La CIDH se queda sin fondos para defender los derechos humanos en las Am¨¦ricas
El organismo advierte de que no podr¨¢ seguir funcionando si los pa¨ªses no pagan
La regi¨®n de las Am¨¦ricas corre riesgo de quedarse sin la protecci¨®n del organismo que durante d¨¦cadas ha vigilado y defendido los derechos humanos en el Hemisferio Occidental. La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha advertido este lunes de que est¨¢ arruinada. Si los pa¨ªses miembro no empiezan a entregar fondos, tendr¨¢ que despedir casi a la mitad de su personal a partir de agosto y dejar de ejercer funciones clave de su mandato. Algo que, para los expertos, podr¨ªa tener consecuencias nefastas.
¡°Nos preocupa que la crisis financiera debilite la capacidad del sistema interamericano de responder a las v¨ªctimas de graves violaciones de derechos humanos¡±, resume la situaci¨®n Viviana Krsticevic, directora ejecutiva del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
Todo ello cuando la Comisi¨®n ¡°ha sido la que, cuando hay deterioros institucionales que afectan a los derechos humanos, es la primera, y muchas veces la ¨²nica dentro de la OEA, que llama la atenci¨®n sobre los derechos humanos¡±, recuerda Ariel Dulitzky, director de la Human Rights Clinic de la Universidad de Texas y exsecretario ejecutivo adjunto de la CIDH. Esto hace que la crisis que atraviesa pueda ¡°repercutir en la calidad de los derechos humanos y en la calidad democr¨¢tica de la regi¨®n¡±, alerta.
Seg¨²n ha adelantado el presidente de la Comisi¨®n, James Cavallaro, a EL PA?S, si el organismo no recibe fondos con urgencia, a partir de agosto tendr¨¢ que despedir al 40 % de su personal, o a 30 de las 78 personas que emplea. Pero las consecuencias van mucho m¨¢s all¨¢. El peligro es hacer retroceder los avances logrados por la Comisi¨®n ¡°30 a?os¡±, lamenta su secretario ejecutivo, Emilio ?lvarez Icaza.
Estamos hablando de que ¡°la Comisi¨®n pierda cualquier posibilidad de hacer su trabajo, como emitir medidas cautelares o de protecci¨®n cuando una persona est¨¢ siendo amenazada. Y eso ha salvado vidas humanas en Latinoam¨¦rica¡±, advierte Santiago Canton, secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y que precedi¨® a ?lvarez Icaza en la CIDH.
Que la CIDH se quede a medio fuelle por falta de fondos significa tambi¨¦n, apunta, que no podr¨¢ volver a haber un proyecto como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que estudi¨® el caso Ayotzinapa y descubri¨® numerosos fallos en la investigaci¨®n de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, M¨¦xico. O que se pierda la ¨²nica instancia en las Am¨¦ricas que puede realizar una ¡°observaci¨®n independiente¡± en los Estados.
Porque la CIDH ¡°es el ¨²nico garante independiente e imparcial que tenemos en la regi¨®n¡±, resaltan tanto Canton como Dulitzky.
Un problema end¨¦mico
Pese a ser celebrada como la ¡°joya de la corona¡± del sistema interamericano y un ejemplo para muchos organismos de derechos humanos en todo el mundo, la CIDH siempre ha caminado al borde del precipicio econ¨®mico. Los ¨²nicos fondos que tiene asegurados son pr¨¢cticamente p¨ªrricos, un 6% del presupuesto de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) o, como se suele se?alar con sorna, menos de lo que este organismo dedica a cuidar sus edificios. En el presupuesto de 2016, ese dinero asciende a 4,8 millones de d¨®lares. Su principal fuente de ingresos han sido siempre las contribuciones voluntarias, pero ah¨ª los pa¨ªses miembro tambi¨¦n han sido, generalmente, muy parcos.
Hasta ahora, la Comisi¨®n lograba subsistir gracias a las contribuciones sobre todo de pa¨ªses europeos. Pero con la crisis de refugiados que vive el viejo continente desde el a?o pasado, ese grifo se ha secado. La responsabilidad, seg¨²n ?lvarez Icaza, tiene que ser asumida de una vez por los Gobiernos de los pa¨ªses que forman parte del organismo.
¡°Los jefes de Estado de la regi¨®n tienen una narrativa muy fuerte en materia de derechos humanos, pero tienen una chequera muy pasiva. Es momento de empatar el discurso. La CIDH debe ser parte de las prioridades de los pa¨ªses¡±, reclama.
Los Estados no responden
La respuesta ha sido, por el momento, magra. Los ¨²nicos que han dado fondos a la CIDH en 2016 han sido Argentina, Estados Unidos, Per¨² y Uruguay. El total: 2,5 millones de d¨®lares, de los cuales EE UU aport¨® m¨¢s del 90%.
La escasa aportaci¨®n a la CIDH no se explica, seg¨²n los observadores y funcionarios del organismo, por falta de dinero. Al fin y al cabo, el a?o pasado los pa¨ªses de las Am¨¦ricas contribuyeron con casi 20 millones de d¨®lares a la Corte Penal Internacional (CPI). Los mismos pa¨ªses, en el mismo periodo, destinaron solo 199.000 d¨®lares a la Comisi¨®n en materia de fondos voluntarios.
Para Santiago Canton, se trata de una ¡°verg¨¹enza hist¨®rica¡± tras la cual se esconde una ¡°perversidad ins¨®lita¡±: ¡°A los pa¨ªses de la regi¨®n no les gusta la CIDH, les molesta porque les marca cuando est¨¢n cometiendo errores, y a nadie le gusta eso¡±. As¨ª que no le proporcionan los recursos necesarios porque es una manera, sostiene el defensor de derechos humanos, ¡°de lograr que la Comisi¨®n no haga lo que no les gusta¡±.
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