¡°?Del ISIS? ?Pero si ni rezaba, ni ayunaba por Ramad¨¢n!¡±
Declaraciones de familiares, amigos y vecinos dibujan un perfil del asesino de Niza
Al mediod¨ªa, cae un sol de justicia en la ciudad tunecina de M¡¯Saken. Media docena de hombres est¨¢n apostados con cara de pocos amigos frente a la casa de Mohamed Lahouaiej Bouhlel, el joven local que arremeti¨® contra una multitud en Niza la noche del pasado jueves provocando la muerte de m¨¢s de 80 personas.
Entre quienes hacen guardia se encuentra su hermano peque?o, un joven musculoso y engominado. El viernes, agredi¨® a varios periodistas que se acercaron a la vivienda familiar. Ayer, su humor hab¨ªa mejorado algo. ¡°?T¨² c¨®mo sabes que fue ¨¦l? No basta con que hayan encontrado su tarjeta de residencia¡±, comenta con una mirada desafiante. El mismo d¨ªa del atentado, Mohamed le envi¨® un selfie sonriente que muestra en su tel¨¦fono m¨®vil. Dos d¨ªas despu¨¦s de la tragedia, la familia todav¨ªa est¨¢ en estado de choque.
A partir de las declaraciones de familiares, amigos y vecinos, se dibuja un perfil del asesino similar al de los autores de otras matanzas recientes en Occidente reivindicadas por el yihadismo: un joven inestable, hijo de la emigraci¨®n ¡ªse fue a Francia en 2005, con apenas 20 a?os¡ª y con impulsos violentos. Sin embargo, para nada religioso o interesado en la pol¨ªtica. ¡°?Del ISIS? ?Pero si ni rezaba ni ayunaba por Ramad¨¢n!¡±, espeta su hermano, que prefiere no revelar su nombre a la prensa. ¡°Le gustaba el deporte y salir por la noche a bailar salsa¡±, a?ade para reafirmarse. Ahora bien, s¨ª reconoce que ten¨ªa un car¨¢cter ¡°agresivo¡±. Apenas unas horas antes del encuentro, el ISIS se hab¨ªa atribuido la acci¨®n terrorista cometida por ¨¦l.
T¨²nez es el pa¨ªs del mundo de donde m¨¢s yihadistas han salido para unirse al ISIS en Siria o en Irak. Se calcula que son unos 5.000, y los habitantes de M'Saken aseguran que ninguno es de la ciudad. Varios medios locales aseguraron ayer que Lahouaiej era hijo de un activista islamista que fue encarcelado durante la dictadura de Ben Al¨ª. No obstante, Jalal Rouiss, responsable del partido islamista Ennahda en la localidad, matiza estas informaciones. ¡°Monzar, el padre, pas¨® medio a?o en la c¨¢rcel simplemente por oponerse al relevo de un im¨¢n. Pero no ha sido nunca una persona activa pol¨ªticamente¡±, explica este m¨¦dico en su despacho del centro de la ciudad. De hecho, tras la revoluci¨®n, una vez Ennahda fue legalizado, no se afili¨®. ¡°Es un agricultor, un hombre muy simple... Quiz¨¢s es simpatizante nuestro, pero no m¨¢s¡±, agrega Rouiss, que recuerda orgulloso que la ciudad es un basti¨®n de Ennahda.
Shukri Amimi, cu?ado de Lahouaiej, confirma que su relaci¨®n con la familia, sobre todo con sus padres, era tirante. Hac¨ªa cuatro a?os que el emigrante no pisaba T¨²nez, y ni tan siquiera asisti¨® a la boda de su hermana. ¡°Ten¨ªa problemas psicol¨®gicos. Todo el mundo lo sabe. As¨ª lo diagnostic¨® un m¨¦dico¡±, asegura ante varios medios tras salir de la residencia familiar. ¡°?l fumaba, beb¨ªa... se met¨ªa de todo¡±. Fuad, un comerciante amigo de la familia, confirma un tema en boca de todo M¡¯Saken: ¡°Era un chico muy inestable¡±.
Emigraci¨®n
Adolescente algo pendenciero, un matrimonio de conveniencia que desemboc¨® en divorcio, y la p¨¦rdida de la custodia de sus tres hijos trastornaron profundamente a Lahouaiej. ¡°Se cas¨® con su prima porque ella era residente en Francia, y eso le daba acceso a emigrar all¨ª legalmente. Es una pr¨¢ctica muy habitual aqu¨ª¡±, explica Hatem Gazeh, un periodista de la radio local. No en vano, el reportero estima que actualmente viven en Niza unas 20.000 personas originarias de M¡¯Saken, una ciudad mediana de unos 100.000 habitantes, situada a unos 150 kil¨®metros al sur de la capital, y a solo 10 kil¨®metros de Susa, uno de los centros tur¨ªsticos m¨¢s importantes del pa¨ªs.
Adem¨¢s de conmoci¨®n por la tragedia de Niza, los vecinos est¨¢n preocupados por las repercusiones que sufrir¨¢n sus familiares residentes en Francia. ¡°Tengo miedo de que la polic¨ªa acose ahora a la comunidad o que tengan m¨¢s problemas para encontrar trabajo¡±, confiesa Gazeh, cuyo hermano, abuelos y otros 30 familiares han emigrado a Niza.
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