Una milicia del este de Libia arrebata al Gobierno dos puertos petroleros
El general Hafter, antiguo aliado de Occidente, pretende controlar la industria del crudo
El abismo pol¨ªtico que separa en Libia a las regiones del Este y Oeste volvi¨® a agrandarse este domingo ante la impotencia de toda la comunidad internacional. El general Jalifa Hafter, antiguo aliado de Occidente, al mando de lo que ¨¦l bautiz¨® en 2014 como Ej¨¦rcito Nacional Libio (ENL), ha tomado los puertos petroleros de Ras Lanuf y Es Sider, hasta ahora en manos del llamado Gobierno de Unidad, que goza del respaldo de la ONU y des las principales potencias del mundo. El ataque tambi¨¦n se extendi¨® al puerto de Zueitina, donde las tropas leales al Gobierno de Unidad ofrecieron m¨¢s resistencia.
Sider y Ras Lanuf son las principales v¨ªas de salida del petr¨®leo, casi ¨²nica fuente de riqueza en un pa¨ªs en donde antes de que cayera Muamar el Gadafi exportaba 1,6 millones de barriles al d¨ªa y tras cinco a?os de guerra solo logra vender 200.000 diarios. Despu¨¦s de que el Estado Isl¨¢mico atacase en enero ambas localidades los da?os obligaron a cerrar las instalaciones, con el consiguiente perjuicio econ¨®mico para el pa¨ªs. A finales de julio, la Guardia de Instalaciones Petroleras (PFG, por sus siglas en ingl¨¦s), firm¨® un acuerdo con el Gobierno de Unidad y expres¨® su intenci¨®n de reanudar la producci¨®n. Pero ahora, el ataque supone un golpe a las esperanzas de unidad y a la recuperaci¨®n econ¨®mica.
¡°Esto era previsible¡±, coment¨® a este diario Mattia Toaldo, investigador del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. ¡°Hafter llevaba varios meses desplazando tropas desde el Este hacia las inmediaciones de la zona petrolera. As¨ª que ahora volvemos en Libia a la situaci¨®n previa a la llegada del Estado Isl¨¢mico a Sirte: un enfrentamiento entre el Este y el Oeste, que se disputan el control del petr¨®leo¡±.
La supuesta toma de los puertos se emprendi¨® a las cinco de la madrugada del domingo y no encontr¨® apenas resistencia por parte de la Guardia de Instalaciones Petroleras (PFG, por sus siglas en ingl¨¦s), seg¨²n inform¨® el coronel Ahmed Al-Mismari, portavoz de las fuerzas de Hafter, al medio digital Libya Herald.
La ONU lleva m¨¢s de dos a?os intentando forjar la paz entre el Este y el Oeste. Primero fracas¨® el espa?ol Bernardino Le¨®n, como enviado especial, y ahora se encuentra estancado su sucesor, el alem¨¢n Martin Kobler. El general Hafter ha hecho o¨ªdo sordo a todos los llamamientos de Kobler para que apoye el Gobierno de unidad. La impotencia de Kobler puede ilustrarse con este tweet que public¨® el domingo al mediod¨ªa: ¡°Preocupado por las informaciones sobre enfrentamientos en la bah¨ªa del petr¨®leo. Esto solo a?adir¨¢ divisiones y m¨¢s restricci¨®n a las exportaciones de petr¨®leo. El petr¨®leo pertenece a todos los libios¡±. Y a rengl¨®n seguido: ¡±Los conflictos solo pueden resolverse a trav¨¦s del di¨¢logo, sin violencia. Llamo a todas las partes a sentarse. Una Libia unida necesita un Ej¨¦rcito unido¡±.
Todos los esfuerzos por instalar un verdadero gobierno de unidad en el pa¨ªs han chocado con la resistencia del Este. Y en el fondo de esa resistencia subyace una cuesti¨®n: ?Qu¨¦ papel deber¨ªa asignarse a Hafter en un Gobierno de unidad? En Tr¨ªpoli y en Misrata, la respuesta a esa pregunta es muy clara: ning¨²n papel. Hafter, cuyo principal aliado es el presidente de Egipto, Abdelfat¨¢ al Sisi, est¨¢ considerado en el Oeste como un criminal de guerra. En el Este del pa¨ªs, sin embargo, Hafter es el salvador, la ¨²nica garant¨ªa de seguridad ante un supuesto Gobierno controlado por pol¨ªticos islamistas.
Jalifa Hafter fue un alto mando libio, formado en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, al que el general Muamar el Gadafi dec¨ªa querer como un hijo. En 1987, durante la guerra entre Libia y Chad (1978-1987), Hafter cay¨® prisionero junto a 400 hombres y Gadafi lo abandon¨® en manos del enemigo. Fuerzas especiales de Estados Unidos consiguieron liberarlo en 1990 y desde entonces se convirti¨® en un aliado de la CIA. De hecho, vivi¨® 20 a?os exiliado en una casa pr¨®xima a la sede de la CIA en Langley (Virginia). En 2001, cuando estall¨® la primavera ¨¢rabe en Libia, Hafter regres¨® a Libia. En 2014, cuando los islamistas tomaron el poder en Tr¨ªpoli Hafter les combati¨® desde el Este con su Ej¨¦rcito Nacional Libio (ENL).
Las potencias occidentales han apoyado tanto a Hafter como al Gobierno de Unidad en Tr¨ªpoli en su lucha contra el Estado Isl¨¢mico. Finalmente, este verano, las milicias de Misrata apoyadas por la aviaci¨®n de Estados Unidos consiguieron expulsar a la mayor parte de los miembros del Estado Isl¨¢mico en Sirte. Durante varias semanas todo el mundo se preguntaba c¨®mo reaccionar¨ªa Hafter ante la toma de Sirte por sus enemigos de Tr¨ªpoli y Misrata. ¡°Ahora, ya tenemos la respuesta de Hafter¡±, se?ala el investigador Mattia Toaldo.
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