Hillary Clinton esquiva las ¨²ltimas revelaciones sobre sus correos
La publicaci¨®n de m¨¢s 'emails' relanza las acusaciones sobre conflicto de intereses con la fundaci¨®n filantr¨®pica
En una campa?a tradicional, los conflictos de intereses entre la candidata dem¨®crata, Hillary Clinton, y la fundaci¨®n filantr¨®pica que lleva el nombre de la familia habr¨ªan ocasionado una tormenta veraniega. Con un rival como el republicano Donald Trump, todo se sale de la norma. Al atraer el foco con sus salidas de tono, desv¨ªa la atenci¨®n de las ¨²ltimas revelaciones sobre uno de los puntos d¨¦biles de Clinton, los emails de su etapa de secretaria de Estado.
La controversia en torno a los correos electr¨®nicos enviados por la candidata dem¨®crata desde un servidor privado no ha desaparecido despu¨¦s de que en julio el FBI desaconsejase presentar cargos criminales contra ella por supuesto uso indebido de informaci¨®n confidencial. El grupo conservador Judicial Watch public¨® el martes una nueva ronda de correos electr¨®nicos del equipo de Clinton mientras ella fue secretaria de Estado, entre 2009 y 2011.
El mismo d¨ªa, Trump anim¨® en un mitin a los propietarios de armas a impedir la victoria de Clinton en noviembre. El comentario pod¨ªa interpretarse como una incitaci¨®n velada a la violencia y provoc¨® una ola de cr¨ªticas al republicano. Los titulares ¡ªnegativos¡ª fueron de nuevo para Trump y no para los problemas de Clinton con sus emails.
Los correos iluminan las complejas relaciones entre Clinton y la Fundaci¨®n Clinton, la organizaci¨®n filantr¨®pica que su esposo, Bill, cre¨® despu¨¦s de abandonar la Casa Blanca en 2001. La fundaci¨®n creci¨® mientras Hillary Clinton desarrollaba su carrera, primero como senadora por Nueva York, despu¨¦s como candidata fallida a las elecciones presidenciales de 2008, luego como secretaria de Estado y finalmente como nominada del Partido Dem¨®crata a la Casa Blanca en 2016.
Durante este tiempo, los Clinton han afrontado acusaciones de conflictos de inter¨¦s. Es decir, la sospecha de que muchos grandes donantes de la fundaci¨®n no entregaban el dinero desinteresadamente sino que, para ellos, era una manera de comprar el acceso a una de las familias m¨¢s poderosas en Washington. Cuando Barack Obama la nombr¨® secretaria de Estado, Clinton prometi¨® apartarse de la fundaci¨®n mientras estuviese en el cargo.
El problema del posible conflicto de intereses ya existe, para los Clinton y cualquier otro pol¨ªtico en EE UU, con los donantes millonarios a las campa?as electorales: ?Cu¨¢ntos de estos donantes esperan algo a cambio? Una de las particularidades, en el caso de la fundaci¨®n, es que entre quienes financian la instituci¨®n se encuentran individuos, empresas y Gobiernos extranjeros, susceptibles de influir en la pol¨ªtica estadounidense. Los donativos de extranjeros est¨¢n prohibidos en las campa?as electorales, precisamente para evitar la injerencia, pero no en las fundaciones.
Favores
Entre los correos publicados esta semana, dos episodios han llamado la atenci¨®n de los medios y del Partido Republicano. El primero concierne a Gilbert Chagoury, un magnate nigeriano de origen liban¨¦s, viejo conocido de los Clinton desde los a?os noventa, cuando Bill era presidente, y gran donante de su iniciativa filantr¨®pica. Chagoury ha dado a la Fundaci¨®n Clinton entre uno y cinco millones de d¨®lares. En su p¨¢gina web, Chagoury se define como ¡°amigo y confidente de presidentes, jefes de Estado y l¨ªderes de negocios en todo el mundo¡±.
En un correo de 2009, Doug Band, mano derecha de Bill Clinton durante a?os, pide a Huma Abedin y Cheryl Mills, asesoras de Hillary Clinton en el departamento de Estado, un contacto para Chagoury. ¡°Necesitamos que Gilbert Chagoury hable con alguien de sustancia sobre L¨ªbano. Como sab¨¦is, es un tipo clave all¨ª y para nosotros, y en L¨ªbano se le quiere. Muy importante¡±. ¡°Es Jeff Feltman. Seguro que le conoce. Hablar¨¦ con Jeff¡±, responde Abedin. Feltman era entonces embajador de EE UU en L¨ªbano.
En el segundo episodio, Band env¨ªa a Abedin y Mills un mensaje con el t¨ªtulo ¡°Un favor¡¡±. Se trataba de un antiguo voluntario de la fundaci¨®n en Hait¨ª que busca trabajo. ¡°Todos lo hemos tenido en nuestro radar. Personal le ha mandado opciones¡±, responde Abedin. La campa?a de Clinton subraya que ninguno de los emails implica a la secretaria ni tiene que ver con el trabajo de la fundaci¨®n. Los republicanos ven en los correos electr¨®nicos una prueba del conflicto de intereses entre Clinton y la fundaci¨®n y del peligro de que la candidata venda favores a sus donantes cuando llegue a la Casa Blanca.
Pero no est¨¢ claro si esta persona que buscaba trabajo acab¨® encontr¨¢ndolo. Y finalmente el donante Chagoury nunca se reuni¨® con el embajador Feltman, seg¨²n dijo este a The Washington Post. Si quer¨ªa obtener favores a cambio de los millones que desembols¨®, y esto fue todo lo que obtuvo, fue un mal negocio.
La maldici¨®n de los 'emails'
Los correos electr¨®nicos persiguen a la dem¨®crata Hillary Clinton. Con raz¨®n el republicano Donald Trump se enorgullece de no manejarlo. El servidor privado que Clinton utiliz¨® cuando era secretaria de Estado y los correos que envi¨® y recibi¨®, algunos con informaci¨®n sensible, ya le han causado problemas en esta campa?a. El nuevo peligro, para Clinton, es la filtraci¨®n de correos pirateados por hackers. A finales de julio la organizaci¨®n Wikileaks public¨® mensajes de varios responsables del Partido Dem¨®crata. Esta semana, se ha difundido informaci¨®n privada de legisladores dem¨®cratas. La posibilidad de que en las pr¨®ximas semanas se publiquen nuevos documentos robados preocupa a los dem¨®cratas. Expertos en ciberseguridad y servicios de inteligencia ven la mano de Rusia detr¨¢s de estas filtraciones.
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