El populismo y sus causas
Desde 2009, cuando el G20 anunci¨® el fin del secreto bancario, la evasi¨®n ha crecido un 25%
Las diferencias no tienen que ver con los sistemas pol¨ªticos cuando se trata de poner la fortuna a buen recaudo. Ciertas ¨¦lites de los distintos pa¨ªses se encontrar¨¢n en los mismos para¨ªsos fiscales, coincidiendo adem¨¢s, por cierto, con otras ¨¦lites de la delincuencia global, la corrupci¨®n pol¨ªtica, el terrorismo y el tr¨¢fico de drogas y de armas de toda la gama, desde los Kal¨¢shnikovs hasta materiales nucleares.
Pocos lo han contado tan bien como los papeles de Panam¨¢. No es el primer ¨¦xito del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigaci¨®n, que ha procesado el torrente de informaci¨®n sustra¨ªdo a la firma Mossack Fonseca. Pero es el de mayor ejemplaridad. Ah¨ª est¨¢n, casi siempre representados por parientes o allegados, dos enemigos enfrentados en guerra (Putin y Poroshenko), monarcas autocr¨¢ticos y constitucionales, primeros ministros de impecables democracias y vulgares dictadores, de derecha e izquierda, deportistas y escritores, ocho miembros del actual o anterior politbur¨® comunista chino y el dirigente ca¨ªdo en desgracia y encarcelado Bo Xilai. El caso m¨¢s peregrino y, en cierto modo, representativo es el del chileno Gonzalo Delaveau, presidente de Transparencia Internacional Chile.
Panam¨¢ no es la excepci¨®n, sino un eslab¨®n imprescindible del prototipo de la opacidad: sociedades pantalla paname?as, con cuentas en Suiza, que invierten en fondos de Luxemburgo y sirven para comprar yates, pisos y arte en Londres. Todo lo que han hecho la OCDE y la UE desde 2009, cuando el G20 anunci¨® el fin del secreto bancario, ha servido para poco, seg¨²n Gabriel Zucman, profesor de Berkeley, de la escuela de Thomas Piketty y autor de La riqueza oculta de las naciones. Investigaci¨®n sobre los para¨ªsos fiscales. Desde entonces, la riqueza oculta mundial en vez de disminuir como se esperaba se ha incrementado en un 25% y alcanza ya los 7,6 billones (trillions en ingl¨¦s) de d¨®lares, equivalente al 8% de la riqueza global.
Para Ram¨®n Fonseca, 64 a?os, paname?o, abogado, novelista, pol¨ªtico, fundador de la firma legal Mossack Fonseca, se trata de la vulneraci¨®n de un derecho humano, el de la privacidad, por parte de unos hackers o piratas inform¨¢ticos en el contexto de una caza de brujas. Sus declaraciones a Financial Times no dejan lugar a dudas sobre la legalidad y legitimidad de sus actividades, convertidas ahora en pasto de demagogos y populismos. As¨ª es el sistema. Hay unas leyes nacionales y hay unas rendijas legales que aprovechan quienes saben y pueden hacerlo.
El coraz¨®n del sistema est¨¢ fuera del sistema. Esta es la mayor paradoja del capitalismo globalizado, en el que hay dos clases de personas: los que se rigen por las reglas de juego mal que bien acordadas o aceptadas por todos, es decir, la plebe o el com¨²n de los ciudadanos; y los que funcionan sin otra regla de juego que no sea la de su m¨¢ximo beneficio, es decir, una aristocracia de la riqueza que suele coincidir en buena medida con la del poder.
No hay que mezclar causas con efectos. No son los papeles de Panam¨¢ los que alientan los populismos, sino que los populismos son la reacci¨®n espont¨¢nea y casi biol¨®gica ante lo que los papeles de Panam¨¢ denuncian.
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