Nuestras ciudades
Cinco prioridades para asegurar el futuro urbano
Seg¨²n la leyenda, R¨®mulo fund¨® Roma en el a?o 753 AC tras matar a su hermano Remo. Los registros hist¨®ricos, sin embargo, dan cuenta de algo bastante distinto: una cuidadosa planificaci¨®n a largo plazo que incluy¨® la construcci¨®n de infraestructura y la provisi¨®n de servicios p¨²blicos, a punto tal que para el siglo III de nuestra era ya la ciudad contaba con 11 acueductos y cuantiosos ba?os comunitarios, incluyendo las famosas Termas de Caracalla, y ?m¨¢s de un mill¨®n de habitantes!
La Ciudad Eterna puede dejar importantes lecciones para el futuro de las urbes de Am¨¦rica Latina y el Caribe, que han venido creciendo fuertemente en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ?Seguir¨¢n nuestros centros urbanos expandi¨¦ndose como hasta ahora, sin un modelo de planificaci¨®n urbana, desorganizadamente, generando todo tipo de problemas para sus habitantes? ?O, con un ojo puesto en el pasado de Roma, intentar¨¢n migrar a un modelo de gesti¨®n m¨¢s inteligente de una ciudad, en beneficio de sus moradores?
?Y qu¨¦ es una ciudad inteligente? Para el Banco Interamericano de Desarrollo, es aquella que pone al ser humano al centro de la planificaci¨®n, con una visi¨®n de largo plazo. Es aquella que incorpora las tecnolog¨ªas de informaci¨®n y comunicaciones en la gesti¨®n urbana, y utiliza estos elementos como herramientas para promover la formaci¨®n de un gobierno eficiente con participaci¨®n ciudadana. Sobre esta base de uso ¡°inteligente¡± de tecnolog¨ªas disponibles, se deben proyectar todos sus componentes: desde espacios p¨²blicos a seguridad, educaci¨®n, salud, vivienda, energ¨ªa, empleo, transporte, esparcimiento, pol¨ªtica fiscal, infraestructura, comunicaciones, servicios, tecnolog¨ªa y, por ¨²ltimo pero no menos importante, la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico.
Nuestra regi¨®n ya es una de las m¨¢s urbanizadas del planeta: ocho de cada 10 personas viven en una zona urbana. Para el a?o 2050 ser¨¢n nueve de cada 10 personas. ?Qu¨¦ debemos hacer para llegar en mejores condiciones a esa fecha? Estos son, a juicio del BID, algunos de los tantos sectores, que deber¨ªan priorizarse:
Seguridad
El crimen y la violencia son uno de los problemas que m¨¢s preocupan a los latinoamericanos y caribe?os. No es para menos: 42 de las 50 ciudades m¨¢s violentas del mundo est¨¢n en nuestra regi¨®n. Sin embargo, algunas de ellas han logrado revertir la tendencia, trayendo mayor tranquilidad a sus barrios mediante el uso de t¨¦cnicas policiales comunitarias, el an¨¢lisis de estad¨ªsticas sobre delitos para detectar zonas de alto riesgo y personas m¨¢s propensas a delinquir, y, en base a esa informaci¨®n, desarrollar programas de iluminaci¨®n de zonas peligrosas, de incorporaci¨®n de los j¨®venes a trav¨¦s deporte, de formaci¨®n de micro-empresarios, entre otros.
Agua y saneamiento
Am¨¦rica Latina y el Caribe han avanzado mucho en materia de acceso a agua y saneamiento, especialmente en zonas urbanas. A¨²n quedan significativas brechas entre barrios m¨¢s c¨¦ntricos y perif¨¦ricos, pero el gran desaf¨ªo para las ciudades de la regi¨®n, de cara a los retos del cambio clim¨¢tico, es el tratamiento de las aguas residuales. A nivel regional se estima que solo se trata el 18% de las aguas negras generadas. Ante la necesidad de conservar m¨¢s agua, muchas ciudades en zonas ¨¢ridas y semi¨¢ridas del mundo est¨¢n optando por reciclar el agua que utilizan sus ciudadanos para lavar y ba?arse. En Israel, los campeones mundiales del reciclaje de agua, se reusa 80% del agua.
Movilidad
Es preciso migrar del modelo de ciudades para veh¨ªculos a un modelo de ciudades para ciudadanos, donde el ser humano sea el centro de la planificaci¨®n de la movilidad urbana. Nuestro transporte p¨²blico necesita ser m¨¢s eficiente, tanto del punto de vista de calidad del servicio, como del punto de vista de su huella clim¨¢tica. Una ciudad con un tiempo de traslado entre hogar-trabajo-hogar de cerca de cuatro horas diarias, no puede ser una Ciudad muy productiva, ni ese ciudadano, muy feliz. Esto act¨²a como un incentivo para aumentar la flota vehicular privada (principalmente con autos usados), lo cual a su vez, impacta la congesti¨®n y la generaci¨®n de gases contaminantes. Si contin¨²a creciendo la tasa de motorizaci¨®n, tendremos que construir m¨¢s autopistas y avenidas en detrimento del espacio p¨²blico, y del cambio clim¨¢tico. Es preciso integrar m¨¢s los espacios p¨²blicos, promover la peatonabilidad, e incorporar m¨¢s bicicletas en el modelo de movilidad, para rescatar el rol del ciudadano en la ciudad.
Cambio clim¨¢tico
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y las metas del Acuerdo Clim¨¢tico de Par¨ªs, las ciudades latinoamericanas y caribe?as deber¨ªan comenzar hoy mismo a tomar en cuenta el impacto clim¨¢tico de sus obras de infraestructura urbana. Tanto del punto de vista de mitigaci¨®n, ya que ser¨¢n las grandes generadoras de gases de efecto invernadero de las pr¨®ximas cinco d¨¦cadas; as¨ª como del punto de vista de adaptaci¨®n, para poder tener resiliencia frente a los impactos del cambio clim¨¢tico (desastres naturales y otros). Para nuestros planificadores, el reto est¨¢ en asegurar que las obras que se est¨¢n preparando en la actualidad pueden contribuir a ¨Co, al contrario, pueden socavar¨C la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Financiamiento y reforma fiscal
Todos estos planes necesitan financiamiento, algo que nunca sobra en nuestras ciudades. Esto es en parte porque los ingresos locales cubren apenas 30% del gasto municipal Am¨¦rica Latina, contra un promedio de 60% en ciudades de pa¨ªses de la OCDE. Para el BID, hace falta una gran reforma que no s¨®lo mejore la recaudaci¨®n tributaria sino que descentralice la gesti¨®n de los impuestos, para que las ciudades (y los ciudadanos) tengan m¨¢s control sobre sus propios recursos, adem¨¢s de maximizar la tecnolog¨ªa para efectuar una gesti¨®n ¡°inteligente¡± y eficiente.
Am¨¦rica Latina y el Caribe necesitan que sus ciudades se transformen en urbes inteligentes, con una visi¨®n de futuro, aprovechando su creatividad, su esp¨ªritu emprendedor y combinando los esfuerzos del sector p¨²blico y del sector privado para darle una mejor calidad de vida a su gente, reducir la exclusi¨®n, y por sobre todo mejorar las capacidades de estas ciudades en proveer empleos dignos a sus ciudadanos.
*Ellis J. Juan es el Jefe de la Divisi¨®n de Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo. S¨ªguenos en el Blog de Ciudades Sostenibles www.iadb.org/ciudadessostenibles y en Twitter @BID_Ciudades
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