Austria-Italia, la nueva frontera caliente de la crisis migratoria

El Ministerio del Interior austriaco asegura que ¡°entre 200.000 y un mill¨®n de personas esperan en Libia a cruzar el Mediterr¨¢neo y alcanzar Europa¡±. Para evitar que entren en el pa¨ªs, tiene planes preparados ¡ªde momento, aparcados¡ª para blindar el paso de Brennero, alambrada incluida si hace falta. ¡°Con el buen tiempo llegar¨¢n m¨¢s y empiezan a venir m¨¢s sirios, pero nadie ha entendido por qu¨¦ quieren levantar aqu¨ª otro muro¡±, comenta Emad Mansour, egipcio de 33 a?os afincado desde hace 13 en Italia, en un and¨¦n de la estaci¨®n. Trabaja para la ONG Volontarius, que ofrece asistencia y un techo para la noche a los migrantes que llegan a la peque?a localidad. La organizaci¨®n no cuenta cu¨¢ntas personas intentan pasar al norte, pero el Ayuntamiento de Brennero (2.187 habitantes en varios n¨²cleos urbanos, unos 250 de ellos en torno a la estaci¨®n) estima que fueron 27.000 el a?o pasado. Entre enero y marzo han sido un millar al mes, pero desde entonces, la cifra se ha reducido hasta unas pocas personas diarias.

En el exterior de la estaci¨®n solo aguardaba el mi¨¦rcoles a un despiste de la polic¨ªa un peque?o grupo de subsaharianos y magreb¨ªes. ¡°He intentado llegar a Alemania pero hoy me han devuelto¡±, asegura Bove Nibombewaky, de 24 a?os, que sali¨® de Liberia hace cinco y quer¨ªa dejar Italia porque duerme ¡°en la calle¡±.

Tras casi dos meses de tira y afloja diplom¨¢tico con Italia, que protest¨® en Bruselas y ha hecho valer su peso en la UE, Austria ha congelado sus planes con obras ya iniciadas. ¡°De momento¡±, ha dicho el Ejecutivo tras admitir que la polic¨ªa italiana ha impedido en el ¨²ltimo mes que los migrantes alcancen Brennero, donde no se han visto escenas como las del l¨ªmite con Hungr¨ªa o Eslovenia, de donde el verano y el oto?o pasados llegaban a Austria miles de personas diariamente de paso a Alemania (en 2015, el pa¨ªs alpino acogi¨® a 90.000 refugiados y desde enero han entrado otros 18.500).

El encontronazo de los dos pa¨ªses ha revolucionado la localidad, que se ha visto en las televisiones envuelta en el humo de los gases lacrim¨®genos lanzados por la polic¨ªa mientras del lado de grupos de radicales volaban piedras en protesta contra Austria en varias manifestaciones.

Ahora en la localidad vuelven a respirar, aunque no se atreven a dar por definitivamente cerrado el asunto. ¡°La situaci¨®n puede volver a cambiar, pero el paso del Brennero es muy importante para ambos pa¨ªses y cerrarlo ser¨ªa una cat¨¢strofe¡±, sostiene el alcalde, Franz Kompatscher. Seis millones de coches y dos millones de camiones transitan anualmente por la autopista que sobrevuela el valle. Ante la posible imagen de largas colas en la frontera, varias organizaciones empresariales de ambos lados han hecho sonar la alarma y han augurado p¨¦rdidas millonarias si se colapsa el Brennero, la principal salida de las mercanc¨ªas italianas. El turismo, gran capital de la zona, tambi¨¦n se resentir¨ªa.

Para un tirol¨¦s de habla alemana (mayoritarios en la regi¨®n), una valla ser¨ªa, adem¨¢s, ¡°una punzada en el coraz¨®n¡±, porque la frontera ya dividi¨® el Tirol en dos tras la Primera Guerra Mundial. Italia se qued¨® con el sur de la regi¨®n. ¡°No queremos de nuevo una Europa con muros¡±, dice Kompatscher, del Partido Popular del Tirol.

El conflicto fronterizo lo ha aprovechado el l¨ªder del ultranacionalista FP?, Heinz-Christian Strache, para echar sal en la herida. No ha perdido de vista que del lado austriaco de la frontera, en Griess am Brenner, su candidato a la presidencia, Norbert Hofer, logr¨® en la primera vuelta en abril un 42,5% de los votos, muy por encima del 35% a nivel nacional. En medio de la pol¨¦mica, ha propuesto un refer¨¦ndum para reunificar el Tirol. ¡°Una verg¨¹enza¡±, le ha replicado el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

Los vecinos de Brennero temen m¨¢s una llegada masiva de refugiados que un mayor control de carreteras y trenes, opina su alcalde. Hasta ahora ning¨²n solicitante de asilo se ha querido quedar, pero solo hay disponibles 70 plazas para pernoctar que gestiona Volontarius. ¡°Es posible que lleguen m¨¢s refugiados y al final hagan los controles, pero no ser¨ªa bueno¡±, opina Rosalinde Meier, de 51 a?os, que trabaja en un supermercado de Brennero. ¡°Si hay polic¨ªa, que los paren, pero un muro es un gran error¡±, abunda Caterina Gasparini, de 75 a?os.