Los abusos de derechos humanos de la era Saakashvili traumatizan a Georgia
Las elecciones legislativas ponen a prueba al pa¨ªs del C¨¢ucaso
Las pr¨®ximas elecciones parlamentarias que celebra Georgia, el pr¨®ximo 8 de octubre, han resucitado fantasmas en este peque?o pa¨ªs del C¨¢ucaso donde inquietos ciudadanos se preguntan si su sistema pol¨ªtico ha adquirido inmunidad ante las detenciones arbitrarias, las extorsiones y las torturas en establecimientos penitenciarios, que fueron los aspectos m¨¢s siniestros del r¨¦gimen de Mij¨¦il Saakashvili, presidente del Estado de enero de 2004 a noviembre de 2013.
El partido de Saakashvili, el Movimiento Nacional Unido (MNU) de Georgia, hoy en la oposici¨®n, compite tambi¨¦n en las legislativas. En un entorno electoral muy atomizado, sus posibilidades son modestas, en opini¨®n de expertos locales.
Las ¨²ltimas legislativas, en octubre de 2012, las gan¨® la coalici¨®n El Sue?o de Georgia, dirigida por el multimillonario Bidzina Ivanishvili. Tras coexistir algo m¨¢s de un a?o con una mayor¨ªa de oposici¨®n, Saakashvili concluy¨® su mandato, abandon¨® Georgia y se instal¨® en Ucrania, que lo emple¨® en la Administraci¨®n del Estado junto a otros miembros de su equipo. Georgia acusa al expresidente y varios de sus allegados de abuso de poder y otros delitos y a principios de 2015 pidi¨® su extradici¨®n que Ucrania deneg¨®, alegando que la petici¨®n obedec¨ªa a motivos pol¨ªticos.
A fines de mayo de 2015, el presidente de Ucrania, Petr¨® Poroshenko, nombr¨® a Saakashvili gobernador en la regi¨®n de Odessa, en la costa del mar Negro. La adquisici¨®n de la ciudadan¨ªa ucraniana protege a Saakashvili de la justicia de su pa¨ªs de origen y el contencioso intoxica las relaciones bilaterales y las visitas entre los m¨¢ximos dirigentes de los dos Estados est¨¢n congeladas. ¡°Quisiera recordar que a Saakashvili se le busca por cuatro art¨ªculos del C¨®digo Penal y creo que Georgia se merece otro trato¡±, afirma Tedo Dzhaparidze, jefe del comit¨¦ de exteriores del Parlamento georgiano. Malversaci¨®n de fondos, dispersi¨®n violenta de protestas populares, implicaci¨®n en palizas por encargo contra diputados de la oposici¨®n y en el asesinato de un banquero son los cargos por los que Saakashvili podr¨ªa ser condenado a 11 a?os de c¨¢rcel en Georgia.
En enero de 2013, Georgia liber¨® a m¨¢s de 3000 presos en una amnist¨ªa que redujo dr¨¢sticamente la poblaci¨®n penal del pa¨ªs (en proporci¨®n una de las mayores del mundo). Entre los beneficiados hab¨ªa m¨¢s de 200 personas que fueron calificadas como perseguidos pol¨ªticos, incluidos los arrestados en las protestas callejeras de 2011, una veintena de personas (militares y civiles) condenadas por un supuesto mot¨ªn en mayo de 2009 y varios que cumpl¨ªan penas por espionaje. La ley fue vetada por Saakashvili, que objetaba sobre la clasificaci¨®n de presos pol¨ªticos, pero el Parlamento revirti¨® el veto. Las torturas y malos tratos est¨¢n ampliamente documentados, entre otras cosas por los v¨ªdeos de abusos sexuales perpetrados por guardianes de prisiones, difundidos en oto?o de 2012.
