Rodrigo Duterte, el presidente que m¨¢s desprecia la ley
Filipinas encara un destino incierto con la llegada al poder del pol¨ªtico tras su rotundo triunfo con un discurso autoritario y soez
Rodrigo Duterte, de 71 a?os, parece el protagonista de una pel¨ªcula mala de tipos duros. Los discursos del futuro presidente de Filipinas est¨¢n salpicados de amenazas, groser¨ªas y palabrotas. Muchas palabrotas. Tantas que su programa semanal de televisi¨®n se graba para que cada una pueda ser tapada con un biiiiiiiip. Es sin duda m¨¢s soez y m¨¢s agresivo que el estadounidense Donal Trump. Y su desprecio por la ley es mucho mayor. Es un ejemplo extremo de pol¨ªtico populista. En su caso, con unas formas autoritarias que asustan. Ofrece soluciones simples, la panacea, a asuntos complejos. Y pese a lo repugnante de alguno de sus comentarios logr¨® sacarle 15 puntos al segundo y vencer con un holgado 39% las presidenciales del 9 de mayo. A partir del jueves 30 ser¨¢ el presidente de los m¨¢s de cien millones de habitantes de este pa¨ªs archipi¨¦lago que fue colonia espa?ola.
La promesa que le ha aupado incluye matar a 100.000 delincuentes para acabar con el crimen en seis meses
Tres semanas antes de las elecciones dinamit¨® todos los l¨ªmites del mal gusto con un comentario sobre la violaci¨®n y asesinato de una misionera australiana en un mot¨ªn carcelario. ¡°Me enfad¨® mucho que la violaran, eso es una cosa. Pero ?era tan guapa!¡ El alcalde ten¨ªa que haber sido el primero. ?Qu¨¦ desperdicio!¡±, proclam¨® en un mitin seg¨²n The Rappler. Cuando dijo que el alcalde debi¨® ser el primero en violarla se refer¨ªa a s¨ª mismo. Duterte acaba de abandonar la alcald¨ªa de Davao (en la sure?a Mindanao), donde ocurri¨® el escabroso suceso en 1989. Los presentes respondieron con risas y el v¨ªdeo se hizo viral. Y, aunque desat¨® la ira de muchos filipinos, no le perjudic¨® en las urnas como tampoco le afect¨® que su predecesor en la Presidencia recordara que Hitler tambi¨¦n alcanz¨® al poder por las urnas.
La clave de su ¨¦xito es su discurso de tolerancia cero y mano dura. La promesa que le catapult¨® a la presidencia suena imbatible: acabar en seis meses con los criminales que tienen atemorizados a sus compatriotas. ?C¨®mo? Muy sencillo: matando a cien mil delincuentes, ha explicado. Su plan convierte a ciudadanos se conviertan en justicieros. ¡°Si est¨¢n en tu barrio, no dudes en llamar a la polic¨ªa o hazlo t¨² mismo si tienes una pistola. Tienes mi apoyo¡±, proclam¨® en una campa?a que deja a Trump como un principiante en el arte de dar titulares a los periodistas. Los jefes del negocio de la droga han subido a un mill¨®n de d¨®lares la recompensa para quien asesine a Duterte, seg¨²n el que ser¨¢ su jefe de polic¨ªa.
Los filipinos que le auparon a la jefatura del Estado sab¨ªan bien lo que hac¨ªan porque Duterte, al que apodan el Castigador, es un viejo conocido. Es uno de los alcaldes m¨¢s veteranos del pa¨ªs. Suma 22 a?os en siete mandatos con alg¨²n par¨¦ntesis en el que era n¨²mero dosmientras su hija Sara ostentaba la alcald¨ªa. Las sagas pol¨ªticas son un cl¨¢sico en Filipinas, donde la pol¨ªtica est¨¢ salpicada todav¨ªa de Aquinos (el presidente saliente es Benigno, hijo de presidenta) y Marcos (el hijo de Ferdinand e Imelda acaba de disputar, y perder, la vicepresidencia).
