Keiko, Trump y la aversi¨®n de Neruda al Chile
Cuesta trabajo entender el comportamiento pol¨ªtico de los votantes de otro pa¨ªs
De visita en M¨¦xico y al final de una larga y copiosa comida, Pablo Neruda solicit¨® al mesero un vaso de agua, y tras una pausa, agreg¨®: ¡°Sin chile, por favor¡±. El poeta formaba parte del resto de la humanidad a la que resulta incomprensible el af¨¢n de los mexicanos en arruinar los sabores de la comida con un exceso de picante. Una sensaci¨®n parecida a la que experimenta quien prueba el mate por vez primera y se pregunta c¨®mo es que esa bebida tan amarga puede provocar tal devoci¨®n. Un asunto de contextos e idiosincrasias, supongo.
Pero incluso echando mano de las singularidades cuesta trabajo entender el comportamiento pol¨ªtico de los votantes de otro pa¨ªs. Para el que no viva cerca de Los Andes resulta inexplicable que los peruanos puedan a elegir a Keiko, hija del hombre que pena 25 a?os de c¨¢rcel, despu¨¦s de cometer latrocinios e infamias flagrantes. Lo que nos deja perplejos es que la opini¨®n p¨²blica quiera mantener al padre en la prisi¨®n, pero est¨¦ dispuesta a encumbrar a su heredera pol¨ªtica a la presidencia.
?Pero c¨®mo entender que alrededor de un 40% de los estadounidenses se incline a votar por lo que el resto del mundo considera un mal chiste? Las bufonadas y ocurrencias de Donald Trump reiteran una y otra vez no s¨®lo su excentricidad o su ignorancia, sino tambi¨¦n los riesgos que supondr¨ªa que un hombre como ese amasara el poder que ostenta la Casa Blanca. Algo que s¨®lo los estadounidenses (o una buena porci¨®n de ellos) no alcanzan a advertir, mientras todos los dem¨¢s les miramos con una mezcla de estupor, sorna y preocupaci¨®n.
Aunque bien mirado, mal har¨ªamos en juzgar los mexicanos o los argentinos las peculiaridades de los usos y costumbres pol¨ªticas de otras sociedades. Los extranjeros pensar¨¢n que se necesita algo de masoquismo para regresar al PRI al poder despu¨¦s de que en el a?o 2000 logramos el milagro inexplicable de echar del poder, mediante el voto pac¨ªfico, a lo que Vargas Llosa consider¨® la ¡°dictadura perfecta¡±. S¨®lo para reinstalarla apenas 12 a?os despu¨¦s y, para colmo, quejarnos ahora de la proliferaci¨®n de la corrupci¨®n.
Algo tan incomprensible como la extra?a fascinaci¨®n que tienen los argentinos por las esposas de sus presidentes. Una debilidad que los latinoamericanos observamos con cierta condescendencia; matizada, desde luego, por el respeto universal que inspira que cuenten al Papa y a Messi entre sus connacionales.
Los guatemaltecos o los italianos tampoco ganar¨ªan el galard¨®n al voto racional. Los primeros han apostado por un c¨®mico popular y chabacano al que hasta hace poco se le desconoc¨ªa alguna preocupaci¨®n pol¨ªtica. Y qu¨¦ decir de los italianos, que durante 15 a?os mantuvieron a Silvio Berlusconi en el poder. Un hombre que al final de su mandato no escond¨ªa que el principal motivo para seguirse postulando era evitar ser enjuiciado por sus corruptelas y excesos.
Por no hablar de las inclinaciones del pueblo ruso; uno podr¨ªa entender que muchos de ellos se mantuvieran encandilados por el discurso patriotero y paranoico de Putin, pero el hecho de que las encuestas arrojen un 80% de aprobaci¨®n a su liderazgo tras m¨¢s de una d¨¦cada en el poder, resulta dif¨ªcil de entender para cualquiera que no viva en una ex rep¨²blica sovi¨¦tica. Como tampoco deja de ser un misterio, al menos para el resto de los mortales, que los espa?oles hayan sido capaces de votar reiteradas veces por un personaje con tal ausencia de carisma como Mariano Rajoy.
Y justamente esa es la conclusi¨®n de este breve divertimento. Por m¨¢s que nos sorprendamos al leer las noticias sobre otro pa¨ªs, resulta evidente que m¨¢s all¨¢ del derecho que tenemos de hacernos de una interpretaci¨®n, hay un margen de cautela que habr¨ªa que adoptar antes de juzgar o descalificar el comportamiento pol¨ªtico de una sociedad en la que no vivimos. El chile destroza las papilas gustativas y el mate deja un sabor a cobre, pero hay que estar enfrente de un mole poblano o en una velada entre amigos en Montevideo para desentra?ar el misterio que hace comprensible lo inexplicable.
@jorgezepedap
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