La Ciudad de M¨¦xico entrega 15.000 silbatos antiacoso
La pol¨¦mica medida ha recibido duras cr¨ªticas por parte de las asociaciones feministas de la capital
Tania Guti¨¦rrez, de 23 a?os, sostiene a su hija de dos meses con el brazo izquierdo y con la mano libre muestra contenta su silbato. La Ciudad de M¨¦xico ha comenzado el reparto este lunes de 15.000 pitos antiacoso. La medida, dentro de un programa gubernamental para erradicar la violencia sexual que sufren miles de mujeres en la capital en el transporte p¨²blico, ha sido duramente criticada por las organizaciones feministas y las redes sociales la han elevado a chiste nacional.
"Vengo a por el pito porque aceptar¨ªa cualquier cosa con tal de sentirme m¨¢s segura. Tengo mucho miedo cuando voy sola con mi ni?a", explica Guti¨¦rrez. Ella ha venido junto con su marido Mart¨ªn, que es coordinador de seguridad de la estaci¨®n de Metro Guerrero, porque un d¨ªa escuch¨® un pitido de una mujer y los compa?eros de trabajo comentaron que era una buena idea para sus esposas. Perla Sandoval, de 34 a?os, no viene por ella, sino por sus hijos: "Me explicaron que si me llegan a quitar a mi ni?o podr¨ªa sonar el silbato y pedir ayuda a la gente". La mayor¨ªa de las mujeres que han acudido este lunes para solicitarlo proviene de barrios inseguros, oscuros de noche, solitarios y humildes. Ellas, que cruzan la ciudad diariamente solas o cargando a sus beb¨¦s, reconocen sentirse algo m¨¢s amparadas por este artilugio, aunque no tengan claro si funcionar¨¢ o no.
La medida la dio a conocer el Gobierno de la capital pocos d¨ªas despu¨¦s de la primera gran manifestaci¨®n contra la violencia de g¨¦nero el pasado 24 de abril. Aunque formaba parte de un programa con pol¨ªticas destinadas a concienciar a la poblaci¨®n sobre la problem¨¢tica, el jefe de Gobierno la se?al¨® como la primera, la que encabezaba la estrategia, y las cr¨ªticas le comenzaron a llover. "?Por qu¨¦ tengo que colgarme una se?al para que no me violen? ?La que decida no llevarlo est¨¢ entonces dando v¨ªa libre para que abusen de ella?", se preguntaban algunas mujeres.
En esta 1¡ã fase ponemos a disposici¨®n de las mujeres un silbato que les ayudar¨¢ a avisar de posibles delitos #mm pic.twitter.com/9FMVHhh7JM
— Miguel ?ngel Mancera (@ManceraMiguelMX) May 25, 2016
Desde el Instituto de las Mujeres, un organismo dependiente del Gobierno capitalino y asesor en el programa, insisten en que es una medida disuasoria, que no pretende solucionar el problema de ra¨ªz. "Si un acosador ve un pito, se lo pensar¨¢ dos veces", cuenta v¨ªa telef¨®nica Teresa Inch¨¢ustegui, directora del centro. La diferencia principal entre pitar o gritar, es que "el silbato alcanza los 700 metros", cuenta convencida. Ante las cr¨ªticas, Inch¨¢ustegui, lo defiende: "No estamos haciendo descansar la seguridad de las mujeres en un silbato. Estamos aumentando la vigilancia de las c¨¢maras de seguridad, colocando botones de alarma en los autobuses para los ch¨®feres y hemos ampliado el n¨²mero de vagones de mujeres en el Metro, entre otras medidas".
Catalina Ruiz Navarro, una de las fundadoras de la asociaci¨®n feminista m¨¢s influyente de la capital, Estereotipas, explica indignada que esta pol¨ªtica es "insultante" adem¨¢s de "ineficaz". "El silbato presenta varios problemas. El primero es pr¨¢ctico: es m¨¢s f¨¢cil gritar que sacar un pito. Y si estamos en una sociedad donde si pides auxilio nadie hace nada, de poco va a servir que hagas sonar un silbato". Y contin¨²a: "Es completamente impredecible lo que puede ocurrir si pitas. Si lo haces, porque hay mujeres que se paralizan. Y puede incluso que el acosador se ponga nervioso y te ataque. En ese caso: ?la culpa ser¨¢ de la persona que pit¨®?".
Ruiz se?ala que lo m¨¢s grave es que "revictimiza" a las mujeres y en "ning¨²n punto del programa se plantean medidas de prevenci¨®n ni educaci¨®n". El proceso para denunciar, y en eso coinciden desde la administraci¨®n, es demasiado farragoso. Existe un porcentaje muy alto de mujeres que no denuncian ¡ªm¨¢s de un 80% seg¨²n las autoridades¡ª y las que lo hacen est¨¢n enfrentando a un acosador a penas "excesivamente altas" el algunos casos, seg¨²n opina Ruiz. Y a?ade: "Una mujer que se anima a denunciar, adem¨¢s de que tiene que esperar m¨¢s de seis horas en el Ministerio P¨²blico, tiene que decidir si va a destrozarle la vida a un se?or por haberle tocado en el metro. Ese hombre puede ir varios a?os a la c¨¢rcel [de uno a tres]. Es poco estimulante poner una denuncia".
Seg¨²n la encuesta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa, un 63% de las mujeres mexicanas se?ala haber sufrido alg¨²n tipo de violencia sexual. En la Ciudad de M¨¦xico esa cifra aumenta a un 72%. Las diferentes fiscal¨ªas tienen registradas m¨¢s de 15.000 denuncias por violaci¨®n al a?o. Esto es, 40 mujeres al d¨ªa. Y s¨®lo una de cada cinco recibe una sentencia condenatoria. Con estas cifras sobre la mesa, las organizaciones feministas exigen un programa de prevenci¨®n que "no recaiga sobre la ciudadan¨ªa", sino en el Estado. Ruiz resume: "Pensar que llevas un pito puesto ni disuade ni protege, es una medida de emergencia que no cambia el comportamiento y para colmo nadie ha asegurado su eficacia".
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