Turqu¨ªa ya no es pa¨ªs para golpes
El rechazo de la calle, la condena de la oposici¨®n y el papel de las redes sociales hicieron fracasar la intentona militar
El viernes 12 de septiembre de 1980, multitud de ni?os turcos se alegraron porque algo que suced¨ªa en televisi¨®n hab¨ªa cancelado el inicio del curso escolar. No pod¨ªan entender el gesto preocupado de sus mayores, que corr¨ªan por la casa en busca de libros que quemar en la cocina para evitar ser inculpados, mientras los tel¨¦fonos herv¨ªan en llamadas para saber si el resto de sus familiares y amigos se encontraban a salvo. Ese d¨ªa, de madrugada, los tanques hab¨ªan tomado las calles y se impuso la ley marcial. La Junta Militar se prolongar¨ªa durante tres a?os, tras los cuales ¡ªmiles de torturados, muertos y encarcelados mediante¡ª Turqu¨ªa ya jam¨¢s volver¨ªa a ser la misma.
Esconderse y tratar de pasar desapercibido fue la respuesta de la mayor¨ªa de los turcos a los sucesivos golpes de Estado (1960, 1971, 1980 y 1997) vividos por su pa¨ªs desde el inicio de la democracia. Era eso o echarse al monte intentando resistir hasta la captura o la muerte.
Esta vez ha sido diferente. Por primera vez, los militares golpistas se han encontrado con que las masas les hac¨ªan frente en defensa del Gobierno democr¨¢ticamente elegido y, aunque algunos dispararon contra los manifestantes, la mayor¨ªa de los soldados terminaron por deponer las armas. ¡°Tomamos una decisi¨®n. Nos dijimos: o salimos a la calle, aunque sea arriesgando nuestra vida, o este pa¨ªs perder¨¢ otra vez otros 10 o 15 a?os, que es el retraso que ha supuesto para Turqu¨ªa cada uno de los golpes de Estado¡±, explica Ahmet Turan Han, miembro de la asociaci¨®n antimilitarista J¨®venes Civiles. Este joven inform¨¢tico decidi¨®, ante el llamamiento del presidente Recep Tayyip Erdogan y de varios miembros del Gobierno, caminar hasta el puente del B¨®sforo en Estambul, donde cientos de personas intentaron frenar a los golpistas: ¡°Hab¨ªa unos 35 soldados, un tanque y varios blindados, primero dispararon al aire para dispersarnos, luego hacia nosotros. Varios cayeron heridos, hubo tambi¨¦n alg¨²n muerto. Pero los conductores de los autobuses municipales y los de los camiones de basura cruzaron sus veh¨ªculos para impedir que llegasen m¨¢s militares. Y vi¨¦ndonos all¨ª, todos juntos, hermanados, siendo m¨¢s que los militares, nos sentimos fuertes y resistimos hasta que lleg¨® la polic¨ªa y los detuvo¡±.
El j¨²bilo mostrado por miles de personas que han salido a la calle ¡ªel Gobierno ha llamado a ¡°no abandonar las plazas¡±¡ª contrastaba con la quietud en otros barrios de tendencia contraria al Ejecutivo. Esta ma?ana del s¨¢bado, en un mercado del centro de Estambul abrieron menos puestos de los acostumbrados. Seg¨²n una testigo, la gente se mostraba ¡°temerosa¡±. Sin embargo, pronto cambi¨® el ambiente: ¡°El propietario del caf¨¦ invit¨® a t¨¦ a la gente y todos empezamos a hablar y a compartir nuestros miedos y a relajarnos¡±. En medio de la incertidumbre que generan episodios como estos y tras una noche en que el centro de la metr¨®polis turca estuvo sumido en explosiones, tiroteos y el vuelo rasante de los cazas, el calor humano y la solidaridad son la mejor medicina.
