Brasil: carnaval, ministros y h¨¦roes

Ante la virtual ratificaci¨®n de Michel Temer como presidente, surge la pregunta de si su Gobierno bailar¨¢ al ritmo de la democracia circense o de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que seguir¨¢n siendo destapados. El impeachment de Rousseff siempre estuvo marcado por arreglos partidarios, mucho m¨¢s que el alegado incumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal. Basta con escuchar las intervenciones de los integrantes de la C¨¢mara de Diputados en la traum¨¢tica sesi¨®n del 17 de abril, u observar c¨®mo la base aliada del Gobierno petista cambiaba de posici¨®n seg¨²n el ofrecimiento de ministerios hechos por Lula y Temer en los bastidores del llamado fisiologismo partidario.

En un contexto de crisis econ¨®mica y procesos electorales permeables a la corrupci¨®n, la fuerza del impeachment oscil¨® al gusto de las ¨®rdenes de captura y delaciones contra congresistas, actuales y exministros del Partido de los Trabajadores (PT). No hay mucho secreto en el hecho de que la opini¨®n p¨²blica fue conducida a satanizar al PT por la mayor parte de las crisis atravesadas por el pa¨ªs. Ahora que el PT ya no es Gobierno, la continuidad de la operaci¨®n Lava Jato podr¨ªa causar un impredecible ciclo de indignaci¨®n que puede agravarse o mitigarse a partir de dos coyunturas. La primera tiene que ver con el impulso que el Gobierno dar¨¢ a las reformas previsional y laboral, impopulares para un sector de la poblaci¨®n capaz de agregar cientos de miles de personas a eventuales marchas de indignados. La segunda tiene que ver con la solvencia de las actuaciones judiciales en torno a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que alcanzar¨¢n, inevitablemente, a nombres de peso del Gobierno Temer.

Aunque el poder judicial ha demostrado un elevado grado de independencia frente al poder pol¨ªtico, no est¨¢ exento del fen¨®meno intr¨ªnsecamente brasile?o descrito por Roberto da Matta en Carnaval, malandros y h¨¦roes. All¨ª, el autor explica que quienes ostentan ciertos cargos p¨²blicos tienden a evadirse de las conductas prescritas en leyes aprobadas desde la misma esfera p¨²blica. La usurpaci¨®n del principio de igualdad ante la ley se manifiesta en la reivindicaci¨®n, deliberada o inconsciente, del status de supra-ciudadanos por parte de detentores de autoridad. Entre los ejemplos recientes de supra-ciudadan¨ªa ejercida por el STF, podemos citar los presuntos incidentes de nepotismo en el nombramiento de las hijas de los Ministros Luiz Fux y Marco Aurelio Mello como magistradas, as¨ª como el lobby del STF, apoyado por la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR), para que el Congreso apruebe aumentos salariales en beneficio de ambas entidades. De ser aprobados, tales aumentos implicar¨ªan un hueco de m¨¢s de ocho billones de reales en los pr¨®ximos cuatro a?os, adicionales al d¨¦ficit fiscal de 170 billones previsto para 2016.

Entre las actuaciones que rayan escaramuzas de impunidad frente a la corrupci¨®n, han sido particularmente pol¨¦micas las cr¨ªticas del Ministro Gilmar Mendes a los Procuradores de la operaci¨®n Lava Jato y sus vituperios contra la Ley Ficha Limpia, por la cual candidatos a cargos electivos pueden resultar pol¨ªticamente inhabilitados. Mendes ha adelantado su opini¨®n en denuncias ante el Tribunal Superior Electoral, presidido por ¨¦l mismo, en las que Temer podr¨ªa ser destituido por financiaci¨®n irregular de su campa?a a la vice-presidencia en el 2014. Mientras?asociaciones de magistrados y el Colegio de Abogados han condenado la actitud de Mendes, Rodrigo Maia, Presidente de la C¨¢mara de Diputados, ha declarado que las cr¨ªticas a la operaci¨®n Lava Jato deben ser debidamente escuchadas.

El destino de Temer podr¨ªa ser una r¨¦plica del calvario de Rousseff si la anunciada recuperaci¨®n econ¨®mica sea tan solo un dedo frente al sol de esc¨¢ndalos que a¨²n est¨¢n por ser destapados. Es aqu¨ª donde los Ministros del STF pueden alinearse al clamor de la ciudadan¨ªa y seguir depurando la corrupci¨®n, o actuar como supra-ciudadanos, en defensa de intereses corporativos o del fisiologismo pol¨ªtico que tanto ha castigado la democracia brasile?a.

Daniel Cerqueira es Oficial de Programa S¨¦nior de la Fundaci¨®n para el Debido Proceso. Twitter @dlcerqueira