¨®meno de extranjerizaci¨®n no se limita a ellos. Un estudio realizado por el Registro Nacional de Tierras Rurales determin¨® que 16,2 millones de hect¨¢reas en Argentina, equivalentes al 6,09% del total, son de propiedad extranjera.
Hay casos extremos como Santa Cruz, cuna de los ex presidentes N¨¦stor y Cristina Kirchner, donde la extranjerizaci¨®n llega al 10,84%, con casi 2,5 millones de hect¨¢reas afectadas. El mapa se completa con Neuqu¨¦n en segundo lugar (6,4%), seguida de Tierra del Fuego (4,50%), Chubut (4,27%) y R¨ªo Negro (2,11%). Cuando se analiza en detalle la distribuci¨®n de esos porcentajes no debe sorprender que la mayor¨ªa de los extranjeros haya comprado tierras en las zonas cercanas a la cordillera de Los Andes, una regi¨®n de campos rodeados de monta?as de hielos eternos, bosques centenarios y lagos de origen glaciar.
Lewis, el anfitri¨®n de Macri, tiene 79 a?os y una fortuna estimada en 5.000 millones de d¨®lares. La revista Forbes lo coloc¨® en 2015 en el puesto 277 entre los hombres m¨¢s ricos del mundo. La inversi¨®n m¨¢s notable de su conglomerado de empresas es el club de f¨²tbol Tottenham y en Argentina tiene activos en Edenor, la mayor distribuidora minorista de electricidad del pa¨ªs. En los a?os 90, Lewis compr¨® 12.000 hect¨¢reas cerca de El Bols¨®n, 330 kil¨®metros al sur de Bariloche, en el l¨ªmite entre las provincias de R¨ªo Negro y Chubut. La controversia se inici¨® cuando Lewis decidi¨® cercar e impedir el acceso al Lago Escondido, que hab¨ªa quedado dentro de sus terrenos. Al mismo tiempo, es un personaje conocido en la zona por su particular estilo. ¡°Es muy paternalista. Reparte ambulancias, colchones, va a buscar a los ni?os mapuches para que pasen el d¨ªa en la estancia. Tanto que en la zona le dicen T¨ªo Joe¡±, explic¨® S¨¢nchez.
Tompkins, en tanto, ¡°lleg¨® como un personaje extra?o y despu¨¦s mostr¨® que sus intenciones eran donar la tierra que hab¨ªa comprado para crear reservas naturales¡±, seg¨²n S¨¢nchez. El empresario, nacido hace 80 a?os en los EE UU, muri¨® el 8 de diciembre pasado en un accidente de canoa en Chile. El 26 de diciembre, su viuda se reuni¨® con el presidente Macri para decirle que la familia entregar¨ªa al Estado 150.000 hect¨¢reas que tienen en el los Esteros del Iber¨¢, en la provincia de Corrientes (norte). En el sur, el empresario entreg¨® territorio para la creaci¨®n de dos parques nacionales.
Turner es otro gran propietario de la Patagonia, donde tiene 3 estancias. En 1996 el fundador de la cadena CNN compr¨® las 5.000 hect¨¢reas de La Primavera, a 80 kil¨®metros de San Carlos de Bariloche, un predio ¡°con mucha vida salvaje, ciervos rojos, jabal¨ªes y pumas¡±, seg¨²n figura en la web oficial del magnate. En el conf¨ªn de la Patagonia, a s¨®lo una hora de viaje por tierra de la ciudad de R¨ªo Grande, en Tierra del Fuego, compr¨® m¨¢s tarde San Jos¨¦, de 9.700 hect¨¢reas. El empresario se ha dedicado all¨ª a la preservaci¨®n de unos 3.000 guan¨¢cos. Coll¨®n Cur¨¢, la ¨²ltima de sus propiedades, es la m¨¢s grande de todas, con 37.600 hect¨¢reas. La finca promueve el turismo de pesca y caza en un lugar de ensue?o en Neuqu¨¦n.
Turner visita sus posesiones con asiduidad, pero es poco com¨²n escuchar hablar de ¨¦l. La ¨²ltima vez que se tuvo noticias de su presencia fue en marzo de 2014, cuando un cuadro de ¡°apendicitis aguda¡± lo oblig¨® a volar de urgencia en su avi¨®n privado hacia Buenos Aires.
A partir de la aprobaci¨®n de la ley de tierras en 2011 se complicaron las compras por parte de los extranjeros. Sin embargo, la norma apenas ha podido evitar que las operaciones contin¨²en bajo otras formas. ¡°La ley es endeble y no anula la figura del testaferro. Tampoco impide que se compren tierras a trav¨¦s de Sociedades An¨®nimas u otras figuras por el estilo. Lo que sucede¡±, explica S¨¢nchez, ¡°es que son operaciones muy complejas y no es tan simple como decir ¡®los extranjeros no pueden comprar m¨¢s¡±.
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