?C¨®mo se financiar¨¢n las ciudades del futuro?

Cuando Hollywood imagina las ciudades del ma?ana suele proyectarnos metr¨®polis ultramodernas, llenas de autom¨®viles voladores y robots inteligentes. En cambio, nunca ha hecho ¨C ni probablemente har¨¢ ¨C una pel¨ªcula futurista enfocada en un tema clave para el progreso urbano: la gesti¨®n fiscal.

De una buena gesti¨®n fiscal se desprende todo: desde la capacidad para financiar infraestructura p¨²blica hasta la provisi¨®n de servicios como la recolecci¨®n de residuos, el alumbrado p¨²blico o el mantenimiento de espacios verdes, y aun al acceso a financiamiento crediticios En pocas palabras, sin un manejo adecuado de los recursos municipales, es virtualmente imposible mejorar la calidad de vida urbana.

En Am¨¦rica Latina y el Caribe, muchas ciudades simplemente no cuentan con los medios suficientes para llevar adelante un plan de desarrollo sostenible. De hecho, es imperativo descentralizar el manejo de recursos p¨²blicos, aumentar la recaudaci¨®n, e impulsar una amplia reforma tributaria. Porque sin un mayor grado de autonom¨ªa financiera ¨C acompa?ada por iguales grados de responsabilidad fiduciaria ¨C nuestras ciudades simplemente no estar¨¢n a la altura de las expectativas de sus ciudadanos.

Es por eso que la gesti¨®n fiscal, entendida como la permanente pugna entre las necesidades de crecimiento y el equilibrio financiero, ser¨¢ uno de los grandes desaf¨ªos a descifrar por los especialistas de todo el mundo que se congregar¨¢n en octubre en Quito para la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (H¨¢bitat III).

Sin un manejo adecuado de los recursos municipales, es virtualmente imposible mejorar la calidad de vida urbana

En Am¨¦rica Latina, los ingresos locales cubren s¨®lo alrededor de 30% del total del gasto de los gobiernos municipales, frente a cerca de 60% en los pa¨ªses de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) o 76% en el caso de las econom¨ªas emergentes de Asia.

Bajo ese esquema, nuestras ciudades dependen mucho m¨¢s de las transferencias de los gobiernos centrales, que adem¨¢s de tener muchas otras necesidades suelen ser reacios a perder control de los recursos.

A ello debemos sumarle el impacto de las leyes de responsabilidad fiscal vigentes en muchos de nuestros pa¨ªses, que obligan a los alcaldes a ¡°cerrar¡± sus cuentas como sea. Casi siempre optan por recortar el gasto en obra p¨²blica, aunque la infraestructura urbana se est¨¦ cayendo a pedazos.

?C¨®mo podr¨ªamos superar este problema? Seg¨²n un reciente informe del BID, la soluci¨®n podr¨ªa pasar por otorgar a los gobiernos municipales m¨¢s libertad para gestionar sus propias fuentes de ingresos tributarios.

Naturalmente, a la renuencia de los gobiernos centrales a ceder cuotas de poder hay que sumarle la limitada capacidad de gesti¨®n fiscal de muchos gobiernos locales. Pero es vital que los pa¨ªses perciban el impacto positivo que puede tener la descentralizaci¨®n fiscal sobre la calidad de los bienes y servicios p¨²blicos.

A la renuencia de los gobiernos centrales a ceder cuotas de poder hay que sumarle la limitada capacidad de gesti¨®n fiscal de muchos gobiernos locales

La descentralizaci¨®n podr¨ªa darse en distintas formas y grados. Por ejemplo, en los casos donde la capacidad de gesti¨®n municipal es m¨¢s d¨¦bil, se podr¨ªan reformar las transferencias del gobierno central para alinearlas mejor con las necesidades locales.

En otros casos las ciudades podr¨ªan aprovechar esquemas tributarios gestionados por los gobiernos centrales, como los impuestos al valor agregado, aplicando un recargo que ir¨ªa directamente a las arcas municipales.

Y en los casos donde hay mayor capacidad de gesti¨®n, las ciudades podr¨ªan aumentar sus ingresos mediante la actualizaci¨®n de valores y una recaudaci¨®n m¨¢s eficiente de los impuestos a la propiedad, un instrumento relativamente poco explotado en nuestra regi¨®n.

En Am¨¦rica Latina y el Caribe, la descentralizaci¨®n deber¨ªa formar parte de reformas m¨¢s amplias. Si bien en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas esta regi¨®n registr¨® el aumento de recaudaci¨®n tributaria m¨¢s r¨¢pido del mundo, sus niveles a¨²n siguen siendo bajos para los niveles de desarrollo de sus pa¨ªses.

Seg¨²n otro informe del BID, Recaudar No Basta, ese fen¨®meno se debe en parte a los generosos beneficios tributarios otorgados a sectores privilegiados trav¨¦s de exenciones o excepciones, y a las debilidades en las administraciones tributarias. Pero tambi¨¦n refleja una deficiente administraci¨®n con pol¨ªticas fiscales pro c¨ªclica y excesiva dependencia de ingresos fiscales por la explotaci¨®n de recursos naturales con precios vol¨¢tiles, como el petr¨®leo.

Una gran reforma tributaria atender¨ªa no s¨®lo la necesidad de descentralizar sino que simplificar¨ªa el cumplimiento de las obligaciones tributarias, promoviendo la eficiencia y la equidad, convirtiendo a los impuestos en las herramientas de crecimiento y desarrollo que deber¨ªan ser.