D¨ªa del Trabajo: por qu¨¦ se celebra el 1 de mayo
La lucha por conseguir la jornada laboral de ocho horas es el origen de esta festividad, en honor a la clase obrera, que se celebra en casi todos los pa¨ªses del mundo
Para conseguir un derecho que hoy consideramos incuestionable, la jornada la laboral de ocho horas, hizo falta sangre, sudor, l¨¢grimas... Y un pu?ado de muertos. Hoy, 1 de mayo, se celebra el D¨ªa del Trabajo?en casi todos los pa¨ªses del mundo. Una jornada que ha ido perdiendo su car¨¢cter reivindicativo para convertirse en un d¨ªa festivo sin m¨¢s, pero que sigue siendo uno de los pilares del movimiento obrero.
La fecha se fij¨® durante el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional celebrado en Par¨ªs en 1889. La idea era rendir tributo a los M¨¢rtires de Chicago, un grupo de sindicalistas que fueron condenados en Estados Unidos por su participaci¨®n en una huelga que se inici¨® el 1 de mayo de 1886 en todo el pa¨ªs y, en ese estado, se prolong¨® hasta el 4 de mayo con la sangrienta Revuelta de Haymarket. Tres fueron a prisi¨®n y cinco ejecutados en la horca. El fin era conseguir la jornada labora de ocho horas que en 1886 ya establecia la Ley Ingersoll pero que la patronal incumpl¨ªa, lo que rearm¨® y moviliz¨® a las organizaciones laborales y sindicales del pa¨ªs.
Parad¨®jicamente en Estados Unidos (y pa¨ªses como Canad¨¢) la fecha se traslad¨® al primer lunes de septiembre por miedo a que el movimiento socialista se reforzase y pas¨® a llamarse Labor Day. Pero en esa huelga, que se sald¨® con miles de trabajadores despedidos, detenidos o heridos, la mayor¨ªa inmigrantes europeos, estaba la mecha del D¨ªa del Trabajo, una festividad en honor a la clase obrera que poco a poco se fue extendiendo al resto del mundo.
Espa?a fue el primer pa¨ªs de Europa que aprob¨® mediante un decreto la jornada de ocho horas tras la huelga de La Canadiense llevada a cabo por anaquistas de Barcelona, aunque durante la dictadura militar de Primo de Rivera (1923-30) y la de Franco (1939-77) dej¨® de celebrarse. Dos meses despu¨¦s Francia hizo lo propio.
Pero cuando el Primero de Mayo adquiri¨® su mayor protagonismo fue tras la Segunda Guerra Mundial gracias a los fastos de pa¨ªses socialistas como la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el aumento de poder de los partidos de izquierda en los pa¨ªses capitalista de Europa. Hasta el Vaticano se vio obligado a abrazar esta festividad y en 1954 el Papa P¨ªo XII declar¨® el 1 mayo el d¨ªa de San Jos¨¦ Obrero. Su objetivo era darle un tinte cat¨®lico a un d¨ªa que hasta entonces se mostraba hostil a la religi¨®n y, seg¨²n ellos, se basaba en el odio.
Pese a que no podemos relajarnos, pues muchas de las conquistas laborales peligran, el D¨ªa del Trabajo se ha convertido en un d¨ªa festivo m¨¢s que ha perdido su car¨¢cter obrero y reivindicativo. En la mayor¨ªa de pa¨ªses los partidos de izquierda y los sindicatos organizan una manifestaci¨®n p¨¢cifica, que no deja de ser testimonial, mientras el resto de los trabajadores la ignoran pensando, equivocados, que ya no queda nada por lo que luchar.
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