Phyllis Schlafly, la mujer que luch¨® contra la igualdad de sexos en EE UU
Fallece a los 92 a?os la activista que lanz¨® un movimiento conservador en la d¨¦cada de los 70 en nombre de los valores familiares m¨¢s tradicionales
La igualdad de derechos de las mujeres en Estados Unidos sufri¨® una derrota definitiva en los a?os 70 gracias a la campa?a de una mujer, Phyllis Schlafly. Esta madre de seis hijos defend¨ªa que la igualdad de sexos podr¨ªa perjudicar a las amas de casa y terminar¨ªa obligando a las mujeres a unirse al Ej¨¦rcito. Schlafly, l¨ªder de la iniciativa que puso la semilla a un movimiento conservador con ecos en la actualidad, falleci¨® este lunes a los 92 a?os en su residencia en St. Louis.
Desde entonces, ning¨²n pol¨ªtico ha logrado sacar adelante la enmienda que escribir¨ªa la igualdad de derechos en el texto de la Constituci¨®n de EE UU. ¡°En el mundo de la ultraconservadora Phyllis Schlafly, los hombres son hombres y las mujeres son amas de casa, incluso cuando trabajan¡±, escribi¨® Los Angeles Times en un reportaje sobre los debates que celebr¨® la activista en 1989 contra una defensora del derecho al aborto. Hab¨ªan pasado ya varios a?os de la victoria m¨¢s importante de su carrera, pero Schlafly segu¨ªa afianzando los cimientos de una maquinaria conservadora que sigue rodando hoy.
Schlafly defend¨ªa que el deber del gobierno era proteger los derechos de los beb¨¦s prohibiendo el aborto y que ¡°todos los ni?os deber¨ªan ser ni?os deseados y todas las madres deb¨ªan desear ser madres¡±. La activista provocaba a las l¨ªderes del movimiento feminista de los a?os 70 con declaraciones en las que intercambiaba el t¨¦rmino abortar por ¡°arrancar beb¨¦s¡± o preguntaba ¡°?por qu¨¦ vamos a dejar que las madres maten a sus hijos porque quieren?¡±
Con declaraciones como ¨¦sta Schlafly tambi¨¦n demostr¨® ser una gran conocedora del poder de la ret¨®rica, la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y del rechazo a un objetivo concreto como eje de organizaci¨®n de un movimiento. La activista hab¨ªa irrumpido en la escena pol¨ªtica a mediados de los 60 al publicar independientemente un libro que acabar¨ªa vendiendo tres millones de copias y convirti¨¦ndose en el manifiesto no oficial de los conservadores.
Una d¨¦cada despu¨¦s, Schlafly ya era la l¨ªder del movimiento en contra de la enmienda que garantizar¨ªa la igualdad de hombres y mujeres ante la ley y prohibir¨ªa la discriminaci¨®n por sexo. Aunque casi llega tarde. Cuando Schlafly se pronunci¨® contra la ERA, la ley ya hab¨ªa sido aprobada por el Congreso, en 1972. Pero un a?o despu¨¦s, el movimiento feminista celebraba una importante victoria con la sentencia del caso Roe v. Wade, que supuso la regulaci¨®n del derecho al aborto por parte del Tribunal Supremo.
Schlafly hab¨ªa encontrado la palanca para motivar a toda una generaci¨®n de mujeres ¡ªfue apodada ¡°la primera dama de la mayor¨ªa silenciosa¡±¡ª en contra de la enmienda que reconocer¨ªa la igualdad de derechos y logr¨® que la enmienda nunca fuera ratificada por suficientes Estados como para entrar en vigor. Gracias a su experiencia en campa?as anticomunistas del Partido Republicano, logr¨® movilizar a las mujeres conservadoras en contra de una ley que, aseguraban, era contraria a los valores de familia, perjudicaba a las amas de casa, provocaba m¨¢s abortos y en un futuro derivar¨ªa en el reconocimiento del matrimonio igualitario.
¡°Ya que las mujeres son quienes pueden tener hijos y no hay nada que podamos hacer al respecto nuestras leyes y tradiciones deben obligar a los hombres a proporcionar el sustento econ¨®mico¡±, argument¨® en 1973. ¡°Es la obligaci¨®n del hombre y solo de ¨¦l. Por eso perderemos si se aprueba esta enmienda¡±.
Schlafly fund¨® y presidi¨® el Eagle Forum, una organizaci¨®n en defensa de los valores familiares m¨¢s conservadores y, tras derrotar la enmienda por la igualdad de g¨¦neros, centr¨® sus esfuerzos en limitar el acceso de los menores a guarder¨ªas al considerar que ¡°esos cuidados pod¨ªan perjudicar a los ni?os¡±. Sin embargo, nunca escondi¨® que en su casa trabajaba permanentemente otra mujer que ayud¨® a cuidar de sus seis hijos.
Si las feministas vieron en Schlafly una mujer ¡°liberada¡± por su amplia dedicaci¨®n al activismo y la pol¨ªtica, ella respond¨ªa siempre que era ¡°un hobby¡± y que nunca daba ning¨²n paso sin la autorizaci¨®n de su marido. ¡°Quiero dar las gracias a mi esposo, Fred, por dejarme estar aqu¨ª¡±, repet¨ªa al comienzo de sus discursos; dirigi¨¦ndose a las feministas afirmaba que ¡°el ¨²nico permiso que necesito es el de mi marido¡± y despu¨¦s reconoc¨ªa que le gustaba pronunciar esa frase porque sab¨ªa que ¡°irritaba a las progresistas m¨¢s que ninguna otra cosa¡±.
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