Ruben Carranza, un jurista del Centro Internacional de Justicia Transicional de origen filipino que litig¨® para recuperar los bienes expoliados por los Marcos, explica de d¨®nde emana el desprecio del presidente electo por la ley. ¡°Creci¨® en una familia relativamente privilegiada de la ¨¦lite y emergi¨® como pol¨ªtico en una regi¨®n fronteriza sin ley¡± donde proliferaban escuadrones de la muerte comunistas y anticomunistas enfrentados por expolios de tierras. Se form¨® "como fiscal en un peque?o pueblo donde cualquier autoridad legal que tuviera hubiera sido ineficaz. Imponer el poder pol¨ªtico no mediante la ley, sino mediante la violencia, era una tentaci¨®n. Y ¨¦l cay¨®¡±, explica Carranza. ¡°Quiz¨¢ funcion¨® en Davao en los noventa pero no va a funcionar en el resto del pa¨ªs 30 a?os despu¨¦s¡±, pronostica este abogado.
Duterte siempre alardea de su hoja de servicio. Presume de que convirti¨® la capital del crimen en una ciudad habitable y segura. No est¨¢ claro que los resultados sean tan indiscutibles, pero sin duda sus vecinos lo adoran. Para el pr¨®ximo presidente, los escuadrones de la muerte que asesinaron a mil personas en Davao durante su mandato ¡°no son un problema, sino un programa pol¨ªtico¡±, escribi¨® Phelim Kine, subdirector para Asia de la Human Rights Watch. Esta ONG document¨® en 2009 decenas de asesinatos de trapicheros en la ciudad a los que dos o tres tipos que llegaban en una moto sin matr¨ªcula tiroteaban a plena luz del d¨ªa. Los cr¨ªmenes quedaron impunes ¡°en buena medida por la tolerancia y, a veces, por el apoyo directo de las autoridades locales¡±, recalc¨® HRW.
El jurista Carranza explica c¨®mo ha logrado seducir al electorado, especialmente de las clases medias y altas. ¡°Muchos de ellos no deben afrontar el hambre o la carencia de tierras (como los pobres), sino que temen por sus hogares, sus propiedades y el d¨ªa a d¨ªa de sus familias. Duterte apel¨® a esos miedos: drogas, crimen y una sensaci¨®n generalizada de que la ley no se cumple son f¨¢ciles de invocar, resultan familiares por las pel¨ªculas y la cultura (popular). Y, a ojos de muchos filipinos acostumbrados a la impunidad, s¨®lo se pueden resolver con algo tan terminante como el asesinato extrajudicial...".
El futuro presidente tiene seis a?os por delante y un contencioso con la Iglesia cat¨®lica, poderos¨ªsima a¨²n en Filipinas, donde el divorcio y el aborto son ilegales. Ha prometido promover la educaci¨®n sexual, defiende los anticonceptivos ¨C¡°soy cristiano pero tambi¨¦n realista, tenemos un problema de sobrepoblaci¨®n¡±¡ª, los derechos de la comunidad LGTB y las bodas gays. Divorciado, vive con su novia, Cielito, y es padre de cuatro hijos y abuelo de ocho nietos. Adem¨¢s de limpiar el pa¨ªs de criminales, Duterte, que se define ¡°como medio cristiano y medio musulm¨¢n¡±, ha sido de los primeros en referirse en campa?a a la hist¨®rica opresi¨®n de la minor¨ªa musulmana del sur y pretende negociar con el Frente Moro de Liberaci¨®n la implementaci¨®n del acuerdo de paz.
Pero no todo es matonismo y prepotencia. Para resolver las disputas mar¨ªtimas con China prefiere la mano izquierda. ¡°La mejor opci¨®n ser¨ªa abordarlo sin enfrentamientos. Todos los filipinos tenemos algo de sangre china y yo creo que los chinos son gente razonable¡±.
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