Duelo, dudas y desconcierto tras el tiroteo de tres polic¨ªas en Baton Rouge
El asesinato de tres polic¨ªas conmociona a una ciudad que no hab¨ªa asimilado a¨²n la muerte de un negro desarmado a manos de agentes
Baton Rouge ha dormido mal esta noche de domingo a lunes. Las carreras, cortes de tr¨¢fico y constantes sirenas de coches patrulla y ambulancias que acudieron en auxilio de los seis polic¨ªas tiroteados por un hombre a primera hora de la ma?ana ya se hab¨ªan apagado con la puesta de sol. Pero el dolor, las dudas y el desconcierto por la muerte de tres de los agentes atacados desvelaron a muchos en una ciudad que vive desde hace casi dos semanas en tensi¨®n constante por otra muerte: la de Alton Sterling, un afroamericano de 37 a?os contra el que dispararon los polic¨ªas que lo hab¨ªan detenido pese a que no iba armado y ya hab¨ªa sido reducido.
La polic¨ªa levant¨® el cerco durante la tarde en el ¨¢rea donde el agresor, identificado como Gavin Long, un veterano afroamericano que viv¨ªa en Kansas City, mat¨® a tres agentes y dej¨® heridos a otros tres, uno de ellos de gravedad.
Pasada la medianoche, solo unas furgonetas de televisi¨®n aparcadas en la zona revelaban d¨®nde se hab¨ªa producido el ataque, entre un establecimiento de salud y belleza y una gasolinera situados en un ¨¢rea comercial en las afueras de Baton Rouge, llena de restaurantes de comida r¨¢pida y concesionarios de coches. A poco m¨¢s de un kil¨®metro de distancia, el cuartel general de la polic¨ªa, donde se concentraron las protestas por la muerte de Sterling las dos ¨²ltimas semanas, permanec¨ªa vallado ¡ªcomo ha estado desde el inicio de las manifestaciones¡ª y fuertemente vigilado por polic¨ªas armados hasta los dientes y protegidos con casco y chaleco antibalas.
Unas precauciones innecesarias, al menos esta ¨²ltima jornada. ¡°Desde el tiroteo, todo ha estado pac¨ªfico¡±, contaba Charles, dependiente de una tienda 24 horas pr¨®xima a la comisar¨ªa. Nada que ver con el ambiente hasta hace poco, asegur¨®. ¡°En los ¨²ltimos d¨ªas fue mucho m¨¢s agresivo¡±, explica este afroamericano que ronda la cincuentena. Con un suspiro, agrega: ¡°Espero que las cosas se calmen. Tenemos que aprender a convivir¡±.
Aunque cada vez se conocen m¨¢s detalles del tirador, Gavin Long, que cumpli¨® 29 a?os el mismo d¨ªa en que perpetr¨® el ataque contra los polic¨ªas antes de morir abatido, perduran muchas dudas. Una, especialmente inquietante: ?se ha convertido Baton Rouge en un nuevo Dallas? Aunque cada vez hay m¨¢s indicios que apuntan a ello, las autoridades no han querido confirmar por el momento si Long actu¨® motivado por el odio como Micah Johnson, el joven negro que hace diez d¨ªas dispar¨® en esa ciudad contra la polic¨ªa texana que custodiaba una manifestaci¨®n y que reconoci¨® antes de ser neutralizado por las fuerzas de seguridad que ten¨ªa el objetivo de matar agentes blancos, en venganza por la brutalidad policial contra las minor¨ªas.
Se espera que la investigaci¨®n en marcha arroje en las pr¨®ximas horas y d¨ªas algo m¨¢s de luz sobre este aspecto. Sea cual sea el resultado, Baton Rouge ha quedado ya marcado.
Viejas tensiones
Porque Baton Rouge no es una ciudad tranquila. Los problemas de esta sure?a urbe en la que m¨¢s de la mitad de sus 230.000 habitantes son negros vienen de largo. En 2015 se registraron 60 homicidios, 98 violaciones y 809 robos, lo que la convierte en una de las ciudades de su tama?o con mayor tasa de cr¨ªmenes violentos de Estados Unidos, seg¨²n estad¨ªsticas oficiales.
Tampoco son nuevas las tensiones raciales y los enfrentamientos con la polic¨ªa, pese a que desde 1980 se viene haciendo un esfuerzo por aumentar el reclutamiento de miembros de minor¨ªas en las fuerzas del orden. Pero quiz¨¢s no se ha hecho lo suficiente. En la actualidad, solo el 30% de los agentes son negros, una tasa muy por debajo de la proporci¨®n de poblaci¨®n afroamericana en la ciudad.
Las minor¨ªas son ¡°muy recelosas ante la polic¨ªa y a menudo la temen¡±, dijo a la agencia Reuters Michele Forunet, una conocida abogada criminalista de Baton Rouge.
La tensi¨®n que llevaba tiempo bullendo volvi¨® a estallar a comienzos de mes, cuando Sterling, un padre de familia de 37 a?os, muri¨® a manos de la polic¨ªa que lo arrest¨® frente a una tienda ante la que vend¨ªa CDs. Su familia lo enterr¨® el s¨¢bado, un d¨ªa antes del ataque contra la polic¨ªa.
En las dos ¨²ltimas semanas se hab¨ªan sucedido las manifestaciones por la muerte de Sterling ante el cuartel general de la polic¨ªa cerca del cual se produjo el fatal tiroteo del domingo. Ni siquiera la r¨¢pida intervenci¨®n del Departamento de Justicia, que orden¨® abrir una investigaci¨®n, aplac¨® las protestas. Estas dejaron un centenar de detenidos y agentes crispados por toda la ciudad, especialmente entre aquellos polic¨ªas pertenecientes a las mismas minor¨ªas que acusan a sus colegas de discriminaci¨®n racial.
Uno de ellos era Montrell Jackson, una de las v¨ªctimas mortales del tiroteo del domingo. En medio de las protestas por la muerte de Sterling y la de Philando Castile un d¨ªa m¨¢s tarde en Minnesota, que recrudecieron las protestas de Baton Rouge, Jackson asisti¨® at¨®nito al asesinato de cinco de sus colegas en Dallas que proteg¨ªan una manifestaci¨®n parecida a las que ¨¦l hab¨ªa presenciado en su ciudad. Antes de ser abatido, el atacante, Micah Johnson, asegur¨® que su intenci¨®n hab¨ªa sido matar a agentes blancos.
¡°Estoy cansado f¨ªsica y emocionalmente¡±, reconoc¨ªa Jackson en su cuenta de Facebook el 8 de julio, horas despu¨¦s de la matanza de Dallas. Como seguramente muchos de sus colegas afroamericanos, sufr¨ªa por partida doble con las tensiones entre las minor¨ªas y la polic¨ªa que no ha hecho m¨¢s que arreciar desde la muerte del adolescente negro Michael Brown en Ferguson (Misuri) dos a?os atr¨¢s. ¡°Cuando estoy con el uniforme, recibo desagradables miradas de odio, y cuando no lo llevo algunos me consideran una amenaza¡±, lament¨® en la red social. Con su muerte, pasa a engrosar la larga lista de v¨ªctimas de una tensi¨®n racial que el pa¨ªs no parece capaz de superar.
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