Vehemente partidario de la OTAN y de la r¨¢pida integraci¨®n en Occidente, Saakashvili procedi¨® a radicales reformas para convertir a Georgia en un ¡°pa¨ªs civilizado¡±. Un registro civil ¨²nico y r¨¢pido que suprimi¨® la burocracia, ¨¦xitos contra la corrupci¨®n en el sistema educativo y en la polic¨ªa de tr¨¢fico y buenas carreteras son algunos de los logros que los partidarios del expresidente esgrimen ante la gesti¨®n del partido Sue?o Georgiano. Esta coalici¨®n ha carecido del dinamismo que caracteriz¨® la gesti¨®n de Saakashvili, pero tambi¨¦n de los sobresaltos y arbitrariedades de aquella ¨¦poca, se?alan periodistas locales. En el precio de la gesti¨®n de Saakashvili se incluyen el ataque a Osetia del Sur (con la consiguiente intervenci¨®n militar rusa y el reconocimiento por parte de Mosc¨² de Osetia del Sur y Abjazia como Estados independientes), los abusos en las c¨¢rceles para lograr todo tipo de extravagantes confesiones y miles de donaciones voluntarias de patrimonio privado a los representantes del Estado.
En la c¨¢rcel, acusados o condenados por abusos y malos tratos de detenidos est¨¢n una quincena altos funcionarios del r¨¦gimen de Saakashvili, calcula el defensor de Derechos humanos de Georgia, Ucha Naunashvili. Entre ellos destacan el ex primer ministro y ministro del Interior, Vano Meravishvili y el exministro de Justicia, Zurab Adeisvili. No obstante, una buena parte de los responsables de los abusos, entre ellos fiscales y jueces, contin¨²an en sus puestos y las v¨ªctimas se quejan de no haber recibido satisfacci¨®n moral por sus sufrimientos. Tbilisi es hoy un hervidero de rumores sobre provocaciones en ciernes, supuestamente orquestadas desde Odessa.
Los abusos del r¨¦gimen se incrementaron y se hicieron sistem¨¢ticos a fines del primer mandato de Saakashvili, dice Naunashvili. En noviembre de 2007 el r¨¦gimen dispers¨® las manifestaciones de protesta, declar¨® el estado de excepci¨®n y arremeti¨® contra el canal televisivo de oposici¨®n Imedi. Tambi¨¦n influy¨® la guerra con Rusia de 2008, dice el defensor del pueblo. Naunashvili lamenta la tardanza con la que el Tribunal Penal Internacional en La Haya ha aceptado investigar las responsabilidades por aquella guerra. ¡°Han pasado tantos a?os que muchos de los testigos est¨¢n muertos¡±, afirma. Los abusos de la ¨¦poca de Saakashvili no se pueden repetir, opina, porque el sistema pol¨ªtico fue reformado y el ¡°r¨¦gimen piramidal dej¨® paso a un reparto m¨¢s equilibrado de poderes entre el parlamento, el gobierno y el presidente¡±.
Para septiembre el director de cine Gueorgui Jaindrava prev¨¦ estrenar una serie cinematogr¨¢fica de 24 cap¨ªtulos, en la que se evidencia c¨®mo ¡°los altos dirigentes del Estado, desde el presidente a los jueces y fiscales, cometieron graves delitos contra sus conciudadanos¡±. La serie es el producto de dos a?os de trabajo y 1800 entrevistas, explica el realizador, seg¨²n el cual, no se trata de una pel¨ªcula sobre Saakashvili, sino de ¡°un intento de comprender por qu¨¦ un pa¨ªs puede ser gobernado por delincuentes, a los que el resto del mundo civilizado llama dem¨®cratas y considera como gente progresista¡±.
De reporteros gr¨¢ficos a ¡°esp¨ªas¡±
Tres veteranos reporteros gr¨¢ficos de Georgia, uno de ellos el fot¨®grafo personal de Saakashvili, fueron detenidos y acusados de ¡°traici¨®n a la patria al servicio de una potencia extranjera¡± en julio de 2011. Golpeados, sometidos a electrochoques y amenazados con ser violados, los fot¨®grafos ¡°confesaron¡± los cargos que se les imputaban. ¡°Nuestro caso sigue clasificado como secreto, pero esperamos que pronto sea definitivamente resuelto y cuando nos den la sentencia, pediremos compensaciones morales¡±, afirma Gueorgui Abdaladze, uno de aquellos fot¨®grafos.
