El ¡®Brexit¡¯ visto desde Par¨ªs
El 77% de los simpatizantes del partido ultra Frente Nacional aprueba la salida del Reino Unido de la UE
Hablar de debate ser¨ªa exagerado. A un mes del refer¨¦ndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Uni¨®n Europea (UE), previsto para el 23 de junio, la mayor¨ªa de los responsables pol¨ªticos franceses ha decidido limitar sus declaraciones al respecto. En el Gobierno, la justificaci¨®n es la siguiente: ¡°Si hemos optado por no intervenir en la campa?a, ha sido en primer lugar porque se trata de una decisi¨®n soberana del pueblo brit¨¢nico. Y en segundo porque creemos que, en el mejor de los casos, nuestra intervenci¨®n tendr¨ªa una influencia limitada y, en el peor, ser¨ªa contraproducente¡±, explica Harlem D¨¦sir, secretario de Estado a cargo de los asuntos europeos. El propio Fran?ois Hollande se ha mantenido muy discreto: desde la cumbre franco-brit¨¢nica del 3 de marzo en Amiens, durante la cual declar¨® que el Brexit tendr¨ªa consecuencias negativas para los brit¨¢nicos en materia de flujos migratorios, el presidente franc¨¦s ha evocado el asunto una sola vez ¡ªy adem¨¢s mediante una mera alusi¨®n al ¡°riesgo de fragmentaci¨®n¡± de Europa¡ª durante un coloquio sobre ¡°la izquierda y el poder¡± celebrado el 3 de mayo en Par¨ªs.
En la oposici¨®n, se ha observado la misma discreci¨®n, pero por una raz¨®n diferente: a seis meses de las primarias en las que se decidir¨¢ el candidato de la derecha a las presidenciales de 2017, los principales dirigentes del partido Los Republicanos (LR) intentan resaltar dos cosas: por una parte, lo que les distingue a los unos de los otros y, por otra, lo que les opone al Gobierno. Sin embargo, desde esta perspectiva, el Brexit no es un tema muy propicio: no es ni un objeto de controversia en el seno de la derecha ni un motivo de discordia entre esta y el Gobierno. Cuando Nicolas Sarkozy asegura que el Brexit ser¨ªa ¡°una cat¨¢strofe para [los brit¨¢nicos] y para nosotros¡±, o cuando Alain Jupp¨¦ afirma que ¡°no ser¨ªa bueno para nadie¡±, pues ¡°la Uni¨®n Europea, ya fragilizada, se debilitar¨ªa a¨²n m¨¢s¡±, est¨¢n diciendo lo mismo que el Sr. Hollande, aunque su situaci¨®n actual les permita una mayor libertad de tono que al jefe del Estado.
Aunque no desata pasiones pol¨ªticas, el puesto del Reino Unido en la UE tampoco es objeto de consenso en Francia. Uno de los pocos sondeos publicados recientemente lo demuestra. Seg¨²n este estudio, realizado el 21 y 22 de abril por el instituto BVA para iT¨¦l¨¦ y Orange, el 58% de los franceses desean que el Reino Unido permanezca en la UE, mientras que un 40% son de la opini¨®n contraria. Un aspecto destacable: en esta cuesti¨®n, la l¨ªnea divisoria no se sit¨²a entre la izquierda y la derecha, pues tres cuartas partes de los simpatizantes del PS y de LR se oponen al Brexit. La verdadera frontera est¨¢ entre la extrema derecha y el resto del espectro pol¨ªtico. El Frente Nacional (FN) es el ¨²nico de los grandes partidos franceses que milita activamente por la salida del Reino Unido de la UE. Una posici¨®n que, seg¨²n el BVA, aprueba el 77% de sus simpatizantes.
?C¨®mo explicar esta falta de consenso? Sin duda la historia tiene algo que ver, pues el debate sobre el Brexit despierta en Francia recuerdos precisos que se remontan a los comienzos de la Quinta Rep¨²blica. En aquella ¨¦poca, el general De Gaulle vet¨® dos veces la entrada del Reino Unido en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). En un primer momento, esta decisi¨®n choc¨® con la opini¨®n dominante antes de ser aprobada por la mayor¨ªa de los franceses. ¡°Antes de los dos vetos, en 1963 y 1967, la mayor¨ªa de los franceses eran m¨¢s bien partidarios de la entrada del Reino Unido en la CEE. Solo los comunistas estaban totalmente en contra desde el principio. Pero, en ambas ocasiones, la opini¨®n p¨²blica dio un vuelco y De Gaulle consigui¨® el apoyo de la mayor¨ªa de los franceses¡±, recuerda Agn¨¨s Tachin, profesora de Historia Contempor¨¢nea de la universidad Cergy-Pontoise y autora de Amiga y rival: Reino Unido en el imaginario franc¨¦s de la ¨¦poca del general De Gaulle (Editorial Peter Lang, 2009).
Medio siglo m¨¢s tarde, las l¨ªneas han cambiado. En clara ruptura con su predecesor desde los meses siguientes a su elecci¨®n, Georges Pompidou convenci¨® a la izquierda gaullista ¡ªsalvo a una corriente resueltamente soberanista que todav¨ªa existe¡ª de que hab¨ªa llegado el momento de abrir la CEE a los cuatro pa¨ªses entonces candidatos (Reino Unido, Dinamarca, Irlanda y Noruega). Aprobada por el 60% de los votos emitidos en el refer¨¦ndum del 23 de abril de 1972, esta decisi¨®n ser¨ªa un hito fundacional. De esta ¨¦poca data uno de los argumentos esgrimido en nuestros d¨ªas por los opositores franceses al Brexit. ¡°Una de las razones por las que Pompidou deseaba tender la mano a los brit¨¢nicos era el peso creciente que estaba adquiriendo la Alemania de la ¨¦poca. Para ¨¦l, la adhesi¨®n del Reino Unido a la CEE era un medio de contrarrestar el poder¨ªo alem¨¢n¡±, explica Christian Lequesne, antiguo director del centro de estudios e investigaciones internacionales (CERI) de Sciences Po.
Entre los partidarios del Brexit, el pasado tambi¨¦n sigue pesando. Desde este punto de vista, la postura de Marine Le Pen es interesante. Para justificar su posici¨®n, la presidenta del FN echa mano de dos imaginarios pol¨ªticos que tienen poco en com¨²n con la extrema derecha francesa tradicional. El primero es el imaginario comunista. Cuando dice que el Brexit puede marcar ¡°el comienzo del fin¡± de una UE que ¡°maltrata a los pueblos¡±, su discurso parece inspirado directamente de las octavillas difundidas por el PCF con ocasi¨®n del refer¨¦ndum de 1972, cuando llamaba a votar ¡°no¡± en nombre de la ¡°soberan¨ªa¡± y del ¡°beneficio mutuo de los pueblos¡±.
El segundo es el imaginario gaullista. Tras la negativa de los portavoces del Brexit a recibirla del otro lado del canal de la Mancha para hacer campa?a a su lado, la se?ora Le Pen les reproch¨® que no protestaran con el mismo vigor cuando Barack Obama visit¨® Londres a fines de abril para expresar su deseo de que el Reino Unido permaneciera en la UE. El sobrentendido es claro: entre un norteamericano que no piensa como ellos y un europeo con el que est¨¢n de acuerdo, los brit¨¢nicos siempre preferir¨¢n al norteamericano. De Gaulle habr¨ªa podido decir lo mismo: en los a?os 60, la visi¨®n de Londres como ¡°caballo de Troya¡± de Washington fue la principal raz¨®n del doble veto franc¨¦s a la entrada del Reino Unido en la UE.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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