?frica dice no a la mutilaci¨®n genital femenina
El Parlamento de la Uni¨®n Africana avala la prohibici¨®n de la ablaci¨®n, a¨²n vigente en treinta pa¨ªses


El Parlamento de la Uni¨®n Africana ha avalado la prohibici¨®n de la mutilaci¨®n genital femenina en todo el continente, una pr¨¢ctica en retroceso pero que se sigue realizando en una treintena de pa¨ªses sobre todo en la banda del Sahel, desde Somalia hasta Senegal. Aunque el Parlamento Panafricano, con sede en Sud¨¢frica, s¨®lo tiene car¨¢cter consultivo y asesor y no legislativo, esta decisi¨®n supone un espaldarazo a la creciente adopci¨®n de medidas por buena parte de los pa¨ªses afectados, que obedece tanto al trabajo y las presiones ejercidas por los organismos internacionales como a la lucha que desde hace d¨¦cadas lideran asociaciones africanas de defensa de los derechos de la mujer y la infancia.
El acuerdo se produce tras intensas sesiones realizadas entre miembros del Grupo de Trabajo para la Mujer del citado Parlamento y representantes del Fondo para la Poblaci¨®n de Naciones Unidas (UNFPA). En realidad, lo acordado es un plan de acci¨®n encaminado a erradicar la ablaci¨®n, que sufren cada a?o unos tres millones de ni?as en ?frica y Oriente Pr¨®ximo y que afecta en la actualidad a 125 millones de mujeres. A partir de ahora comienza la tarea de los 250 diputados firmantes de hacer llegar esta decisi¨®n a sus respectivos pa¨ªses e impulsar la puesta en marcha del plan de acci¨®n en coordinaci¨®n con las autoridades nacionales.
En los ¨²ltimos a?os, los avances sociales y legislativos en ?frica occidental, una de las regiones afectadas, han sido imparables. Nigeria prohibi¨® la ablaci¨®n en todo su territorio en mayo de 2015, mientras que Gambia, hasta ahora refugio de esta pr¨¢ctica, hizo lo propio en noviembre pasado. Issatou Touray, hist¨®rica activista gambiana, asegura sin embargo que ¡°s¨®lo con el trabajo en las comunidades se podr¨¢ dar un cambio real, las leyes son necesarias pero no bastan¡±.
Cada pa¨ªs es un mundo. En Senegal est¨¢ prohibida desde hace a?os, pero se sigue practicando de manera clandestina y por eso, la ONG Tostan sigue llevando a cabo su pol¨ªtica de juramentos, en la que las mujeres y l¨ªderes comunitarios prometen p¨²blicamente el abandono de la ablaci¨®n. En Guinea tambi¨¦n est¨¢ prohibida, pero la tasa de prevalencia est¨¢ en torno al 90% porque cuenta con una enorme aceptaci¨®n cultural. En Mal¨ª, sin embargo, es legal aunque existe un plan nacional desde 2010 para erradicarla. Virginie Moukoro, defensora de los derechos de la mujer y la infancia maliense, cree que a¨²n queda mucho trabajo por delante, pero que en el plazo de una generaci¨®n se podr¨¢ acabar con la ablaci¨®n. ¡°Un d¨ªa ser¨¢ historia, como ocurri¨® con la pr¨¢ctica de atar los pies a las ni?as en Jap¨®n¡±, asegura.
En ?frica oriental el optimismo es m¨¢s moderado. Pa¨ªses como Egipto, Sud¨¢n, Eritrea, Yibuti, Etiop¨ªa o Somalia tienen el triste honor de concentrar las tasas de prevalencia m¨¢s elevadas, en este ¨²ltimo pa¨ªs del 98%, la m¨¢s alta del mundo. All¨ª se practica un tipo de ablaci¨®n conocida como la circuncisi¨®n fara¨®nica, que adem¨¢s de la extirpaci¨®n del cl¨ªtoris y labios mayores y menores conlleva el cosido de la vulva hasta dejar un peque?o orificio para permitir la salida de la orina. Las consecuencias son terribles y provoca cientos de muertes cada a?o. Somalia es un ejemplo de la ambig¨¹edad legislativa en la que se mueven muchos pa¨ªses sahelianos, la Constituci¨®n establece la prohibici¨®n de la pr¨¢ctica pero ninguna ley ha sido aprobada para hacer efectiva esta decisi¨®n.
La mutilaci¨®n genital femenina comprende un conjunto de pr¨¢cticas que van desde la amputaci¨®n total o parcial del cl¨ªtoris hasta la extirpaci¨®n de labios mayores y/o menores, con consecuencias tr¨¢gicas para las ni?as. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, adem¨¢s del riesgo de muerte y enfermedades, el dolor, el trauma y las lesiones creadas por el procedimiento en s¨ª mismo, muchas veces realizado en penosas condiciones higi¨¦nicas, las consecuencias a largo plazo incluyen las infecciones recurrentes, quistes, esterilidad y aumento de las complicaciones durante el parto, adem¨¢s, claro est¨¢, de la imposibilidad o dificultad de sentir placer durante el acto sexual. Adem¨¢s de un atentado para la salud de la mujer, supone una violaci¨®n de sus derechos y una forma de discriminaci¨®n que refleja la desigualdad entre los sexos.
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