¡°No ha sido s¨®lo la gente. Tambi¨¦n el hecho de que los l¨ªderes de los principales partidos pol¨ªticos coincidiesen en denunciar el golpe ha sido muy importante¡±, puntualiza Mensur Akg¨¹n, director del centro de estudios GPoT. Efectivamente, socialdem¨®cratas, pro-kurdos y ultranacionalistas turcos mostraron su apoyo al Gobierno islamista electo y su oposici¨®n a la asonada militar. Los cuatro grupos parlamentarios se reunieron este s¨¢bado en una sesi¨®n extraordinaria de un Parlamento gravemente da?ado por los bombardeos de la noche. Por primera vez en mucho tiempo, en el hemiciclo turco se escucharon aplausos de los grupos pol¨ªticos a los l¨ªderes rivales. ¡°Turqu¨ªa es un pa¨ªs que vive sumido en una gran polarizaci¨®n, y los militares intentaron aprovechar estas divisiones para hacer triunfar el golpe. El que no lo hayan conseguido, da muestra de que la sociedad turca ha madurado y es un hito en la historia de la democracia¡±, sostiene este experto.
Tampoco contaban los sublevados con que el mundo ha evolucionado. La tradici¨®n golpista indica que lo primero que deben hacer los rebeldes es tomar la radiotelevisi¨®n p¨²blica y desde ah¨ª radiar las ¨®rdenes a la naci¨®n. Y as¨ª lo hicieron, pero no contaron con que en Turqu¨ªa los restantes canales privados continuar¨ªan emitiendo. ¡°Incluso televisiones contrarias al Gobierno como CNN-T¨¹rk tomaron una postura de defensa de la democracia y contraria al golpe de Estado¡±, explica el director de GPoT. No en vano, un grupo de soldados invadi¨® a punta de pistola los estudios de dicha cadena, donde sus periodistas siguieron con la emisi¨®n incluso entonces, permitiendo a los espectadores escuchar los disparos y los gritos con los que los golpistas trataban de desalojar el edificio. Si hace unos meses, los medios progubernamentales y los seguidores del AKP hab¨ªan lanzado campa?as de difamaci¨®n contra los periodistas y medios del emporio Dogan, al que pertenece CNN-T¨¹rk, cuyos edificios llegaron a apedrear, hoy muchos simpatizantes del partido islamista agradecen la solidaridad y el empe?o mostrado por estos mismos periodistas en defensa de la democracia.
Ni se pararon a pensar los golpistas en la gran penetraci¨®n que tienen las redes sociales en Turqu¨ªa que, pese a los sucesivos bloqueos, son ampliamente utilizadas. ¡°Nos organizamos a trav¨¦s de Whatsapp¡±, explica el miembro de J¨®venes Civiles: ¡°Y al ver las fotos que la gente colgaba en Facebook y Twitter, muchos m¨¢s decidieron unirse¡±. Muchos ciudadanos recibieron adem¨¢s SMS del Gobierno en sus tel¨¦fonos m¨®viles inst¨¢ndoles a participar en las protestas contra el golpe. El golpe de estado, en la era de la informaci¨®n, ha perdido muchas de la posibilidades de ¨¦xito que ten¨ªa antes, subrayaba el cat¨¢logo de una exposici¨®n art¨ªstica titulada ¡°Darbe¡± (Golpe) en una galer¨ªa de Estambul hace ya siete a?os.
Burak Bekdil, experto en temas de Defensa, tampoco acaba de salir de su asombro respecto al intento golpista: ¡°La doctrina de las Fuerzas Armadas de Turqu¨ªa siempre hab¨ªa sido la de dar un golpe solamente cuando ten¨ªa apoyo para ello. Y esta vez se han levantado contra un Gobierno que tiene una gran popularidad¡±. Tambi¨¦n ¨¦l, pese a ser un cr¨ªtico mordaz del autoritarismo islamista, cree que la facci¨®n que ha perpetrado la sublevaci¨®n ha errado en la lectura sobre la situaci¨®n del pa¨ªs: ¡°Antes, los turcos est¨¢bamos programados para aceptar lo que dijese el Ej¨¦rcito. Ahora no, ahora la gente est¨¢ con las Fuerzas Armadas cuando lucha contra el terrorismo pero en contra cuando intenta un golpe de estado. La sociedad turca ha cambiado¡±.
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