¡°Cristina es todo para nosotros¡±
Una multitud acompa?¨® a Kirchner en una suerte de nuevo d¨ªa de la lealtad peronista
Desde aquel 17 de octubre de 1945, cuando el entonces incipiente pueblo peronista cop¨® la Plaza de Mayo para exigir la liberaci¨®n de su l¨ªder, los analistas pol¨ªticos buscan un hecho que se le asemeje. Cristina Kirchner quiso claramente entroncar con ese d¨ªa este mi¨¦rcoles lluvioso en los alrededores de los tribunales federales del barrio de Retiro. Hasta all¨ª lleg¨® la expresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner para declarar ante el juez Bonadio en el marco de la causa que investiga la venta de d¨®lar futuro. Hasta all¨ª tambi¨¦n llegaron decenas de miles de personas de todos los puntos del pa¨ªs, para acompa?ar, una vez m¨¢s, a su l¨ªder.
La columna ocup¨® unos 600 metros de avenida, desde los tribunales hasta la terminal de ¨®mnibus de Retiro, como si abrazara el edificio del Correo Central. El desfile de militantes independientes o reunidos en alguna organizaci¨®n pol¨ªtica fue incesante; muchos de ellos descend¨ªan de los buses que los trajeron desde todas las provincias del pa¨ªs ya envueltos en banderas y ataviados con pilotos y paraguas. La lluvia solo ces¨® cuando Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner termin¨® su extenso discurso de poco m¨¢s de una hora.
Pero la fiesta kirchnerista por el regreso de su l¨ªder comenz¨® hace dos d¨ªas, cuando la expresidenta lleg¨® a Buenos Aires proveniente de El Calafate, en la Patagonia, y se instal¨® en su departamento del barrio de Recoleta, a la espera de su encuentro con la Justicia. En esa esquina se repitieron los bocinazos en apoyo de los veh¨ªculos que pasaban ocasionalmente, los canticos y hasta una interpretaci¨®n del himno nacional argentino, con un teclado instalado en plena calle. Daniela lleg¨® desde Barracas y pas¨® la noche esperando un saludo de Fern¨¢ndez desde el balc¨®n. ¡°Siempre digo que el kirchnerismo me cago la adolescencia. Ten¨ªa 13 a?os cuando asumi¨® N¨¦stor y salt¨¦ de mi infancia a una adolescencia profundamente comprometida. El promov¨ªa la organizaci¨®n de actividades con j¨®venes y fui una de esas j¨®venes que en ese entonces me sent¨ªa sola y me junte con otros j¨®venes, me llenaron de sue?os y me potencie en mis sue?os de cambiar el mundo; crec¨ª de repente y me dediqu¨¦ plenamente a la militancia con mucha felicidad¡±, resumi¨® la joven.
La noche, como toda gesta ¨¦pica, fue pasada por agua. La lluvia comenz¨® cerca de las 2 de la madrugrada y por momentos arreci¨®. En la puerta de los tribunales tambi¨¦n hubo vigilia y con las primeras gotas se armaron unas 300 carpas y otras tantas tolder¨ªas con lo que se tuviera a mano. Banderas, pasacalles, chapas o pedazos de cart¨®n, cualquier cosa sirvi¨® para protegerse del agua.
Ver¨®nica viaj¨® m¨¢s de 20 horas para recorrer los casi 1.500 kil¨®metros que separan a la provincia de Salta, en el noroeste, de Buenos Aires. No viaj¨® para realizar alg¨²n tr¨¢mite ni para visitar a un m¨¦dico. ¡°Dej¨¦ a mis hijos Camila, Sof¨ªa, Tom¨¢s y Frida, pero ellos saben lo que es la lucha y saben que la patria es el otro¡±, relat¨®, ¡°Cristina es todo para nosotros y no podemos dejarla sola porque el que se queda en su casa no lucha. A m¨ª Cristina me empoder¨® y yo no recibo ning¨²n tipo de subsidio. Mi mam¨¢ y mi pap¨¢ se pudieron jubilar y a mis hijos los ayudaron a empezar la universidad con el plan Progresar¡±.
V¨ªctor Hugo Bejarano lleg¨® a Retiro con sus ¡°ideales y convicciones firmes¡±. Viaj¨® desde Ledesma, en la provincia de Jujuy, con otros 5 amigos turn¨¢ndose para manejar la camioneta. ¡°Estuvimos acampando al lado de la camioneta y hoy mismo nos vamos. M¨¢s que una idea, vinimos por una necesidad. Cristina con esto ya sabe que estamos al lado de ella y no cualquier persona recibe este apoyo despu¨¦s de terminar un mandato. Si hubiese hecho mal las cosas, seguramente no estar¨ªamos ac¨¢ y las cosas que no se hicieron bien, se pueden corregir¡±, expres¨®.
¡°A veces hay que tropezar para saber que la piedra est¨¢ ah¨ª. Las generaciones venideras deber¨ªan revisar la historia para no volver a pisar el mismo palito. El proyecto nacional y popular era para todos y si un vecino est¨¢ mal, estoy mal yo tambi¨¦n. Temo porque esta sociedad vuelva a estancarse¡±, concluy¨®.
Salvo episodios aislados, la jornada se realiz¨® con normalidad y las columnas no dejaron de acercarse al escenario. Bombas de estruendo, mate, cerveza y cigarrillos para amenizar la espera. La escena fue la de una verdadera gesta ¨¦pica y hasta los empleados judiciales se agolparon en las ventanas para sacar fotos con sus m¨®viles. El primer estallido ocurri¨® a las 9.48 de la ma?ana, cuando se anunci¨® la llegada de Fern¨¢ndez de Kirchner a los estrados. El segundo, cerca de las 11, cuando comenz¨® su discurso, tras 120 d¨ªas de ausencia y reclusi¨®n voluntaria en su provincia, Santa Cruz.
¡°Los procesos hist¨®ricos tienen profundidad y est¨¢n anclados en el coraz¨®n del pueblo; no se resuelven con la opini¨®n de un columnista en Clar¨ªn o con la decisi¨®n de un juez¡±, dijo a EL PAIS el legislador de la ciudad de Buenos Aires Jos¨¦ Cruz Campagnoli, otro de los presentes. El dirigente del partido Nuevo Encuentro analiz¨® que ¡°esta causa no tiene ning¨²n tipo de sustancia, es judicializar una pol¨ªtica p¨²blica, un instrumento del Banco Central como lo es el funcionamiento del d¨®lar futuro. El gobierno de Macri busca esconder su plan de ajuste tratando de que Cristina sea judicializada pero va a encontrar un pueblo abraz¨¢ndola y resistiendo; un pueblo que no se banca el ajuste y que la toquen a Cristina. Por eso entiendo que Macri y el partido judicial (sic) van por mal camino si creen que de esa forma pueden terminar con la identidad profunda del pueblo argentino¡±.
El periodista deportivo Luis El¨ªas Sojit instal¨® una m¨¢xima popular durante la d¨¦cada de 1950. Cuando el d¨ªa era soleado, ¨¦l los llamaba ¡°un d¨ªa peronista¡±. Muchos de los simpatizantes kirchneristas presentes en Retiro se animaron a asegurar que los d¨ªas lluviosos ahora tambi¨¦n les pertenecen.
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