¡°En las estructuras de poder a¨²n hay gente que particip¨® en la represi¨®n y ahora obstaculiza las investigaciones, pero algunos de los torturadores han confesado ya¡±, dice Abdaladze que atribuye su detenci¨®n y la de sus compa?eros a la irritaci¨®n del r¨¦gimen por su cobertura gr¨¢fica de una agresiva carga policial contra una manifestaci¨®n pac¨ªfica en Tbilisi.
Abdaladze no ha olvidado la prisi¨®n de Gldani, donde estuvo durante 15 d¨ªas. ¡°Los viernes eran los peores d¨ªas¡± porque los guardianes se ensa?aban a golpes con los presos aprovechando que los s¨¢bados y domingos no hab¨ªa visitas. ¡°Los gritos se o¨ªan por toda la prisi¨®n. No s¨¦ de donde hab¨ªan sacado a aquellos s¨¢dicos¡±, afirma y recuerda su sensaci¨®n al ¡°estar encerrado en 20 metros cuadrados sin ventanas, de pie durante horas, con varios presos, algunos tuberculosos y con cirrosis, gente que solo hab¨ªa visto en las fotos de los campos de concentraci¨®n¡±.
¡°La sociedad georgiana permiti¨® un r¨¦gimen que en realidad era una mueca del totalitarismo, pero una mueca muy dolorosa¡±, a?ade. Entre los casos que trata est¨¢ el del coronel Serg¨® Tetradze, detenido el 17 de septiembre de 2011 y acusado, junto con otros oficiales, de ¡°espionaje¡± para Rusia. Tetradze muri¨® 6 d¨ªas despu¨¦s de su detenci¨®n, v¨ªctima de las torturas en una c¨¢rcel del Ministerio de Defensa. La gruesa capa de maquillaje que los verdugos aplicaron al cuerpo del coronel no logr¨® ocultar los numerosos hematomas y las huellas de los electrochoques. Tetradze ha sido rehabilitado, pero el juez y el fiscal que lo enviaron a la c¨¢rcel siguen en sus puestos y su viuda, Nana, reclama Justicia.
Tambi¨¦n trata Jaindrava el caso del almirante Zurab Iremadze, jefe de la Marina georgiana, cuya muerte en 2004 se atribuy¨® a un ataque al coraz¨®n. El cineasta afirma el almirante fue envenenado por revelar ¡°el funcionamiento del contrabando internacional de armas¡± v¨ªa Georgia. Otro de sus personajes es Roin Shavadze, un oficial del ej¨¦rcito georgiano condecorado por el Pent¨¢gono su actuaci¨®n en Afganist¨¢n, que escribi¨® un informe sobre la ¡°aventura de 2008¡± (la guerra con Rusia). ¡°Lo declararon esp¨ªa ruso y lo fusilaron diciendo que hab¨ªa intentado huir. Luego le encontraron 22 balas en el cuerpo que le hab¨ªan entrado por el pecho¡±, se?ala. Tambi¨¦n est¨¢ el caso de Vajtang Maisaia, un experto militar y diplom¨¢tico, que sirvi¨® en la representaci¨®n georgiana en la OTAN en Bruselas, y que pas¨® cuatro a?os en la c¨¢rcel, tras ser detenido en mayo de 2009, fue condenado en una sentencia ¡°secreta¡± a 20 a?os de c¨¢rcel por ¡°espiar para Eslovaquia¡±.Maisaia est¨¢ todav¨ªa en observaci¨®n m¨¦dica y tartamudea. Son las secuelas del simulacro de fusilamiento, el encierro en un dep¨®sito de cad¨¢veres y los conatos de sofoco con una bolsa de pl¨¢stico a los que fue sometido en prisi¨®n. Su caso ha sido admitido por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
El Parlamento de Georgia cre¨® grupo de trabajo sobre los abusos y ha estudiado m¨¢s de 6000 quejas recibidas desde 2012. En junio pasado, un informe parlamentario concluy¨® que en el periodo 2004-2012 la tortura ten¨ªa car¨¢cter sistem¨¢tico e intensivo, estaba aprobada por los responsables pol¨ªticos, que la utilizaban como instrumento de persecuci¨®n, sirvi¨® para crear un miedo total y un sentimiento de vulnerabilidad en la sociedad.
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