Ni democracia en Cuba, ni paz en la tumba de Pay¨¢
En el cuarto aniversario de la muerte del disidente, su hija pide que el pueblo cubano decida su futuro democr¨¢ticamente a trav¨¦s de un referendo
El d¨ªa de hoy se conmemora el cuarto aniversario del probable asesinato del disidente cubano Oswaldo Pay¨¢. A pesar de las permanentes campa?as de desprestigio que sufri¨® en vida, Pay¨¢ contin¨²a siendo internacionalmente reconocido como el activista por la democracia m¨¢s importante de los ¨²ltimos 25 a?os.
En 1988, Pay¨¢ fund¨® el Movimiento Cristiano Liberaci¨®n (MCL) para promover una transici¨®n a la democracia en Cuba. Desde all¨ª, Pay¨¢ dirigi¨® el Proyecto Varela, una iniciativa legislativa que ¡ªa trav¨¦s de la recolecci¨®n masiva de m¨¢s de 11.000 firmas¡ª propon¨ªa la convocatoria a un referendo en el que los cubanos decidieran, entre otras cosas, si quer¨ªan tener elecciones libres con un sistema plural de partidos.
El r¨¦gimen de Castro descalific¨® el Proyecto Varela de ser un plan imperialista financiado por la CIA. ?El resultado? La polic¨ªa ¡°secuestr¨® el material subversivo y contrarrevolucionario¡± que inclu¨ªa ¡°45 folletos conteniendo la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, [y] siete cartas dirigidas a la Asamblea Nacional sobre el Proyecto Varela¡±.
Los fiscales arrestaron a 75 personas involucradas en el proyecto y los acusaron de ¡°instigar a la desobediencia civil [e] instigaci¨®n a la disidencia¡±. Los jueces despu¨¦s condenaron sumariamente a todos los acusados a penas que promediaban los 25 a?os de c¨¢rcel.
Acto seguido, la Asamblea Nacional reform¨® el art¨ªculo 3 de la Constituci¨®n y estableci¨® que ¡°el socialismo, [¡] habiendo demostrado su capacidad de transformar el pa¨ªs y crear una sociedad enteramente nueva y justa, es irrevocable, y Cuba no volver¨¢ jam¨¢s al capitalismo¡±.
A pesar de las adversidades, Pay¨¢ continu¨® liderando la lucha por un cambio democr¨¢tico en la isla, hasta que el 22 de julio de 2012 result¨® muerto en lo que el sistema judicial cubano calific¨® como un ¡°accidente de tr¨¢nsito¡± ocasionado por la ¡°imprudencia del conductor del veh¨ªculo¡±, el ciudadano espa?ol ?ngel Carromero, quien fue acusado y condenado a 4 a?os de prisi¨®n por ¡°homicidio¡± imprudente.
Una vez libre en Espa?a, Carromero denunci¨® a la prensa internacional que se vio obligado a autoinculparse en Cuba y que el accidente no fue ning¨²n accidente, sino el producto de un deliberado y ¡°estruendoso impacto trasero¡± a cargo un coche pilotado por agentes de la dictadura que ven¨ªa sigui¨¦ndolos desde que salieron de La Habana.
La evidencia ignorada activamente por el sistema judicial cubano sugiere que las muertes de Pay¨¢ y Cepero fueron el resultado de un hecho automovil¨ªstico causado deliberadamente por agentes del Estado, con la intenci¨®n de asesinar a Oswaldo Pay¨¢ y a los pasajeros que viajaban con ¨¦l, o con la intenci¨®n de causarles graves lesiones corporales.
El juicio contra Carromero se limit¨® a imponer una verdad oficial de los hechos, y que es la misma ¡°verdad¡± que ya hab¨ªa publicado meses antes el Granma. Los jueces negaron a la defensa de Carromero (provista por el gobierno de Cuba) acceso al expediente del caso y le impidieron ofrecer prueba alguna de descargo.
Ir¨®nicamente, las actuaciones de polic¨ªas, abogados defensores, fiscales y jueces que investigaron y procesaron los hechos alrededor de la muerte de Pay¨¢, s¨ª estuvieron de conformidad con el C¨®digo de ?tica de los abogados en Cuba que establece que estos, en el ejercicio de la profesi¨®n, deben ¡°ser fiel[es] a los principios que entra?an la Patria [y] la Revoluci¨®n¡±, y que esto debe ser realizado ¡°imbuidos de las justas, nobles y humanas ideas del Socialismo e inspirados en el ejemplo del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz¡±.
Por eso es que, a cuatro a?os de los hechos, las autoridades siguen sin comunicar a la familia el resultado de la autopsia realizada a Pay¨¢. El ¨²nico documento que recibieron fue una tarjeta de cart¨®n escrita a mano, donde se describe la causa de muerte como: ¡°lesi¨®n cuerpo nervioso¡± (sic). Hasta la ropa que vest¨ªa Pay¨¢ el d¨ªa que falleci¨® les fue devuelta lavada y empaquetada, ¡°como si la hubiesen llevado a la tintorer¨ªa¡±.
Trece a?os despu¨¦s de aquella Primavera Negra donde el r¨¦gimen castig¨® con siglos de c¨¢rcel a los 75 audaces del proyecto de Pay¨¢, el mismo r¨¦gimen contin¨²a ¡°secuestrando material subversivo¡± como libretitas y lapiceros con esl¨®ganes pro democracia, y persiguiendo penalmente a artistas e intelectuales bajo cargos de ¡°desacato¡± por insultar con dibujos a Fidel y Ra¨²l Castro e ¡°incitaci¨®n al desorden p¨²blico¡± por organizar actividades de micr¨®fono abierto en la Plaza de la Revoluci¨®n o por leer p¨²blicamente el libro ¡°Or¨ªgenes del Totalitarismo¡± de Hannah Arendt.
Cuatro 22 de julios despu¨¦s, su hija Rosa Mar¨ªa sigue pidiendo que se investigue la muerte de Oswaldo Pay¨¢, pero tambi¨¦n pide que el pueblo cubano decida su futuro democr¨¢ticamente a trav¨¦s de un referendo. Mientras tanto, persistente en la virtud y la temeridad de su padre, Rosa Mar¨ªa soporta que la dictadura la tilde en la ONU de ¡°mercenaria y gusana¡±, y la amenace de muerte cada vez que llega a La Habana.
Mientras no haya democracia en Cuba, no habr¨¢ verdad ni justicia para los casi 8.000 asesinados (y por asesinarse) en m¨¢s de medio siglo de dictadura. Y no habr¨¢ paz en la tumba de Pay¨¢.?
*Javier El-Hage es director jur¨ªdico y Roberto Gonz¨¢lez abogado asociado de Human Rights Foundation, una organizaci¨®n de derechos humanos con sede en Nueva York. Twitter: @JavierElHage y @RobCGonzalez
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