Los militares argentinos vuelven a protagonizar una fiesta patria 16 a?os despu¨¦s

El presidente Mauricio Macri ha decidido recuperar el alma castrense de las fiestas patrias en Argentina. Para cerrar la conmemoraci¨®n de los 200 a?os de la independencia de Espa?a, unos 6.000 militares desfilaron ayer por la avenida del Libertador en Buenos Aires, un espect¨¢culo que no se ve¨ªa desde 2001, cuando el expresidente Fernando de la R¨²a (1999-2001) presidi¨® los homenajes por el 150¡ã aniversario de la muerte de Jos¨¦ de San Mart¨ªn, el principal pr¨®cer argentino.

El asunto de los militares es muy sensible en Argentina desde la terrible dictadura (1976-1983) que devast¨® el pa¨ªs. Los Kirchner nunca quisieron que fueran protagonistas de los grandes festejos patrios y buscaron actos civiles de fervor popular. Kirchner se enfrent¨® a los militares cuando orden¨® bajar el retrato del dictador Jorge Videla (1976-1981) de la escuela militar que dirigi¨®.

Las celebraciones fueron la contracara de la fiestas que hace 6 a?os organiz¨® el kirchnerismo para el bicentenario de la Primera Junta de gobierno, primer paso del proceso independentista que termin¨® finalmente con la declaraci¨®n definitiva el 9 de julio de 1816 en Tucum¨¢n. El esp¨ªritu festivo de aquel entonces, con grandes movilizaciones populares y los militares relegados a un papel secundario, dieron paso esta vez a la recuperaci¨®n del protocolo patrio y los cuarteles, como anta?o, en un rol protag¨®nico.

Ha sido evidente la decisi¨®n oficial de rebajar la dimensi¨®n de los festejos todo lo que fuera posible. No hubo presidentes extranjeros en el palco oficial y hasta Macri anunci¨® a media ma?ana que declinaba su participaci¨®n en los desfiles por estar ¡°cansado¡±. Con un mensaje en su cuenta en Twitter, Macri dijo que tom¨® la decisi¨®n por el desgaste f¨ªsico de las giras por Europa, EEUU y su participaci¨®n, sin escalas, en los festejos patrios en Tucum¨¢n. La cr¨ªticas que recibi¨® en las redes y los rumores sobre eventuales problemas de salud (el 3 de junio fue internado por una arritmia card¨ªaca y d¨ªas despu¨¦s operado de una rodilla) lo convencieron de lo contario y particip¨® del tramo final de los festejos.

El desfile, con todo, no fue una demostraci¨®n de poder¨ªo b¨¦lico sino un evento cultural. Los militares argentinos desfilaron por Buenos Aires representados por las bandas musicales de sus regimientos y en compa?¨ªa de batallones enviados por pa¨ªses amigos, como Espa?a, EEUU, Francia, Italia, Marruecos y todos los lim¨ªtrofes. Las bandas, 28 en total, confluyeron luego en el Campo Argentino de Polo, un predio centenario ubicado frente al Hip¨®dromo y dependiente del Ej¨¦rcito. All¨ª realizaron un ¡°carrusel¡± de figuras y tocaron melod¨ªas representativas de sus pa¨ªses -los Bersaglieri italianos eligieron, por ejemplo, la napolitana Funicul¨ª, funicul¨¢-.

Los festejos han sido una puesta en escena del giro hacia la austeridad que Macri ha impulsado desde la Casa Rosada. En los d¨ªas previos, desde el Gobierno se ufanaron de gastar ¡°un 10%¡± del dinero destinado por los Kirchner en el otro bicentenario, el del 25 de mayo de 2010. Los conciertos militares de ayer apenas pudieron vencer el hast¨ªo de un d¨ªa nublado y fr¨ªo y el cierre del Bicentenario fue muy diferente al de 2010, aunque los militares s¨ª vivieron con emoci¨®n el regreso a las calles. Macri ha querido dejar en claro que Argentina vive un cambio de ¨¦poca.