Un juez tambi¨¦n censura la nueva ley sobre la pena de muerte de Florida
El magistrado sostiene que debe haber unanimidad del jurado para ordenar las ejecuciones
El Estado de Florida vuelve a toparse con la justicia en la aplicaci¨®n de la pena de muerte. Un juez de Miami considera que la nueva norma (que exige que 10 de los 12 miembros del jurado est¨¦n a favor de la pena capital) choca con la Constituci¨®n. El magistrado, seg¨²n ha avanzado el Miami Herald, sostiene que una decisi¨®n de este calado debe adoptarse por unanimidad. Es el segundo varapalo judicial que Florida recibe en los ¨²ltimos cinco meses por la aplicaci¨®n de la pena de muerte.
El primer rev¨¦s lo recibi¨® a mediados de enero, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos, la m¨¢xima instancia judicial del pa¨ªs, censur¨® el sistema que entonces estaba vigente. En concreto, el Supremo critic¨® entonces que los jueces de Florida pudiesen dictar sentencias de pena de muerte solo con la sugerencia de un jurado. Los magistrados recalcaron que esta forma de aplicar la pena capital contraven¨ªa la Constituci¨®n ya que se dejaba en manos de los jueces una decisi¨®n que corresponde en exclusiva a los jurados. El alto tribunal ya hab¨ªa dictado en 2002 una sentencia igual sobre un caso de Arizona, pero Florida sigui¨® dejando la pena de muerte en manos de los jueces hasta este a?o.
La resoluci¨®n del Supremo se refer¨ªa a un caso de un condenado que mat¨® en 1998 a una compa?era de trabajo. El jurado se dividi¨® en el caso, ya que siete se pronunciaron a favor de la m¨¢xima pena y otros cinco se opusieron. Bas¨¢ndose solo en la recomendaci¨®n, un juez dict¨® la orden de ejecuci¨®n.
Casi 400 presos est¨¢n en c¨¢rceles de Florida en el corredor de la muerte.
Tras esta bofetada, el Estado de Florida cambi¨® la ley para dar m¨¢s poder a los jurados. El pasado marzo, se aprob¨® una reforma legal que dejaba en manos de los tribunales populares la decisi¨®n de aplicar la pena de muerte. La nueva ley exige que al menos 10 de los 12 miembros del jurado sean partidarios de esta medida, lo que se denomin¨® supermayor¨ªa.
Con este movimiento, el Estado, gobernado por el republicano Rick Scott, confiaba en sortear la resoluci¨®n del Supremo y poder seguir aplicando la pena de muerte. Pero la sentencia conocida hoy tambi¨¦n cuestiona la constitucionalidad de la reforma legal. El juez Milton Hirsch, en un caso referido a un acusado de asesinato en primer grado, sostiene que la pena capital solo puede imponerse si hay unanimidad del jurado y que as¨ª lo reconoce el sistema de justicia de Estados Unidos. ¡°Aritm¨¦ticamente, la diferencia entre 12 y 10 es escasa¡±, escribe el magistrado, que a?ade: ¡°Pero no es una cuesti¨®n de aritm¨¦tica. Es una cuesti¨®n de constitucionalidad. Es una cuesti¨®n de justicia¡±.
La pena de muerte ha ido perdiendo terreno en EE UU y una veintena de Estados han decidido abolirla, pero Florida es de los que la ha mantenido y la ha venido aplicando de forma m¨¢s asidua. En la actualidad, casi 400 presos est¨¢n en c¨¢rceles de Florida en el corredor de la muerte.
En ese caso se encontraba el espa?ol, Pablo Ibar, que fue condenado a la pena capital acusado de la muerte de tres personas, algo que ¨¦l siempre neg¨®. El Supremo de Florida orden¨® el pasado mes de febrero que se repita el juicio contra Ibar, que lleva 20 a?os encarcelado, por irregularidades durante el proceso.
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