Los hispanos, v¨ªctimas silenciosas de la violencia policial
La latina es, tras la negra, la segunda comunidad m¨¢s afectada por la brutalidad policial en EE UU
Los disturbios que se registraron en Baltimore tras la muerte del joven negro Freddie Gray a manos de la polic¨ªa hace poco m¨¢s de un a?o no llegaron hasta el barrio donde Ramona Reyes, una inmigrante dominicana de 40 a?os, tiene su sal¨®n de belleza. Pero la indignaci¨®n y, sobre todo, el miedo ante una respuesta policial desproporcionada, demostrada otra vez con los recientes casos de Philando Castile y Alton Sterling, es hoy palpable en esta esquina predominantemente hispana y negra de una ciudad ya para siempre asociada a la brutalidad policial contra las minor¨ªas.
¡°Los latinos no le tienen confianza a la polic¨ªa¡±, afirma Ramona en el negocio que lleva su nombre, y en el que atiende cada d¨ªa a numerosos vecinos, en su mayor¨ªa hispanos. Muchos de ellos cuentan historias de discriminaci¨®n con la polic¨ªa, asegura. Pero esa desconfianza, as¨ª como la situaci¨®n irregular migratoria de muchos de ellos, les disuade de denunciarlo. La propia Ramona, que s¨ª ten¨ªa? papeles y acaba de hacerse ciudadana estadounidense, fue detenida durante 26 horas cuando, en 2013, denunci¨® a su marido por maltrato.
Otra de las razones de que se conozcan menos los casos de violencia policial contra latinos que contra negros es, seg¨²n los expertos, la menor visibilidad de la comunidad hispana en EE UU. Y la falta de una organizaci¨®n eficiente, coinciden Ramona y Lydia Walther-Rodr¨ªguez, organizadora comunitaria en Baltimore de la organizaci¨®n hispana CASA. Aunque los latinos son muy activos a la hora de unirse para luchar por una reforma migratoria, no existe un movimiento similar al Black Lives Matter negro, recuerda. ¡°Los latinos no tenemos ni voz ni voto aqu¨ª, pero es tambi¨¦n porque no nos ayudamos. Falta movilizaci¨®n¡±, suspira Ramona.
Tras los afroamericanos, los hispanos son la segunda minor¨ªa m¨¢s afectada en Estados Unidos por la discriminaci¨®n y la violencia policial. Seg¨²n el recuento de The Washington Post, de las 990 personas muertas a manos de la polic¨ªa en 2015, 494 eran blancas, 258 negras y 172 hispanas. Entre afroamericanos y latinos, suman casi tantas muertes como las de blancos, pese a que estas dos minor¨ªas no suponen m¨¢s que el 30% de la poblaci¨®n estadounidense, tal como record¨® recientemente el presidente, Barack Obama.
Tras los afroamericanos, los hispanos son la segunda minor¨ªa m¨¢s afectada en Estados Unidos por la discriminaci¨®n y la violencia policial
La desproporci¨®n de la violencia policial es m¨¢s patente a¨²n cuando se desglosa cu¨¢ntas de esas personas no iban armadas en el momento de su muerte por uno o varios agentes de la ley: De los 494 blancos abatidos, solo 32 estaban desarmados. Es decir, el 6% de los fallecidos. En el caso de los negros, la cifra se dispara al 14,7% y en los hispanos llega al 10,4%.
Son pocos en Estados Unidos o fuera del pa¨ªs a los que no les suena el nombre de Michael Brown, el adolescente negro desarmado que fue matado a tiros por un polic¨ªa blanco en Ferguson (Misuri), en agosto de 2014. Y todav¨ªa perduran las protestas por Philando Castile y Alton Sterling, los dos negros cuyas muertes a manos de la polic¨ªa este mes fueron grabadas y difundidas r¨¢pidamente por las redes sociales. Pero muchos se quedan en blanco al escuchar nombres como el de Antonio Zambrano Montes de Pasco (Washington), Rub¨¦n Garc¨ªa Villalpando de Euless (Texas) o de Ernesto Javier Canepa D¨ªaz en Santa Ana (California). Los tres hombres, de origen mexicano y de entre 28 y 35 a?os, tambi¨¦n murieron por disparos de polic¨ªas el ¨²ltimo a?o pese a que no iban armados.
Y no se trata solo de casos tan extremos. La discriminaci¨®n se siente a menudo en incidentes diarios menores, hasta el punto de que m¨¢s de un hispano se lo piensa dos veces antes de pedir ayuda a la polic¨ªa, apunta Walther-Rodr¨ªguez. ¡°Es un problema que tiene nuestra comunidad latina. A veces, cuando una persona necesita a la polic¨ªa, hay ese temor de que ¡®si llamo a la polic¨ªa, quiz¨¢s me pase algo peor¡¯¡±.
Esto no es nuevo. Seg¨²n un estudio de la Fundaci¨®n W.K. Kellogg y la encuestadora Latino Decisions de 2014, el 68% de los latinos teme que la polic¨ªa pueda hacer un uso excesivo de la fuerza contra ellos. Hasta el 18% de los consultados dijo tener un familiar o amigo v¨ªctima de la brutalidad policial.
Y el recelo supera el ¨¢mbito policial. El 52% de los hispanos consultados el mes pasado por el Pew Research Center dijo haber sufrido alg¨²n tipo de discriminaci¨®n o haber sido tratado de manera injusta por su raza o grupo ¨¦tnico.
El temor a acudir a la polic¨ªa es algo que comparten afroamericanos e hispanos, se?ala Walther-Rodr¨ªguez. Pero en el caso de los latinos, a menudo hay complicaciones adicionales en su relaci¨®n con las autoridades m¨¢s all¨¢ de un temor a una discriminaci¨®n racial: una situaci¨®n migratoria irregular ¡ªen EE UU hay unos 11 millones de indocumentados, en gran parte hispanos¡ª y, tambi¨¦n, en ocasiones, un escaso conocimiento del ingl¨¦s.
En Baltimore y en el Estado de Maryland algo empieza sin embargo a cambiar. Activistas negros e hispanos se unieron tras la muerte de Freddie Gray y crearon la Campa?a por Justicia, Seguridad y Trabajos, que lucha por una mayor transparencia policial. Ya cuentan con un primer logro: haber conseguido que el plazo para denunciar un abuso policial se ampl¨ªe de 90 d¨ªas a un a?o y un d¨ªa, celebra Walther-Rodr¨ªguez. Pero a¨²n queda mucho camino por recorrer. ¡°Sabemos que tenemos que luchar juntos, porque estos casos muchas veces est¨¢n saliendo a la luz gracias a la habilidad de la comunidad de organizarse. Y eso viene en com¨²n con conocer nuestros derechos, y saber reportar lo que est¨¢ pasando¡±.
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