Tsunami pol¨ªtico
La consulta brit¨¢nica define el punto emocional m¨¢s ¨¢lgido de los ¨²ltimos a?os en el continente europeo
Todo el mundo sabe que vivimos inmersos en una crisis de representatividad. Todo el mundo sabe que la democracia, pese a que ha resultado no ser tan mala como el resto de los sistemas pol¨ªticos, se encuentra en una crisis profunda. Y todo el mundo sabe que no hemos sido capaces de resolver ni de afrontar el mayor desaf¨ªo para la comprensi¨®n del mundo moderno, es decir, la crisis econ¨®mica.
La recesi¨®n parece m¨¢s una plaga divina que la consecuencia de una serie de errores y excesos cometidos por la clase financiera, debido a las debilidades de los Gobiernos y a la falta de sanci¨®n moral y pol¨ªtica ejemplar contra el abuso de unos pocos sobre muchos. Este panorama ha sido el germen de la descomposici¨®n en los sistemas pol¨ªticos, del surgimiento de los movimientos antisistema y del descontento social, puesto que las sociedades han visto c¨®mo se apaga la esperanza y solo queda encendida la vela de supervivencia, asumiendo que el Estado del bienestar conquistado por sus padres les ha sido arrebatado para siempre.
Tal vez por eso el llamado Brexit, el refer¨¦ndum que definir¨¢ la permanencia de Reino Unido en la Uni¨®n Europea el 23 de junio, no s¨®lo abre un terreno imprevisible en cuanto a lo que vaya a suceder, sino que define el punto emocional m¨¢s ¨¢lgido de los ¨²ltimos a?os en ese continente.
Ahora las encuestas dicen una cosa y las casas de apuestas otra, convirtiendo el refer¨¦ndum en un parteaguas para la reconfiguraci¨®n europea. Si Reino Unido no abandona la Uni¨®n Europea, resultar¨¢ muy dif¨ªcil continuar con el discurso monocorde de la austeridad y de la fortaleza de las instituciones europeas.
Y en cuanto a lo pol¨ªtico ¡ªindependientemente de que los brit¨¢nicos decidan irse o permanecer¡ª, la consulta convocada por el primer ministro, David Cameron, ha exteriorizado todas las frustraciones, contradicciones y enojos capaces de desatar un tsunami antisistema en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos.
Si Londres abandona la UE, la reacci¨®n en cadena en Francia no resultar¨¢ dif¨ªcil de anticipar, dado que ese pa¨ªs no puede ¡ªy tal vez tampoco quiere¡ª mantener la disciplina presupuestaria necesaria para seguir dentro de la hoy cuestionada Uni¨®n Europea.
El Brexit se celebra a s¨®lo tres d¨ªas de las elecciones generales del 26-J en Espa?a y naturalmente la incertidumbre de su resultado agita un escenario en el que la insatisfacci¨®n, el enojo social y la convicci¨®n de que las pol¨ªticas antiguas ya no sirven han adquirido un enorme peso.
La realidad no es lo que podemos entender, es lo que existe. Y lo que existe ahora es un panorama en el que la falta de resoluci¨®n de la crisis econ¨®mica ha precipitado al mundo en una crisis pol¨ªtica que parece no tener fin.
En este momento nadie puede asegurar si Reino Unido se ir¨¢ de la Uni¨®n Europea, pero cualquiera que sea el resultado muestra que los seres humanos nos movemos por impulsos emocionales. Y la emoci¨®n o la locura de abandonar la Uni¨®n Europea puede llegar a ser el detonante de un resultado inesperado en las elecciones espa?olas.
La realidad no se parece a lo que interpretamos, queremos o necesitamos, La realidad s¨®lo se parece a s¨ª misma.
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