?Qu¨¦ hacer con la casa donde naci¨® Hitler?
La decisi¨®n de expropiar el inmueble abre el debate sobre el uso de los lugares ligados al dictador nazi
Hace a?os que una casa de apariencia anodina en un pueblo perdido acapara la atenci¨®n de los austriacos. El Ayuntamiento de Braunau am Inn?alquila esta vivienda abandonada con un solo objetivo: evitar que se convierta en un centro de peregrinaci¨®n para los simpatizantes de Adolf Hitler, nacido all¨ª hace 127 a?os. Pero las cosas van a cambiar. Austria ha anunciado su intenci¨®n de expropiar el inmueble. Y una comisi¨®n de expertos propondr¨¢ qu¨¦ destino dar a esas cuatro paredes. La decisi¨®n del Gobierno impedir¨¢ que la casa caiga en manos de los ultras, pero tambi¨¦n reaviva las llamas de un debate recurrente que afecta a todo lo relacionado con uno de los mayores genocidas de la historia. ?Conviene borrar sus huellas? ?O es preferible mantenerlas vivas como ejemplo del horror?
Una pol¨¦mica parecida rode¨® hace a?os al b¨²nker del 'f¨¹hrer'. Ahora, tan solo una placa recuerda el lugar donde Hitler se suicid¨®
Hay respuestas para todos los gustos. El polit¨®logo Andreas Maislinger trata desde hace 16 a?os ¡ªpor ahora, con escaso ¨¦xito¡ª de impulsar lo que ha bautizado como Casa de la Responsabilidad, un lugar de encuentro donde j¨®venes de todo el mundo puedan discutir sobre los errores del pasado y los retos del presente y futuro. ¡°Pese a que vivi¨® en Braunau muy poco tiempo, el nombre del pueblo est¨¢ indisolublemente ligado al de Hitler. Con la Casa de la Responsabilidad se podr¨ªa romper este estigma¡±, se?ala por tel¨¦fono desde Innsbruck el impulsor del proyecto, que ha logrado apoyos internacionales como el de la Liga Antidifamaci¨®n de Nueva York y de 3.800 simpatizantes en su p¨¢gina de Facebook.
Precisamente el intento de romper el estigma que arrastra Braunau hizo famoso por unos d¨ªas al alcalde de esta localidad en 2012. Harto de un debate que le daba tantos quebraderos de cabeza, propuso acabar de una vez por todas con el pasado, derribar el inmueble y levantar all¨ª nuevas viviendas. La sorpresa se extendi¨® por la prensa internacional, de The New York Times al Times of Israel. ¡°?Apartamentos Hitler?¡±, preguntaba con sorna el Washington Post. Setenta a?os despu¨¦s de su muerte, el misterio de Hitler ¡ªque es, a fin de cuentas, el misterio del mal sin matices¡ª sigue despertando pasiones. Solo as¨ª se explica que la reedici¨®n de su Mein Kampf (Mi lucha) ¡ªun mamotreto de 2.000 p¨¢ginas con un precio de 59 euros¡ª haya alcanzado el p¨®dium de libros m¨¢s vendidos, seg¨²n la lista de Der Spiegel.
El debate sobre su casa natal se parece al que surgi¨® hace a?os en torno al ¨²ltimo lugar que vio el dictador nazi. Frente a las propuestas de levantar un centro para el recuerdo, el Gobierno de Berl¨ªn prefiri¨® no construir nada sobre el b¨²nker del f¨¹hrer. Ahora, solo una placa recuerda que en el subsuelo de este aparcamiento el hombre que convirti¨® en ruinas Europa se suicid¨® el 30 de abril de 1945, cuando el Ej¨¦rcito Rojo avanzaba por la capital del Reich. La ¨²ltima vez que los curiosos pudieron echar un vistazo sobre el interior del b¨²nker fue en 1999, cuando unas obras obligaron a levantarlo parcialmente. Desde entonces, los turistas que buscan con fruici¨®n el lugar de la muerte de Hitler no encuentran nada.
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