El entorno puede ser mortal

Cada d¨ªa al levantarnos, tenemos una idea aproximada de c¨®mo va a ser la jornada. A veces lo anotamos en una agenda o nuestro celular nos da la alarma de lo que est¨¢ pendiente por hacer. Lo que no est¨¢ agendado o planificado son los riesgos del entorno a los que nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana.

Desde calles y rutas en mal estado, hasta la contaminaci¨®n del aire o del agua, m¨¢s de medio mill¨®n de latinoamericanos mueren al a?o por causa del ambiente en el que se mueven, seg¨²n la OMS.

La expectativa de vida en Am¨¦rica Latina nunca haya sido mayor ¨C el promedio regional ya supera los 74 a?os. Y en los ¨²ltimos 10 a?os la regi¨®n ha logrado avances significativos en el acceso a la salud, al saneamiento y en el bienestar del hogar. Sin embargo, estamos viviendo en condiciones cada vez menos saludables.

La d¨¦cada pasada tambi¨¦n fuimos testigos de un periodo de fuerte crecimiento econ¨®mico en la mayor parte de Latinoam¨¦rica.

Este aumento de ingresos, sumado a una acelerada urbanizaci¨®n - m¨¢s de cuatro de cada cinco latinoamericanos ya viven en ciudades - ha tenido un gran impacto en la cantidad, tipo de alimentos y calor¨ªas que consumimos, as¨ª como en el tiempo que destinamos a la actividad f¨ªsica.

El resultado: siete de cada 100 ni?os en Am¨¦rica Latina tienen sobrepeso. Y ya no es problema de las clases de m¨¢s ingresos. Seg¨²n la FAO, los m¨¢s pobres son los m¨¢s afectados por la obesidad.

Algunos pa¨ªses est¨¢n trabajando ya en las soluciones. En Argentina, por ejemplo, un proyecto apoyado por el Banco Mundial busca proteger las poblaciones vulnerables contra las enfermedades no transmisibles. A trav¨¦s de la detecci¨®n temprana se logra controlar la obesidad y las enfermedades vinculadas como la hipertensi¨®n y la diabetes.

Mientras en la Rep¨²blica Dominicana, hogares vulnerables reciben transferencias monetarias condicionadas para mejorar su salud, nutrici¨®n, educaci¨®n y productividad.

Una amenaza sobre ruedas

Adem¨¢s de cambiarnos el estilo de vida, habitar en las ciudades nos enfrenta a otros factores que pueden tener efectos da?inos en nuestras vidas si no sabemos c¨®mo manejarlos. Uno de los m¨¢s evidentes es el tr¨¢nsito.

El crecimiento de la clase media en Latinoam¨¦rica vino acompa?ado por un aumento sin precedentes de la motorizaci¨®n. Hay 89 millones de autos para uso personal en Latinoam¨¦rica, seg¨²n datos de OICA.

A nivel mundial, el transporte genera un cuarto de las emisiones de di¨®xido de carbono. Ese aire contaminado tiene el potencial de provocar enfermedades cr¨®nicas para quienes lo respiran.

M¨¢s del 80% de habitantes urbanas est¨¢ expuesto a niveles de calidad de aire que excede a los l¨ªmites considerados seguros por la OMS. Esta contaminaci¨®n provoca la muerte de 3,7 millones personas al a?o en todo el mundo.?

Mientras la contaminaci¨®n es un riesgo silencioso, el n¨²mero creciente de autos en las calles y rutas de Latinoam¨¦rica ha dado luz a una amenaza que ya no se puede desconocer.

La inseguridad vial se reconoce c¨®mo una de los principales causas de muerte entre las personas de 5 a 44 a?os de edad. En 2013 muri¨® un latinoamericano cada cuatro minutos en accidentes de tr¨¢nsito.

Un problema sobre el que ya se est¨¢n poniendo en pr¨¢ctica algunas ideas, como esta iniciativa en Argentina para promover el uso de cinturones de seguridad y el cumplimiento con los l¨ªmites de velocidad, que ya est¨¢ dando resultados.

Desde el comienzo del proyecto en 2010, se ha visto un aumento de 67% en el uso de cinturones de seguridad en ciertas rutas y se cumple con los l¨ªmites de velocidad en un 94% de casos. Adem¨¢s mayor observaci¨®n en estos mismos corredores por la parte de autoridades viales ha ayudado a reducir en un 70% la tasa de mortalidad en las rutas.

La contaminaci¨®n del agua

Otra de las amenazas que enfrentamos viene del agua. Seg¨²n estudios del Banco Mundial, un 70% de las aguas residuales de Latinoam¨¦rica vuelven a los r¨ªos y otros cuerpos de agua sin ser tratadas, lo que los coloca entre los m¨¢s contaminados del mundo.

Por eso, en los ¨²ltimos a?os se est¨¢n realizando enormes esfuerzos a lo largo de la regi¨®n para restaurar las cuencas fluviales.

En Paraguay, aguas residuales tradicionalmente han sido lanzadas sin tratamiento directo al r¨ªo Paraguay. Y en ¨¦pocas de lluvia comunidades como la de Cerrito Cara Cara en Gran Asunci¨®n luchaban contra desbordes que hac¨ªan que estas aguas contaminadas del r¨ªo entrasen en la comunidad.

Ahora se trabaja en la construcci¨®n de la primera planta de tratamiento de aguas residuales del pa¨ªs, que ha mejorado la calidad del agua y -al mismo tiempo- la calidad de vida de las comunidades aleda?as al r¨ªo.

En Argentina, la cuenca del Matanza-Riachuelo que aborda la zona fronteriza entre Capital Federal y la provincia de Buenos Aires tambi¨¦n tiene una triste historia de contaminaci¨®n por industria, falta de tratamiento de aguas residuales y los residuos s¨®lidos. Actualmente se est¨¢ realizando una gran obra para reducir las fuentes de contaminaci¨®n y restaurar el r¨ªo a su antiguo esplendor.

Mary Stokes es productora online del Banco Mundial