El legendario zapatero de Harrisburg: ¡°Le estrechar¨¦ la mano a Hillary¡±
Medio siglo de zapatos y un sue?o: hacerle la cama a Trump para siempre
Las fotos del presidente Barack Obama y de su vicepresidente Joe Biden, junto con las tarjetas de invitaci¨®n a las presidential inauguration, los nombramientos presidenciales de enero del 2009 y del 2013, se muestran con orgullo enmarcadas y claramente visibles desde el escaparate que da a la Walnut Street, entre sombreros Borsalino, elegantes zapatos Alden y viejas im¨¢genes publicitarias de hace m¨¢s de treinta a?os. A las ocho de la ma?ana, Charlie Wise ya trabaja en su peque?o negocio en pleno centro de Harrisburg, la capital de Pensilvania. Una peque?a habitaci¨®n repleta de cajas y vitrinas, donde destacan cuatro butacas de limpiabotas y una vieja caja registradora en la que sobresale una bandera de barras y estrellas: "Tengo ochenta a?os", explica Wise. "Estoy aqu¨ª desde hace 40 a?os y cuento con estar otros 40".
Nacido en 1937, el legendario zapatero de Harrisburg, que cuenta entre su clientela con pol¨ªticos y famosos de la tele, lleg¨® aqu¨ª de ni?o cuando sus padres decidieron dejar atr¨¢s el estado de Carolina en b¨²squeda de un trabajo en las f¨¢bricas de acero que hace un tiempo enriquec¨ªan a la regi¨®n: una parte de esa gran emigraci¨®n de afroamericanos que partieron del sur para dejar atr¨¢s el racismo en busca de una vida mejor. "Era solo un ni?o, pero recuerdo bien la segregaci¨®n. Es por eso que cuando Obama sali¨® elegido no quise perd¨¦rmelo. Un presidente dem¨®crata negro: lo hab¨ªa esperado toda la vida". L¨¢stima, explica, que la mano al presidente, en esas dos ocasiones, no logr¨® estrech¨¢rsela. "Quer¨ªa acercarme m¨¢s, estaba en la cola, pero los de delante de m¨ª se paraban largo y tendido, todos ten¨ªan algo que decirle. Hab¨ªa poco tiempo, as¨ª que mi turno nunca lleg¨®". Pero su fe dem¨®crata no se ha venido abajo: "Empec¨¦ a trabajar cuando ten¨ªa diez a?os, justo despu¨¦s de cuarto de primaria. He trabajado de muchas cosas; descubr¨ª los sindicatos y me puse en pol¨ªtica desde que era muy joven. Todav¨ªa tengo muchos amigos, en esos c¨ªrculos, ?sabe? Pero, sobre todo, siempre he sido dem¨®crata: ?c¨®mo se puede no serlo? En este pa¨ªs hay demasiados pobres. Si miras a tu alrededor: tambi¨¦n aqu¨ª".?
A pesar de que Harrisburg est¨¦ considerada como la segunda ciudad m¨¢s habitable de Estados Unidos ¡ªlo dice la lista anual elaborada por la revista Forbes¡ª, en los ¨²ltimos a?os se ha enfrentado a una crisis financiera terrible y se ha estimado que, durante mucho tiempo, ha sido la ciudad con la deuda p¨²blica m¨¢s alta de Am¨¦rica: 1.500 millones por apenas 50.000 habitantes. Y todo por culpa de una gesti¨®n imprudente de un incinerador que nunca ha funcionado pero que igualmente ha quemado los recursos: unos 300 millones de euros de deuda que nunca se recaudaron y que en muy poco tiempo subieron como la espuma, y forzaron a la ciudad, a¨²n hoy en d¨ªa, a hacer frente a un plan de pago extremadamente estricto. "Por este motivo se necesita gente buena en el Gobierno. Y yo, un sue?o, todav¨ªa lo tengo. Despu¨¦s de un presidente afroamericano, una presidenta mujer".
Entonces, ?votar¨¢ a Hillary? "Claro que s¨ª. ?Y sabe una cosa? Si vuelve a pasar por aqu¨ª, habr¨¢ un nuevo marco en el escaparate. Y a la Hillary presidenta, puede apostar por ello, esta vez le estrechar¨¦ la mano".
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