Los problemas internos debilitan el liderazgo de Merkel en Europa
La canciller alemana es a¨²n la l¨ªder m¨¢s influyente de la UE, pero se enfrenta a una mayor resistencia
La semana que acaba se contar¨¢ entre las m¨¢s dif¨ªciles del largo mandato de Angela Merkel. Tras varias cat¨¢strofes electorales, la canciller alemana se vio obligada el lunes a hacer un inusual ejercicio de autocr¨ªtica. El viernes, una encuesta otorgaba un nuevo m¨¢ximo al partido que se ha convertido en su pesadilla, los populistas antiinmigraci¨®n de AfD. Y el s¨¢bado particip¨® en una minicumbre balc¨¢nica. Merkel reconoce ahora que el cierre de la ruta de los Balcanes, decisi¨®n a la que ella se opon¨ªa, contribuy¨® en febrero a aliviar la crisis de refugiados. La alemana sigue siendo la l¨ªder m¨¢s influyente de Europa, pero su debilidad interna le pasa factura tambi¨¦n fuera.
Mientras en casa los problemas crecen, las cosas en el exterior no van mucho mejor. La cumbre de Bratislava, que la alemana hab¨ªa preparado meticulosamente reuni¨¦ndose con 24 de los otros 26 l¨ªderes de la UE ¡ªpr¨¢cticamente todos, excepto un ausente Mariano Rajoy¡ª concluy¨® con pobres resultados. Las agendas nacionales han tomado el relevo de la narrativa europea e impiden avances sustantivos, con elecciones o referendos pr¨®ximos en los tres grandes pa¨ªses de la eurozona. El italiano Matteo Renzi redobla sus habituales ataques a Merkel, a quien acusa de liderar reuniones que acaban reducidas a ¡°un agradable crucero por el Danubio¡±.
El resto de l¨ªderes se preguntan c¨®mo va a afectar la debilidad interna de Merkel a su incontestable liderazgo en Bruselas. ¡°Cuantitativamente, poco; cualitativamente, algo m¨¢s. Pero la Uni¨®n tiene ya muchos problemas como para preocuparse por un socio tan fiable como Alemania, con o sin Merkel, o con una canciller m¨¢s o menos fuerte¡±, apunta una alta fuente europea.
¡°Si pudiera, har¨ªa retroceder el tiempo muchos a?os para enfrentarnos a una responsabilidad como la de 2015, para la que no est¨¢bamos preparados¡±, dijo Merkel el lunes en un intento de cerrar heridas en su partido y ganar impulso pol¨ªtico, ahora que dispone de unos meses de respiro sin citas electorales. Pero el inusual mea culpa de la canciller con su pol¨ªtica de refugiados no ha conseguido cerrar cicatrices: las encuestas empeoran y los ataques de sus hermanos b¨¢varos de la CSU contin¨²an, aunque se aprecian t¨ªmidos mensajes que suenan a futura reconciliaci¨®n.
En Europa, los diversos conflictos han dejado un complicado juego de alianzas. Si la crisis del euro enfrent¨® a pa¨ªses del norte y del sur, en la de refugiados el eje est¨¢ entre el este y el oeste. Con el Brexit, adem¨¢s, desaparece uno de los aliados tradicionales de Merkel. Solo la pol¨ªtica de seguridad y defensa genera consensos. Todo lo dem¨¢s son guerras de guerrillas, y en todos esos frentes Alemania ocupa un papel central; como una especie de pegamento. ¡°Estos fen¨®menos [las crisis que aquejan a la Uni¨®n] describen una debilidad colectiva europea, no la de un pa¨ªs concreto¡±, afirma el presidente de la Comisi¨®n de Exteriores del Parlamento alem¨¢n, el democristiano Norbert R?ttgen. El exministro y peso pesado en la CDU alerta contra la tentaci¨®n de formar alianzas contra Berl¨ªn. ¡°Los retos que tenemos requieren una respuesta europea. Una incursi¨®n a solas de Alemania no funcionar¨ªa, pero tampoco una coalici¨®n de pa¨ªses contra el Gobierno de Merkel¡±, advierte R?ttgen.
Aqu¨ª y all¨¢ surgen voces discrepantes con Berl¨ªn. Merkel hab¨ªa conseguido acallar esas disputas con mano de hierro. Ya no. Renzi es quien habla m¨¢s claro: en contra del t¨¢ndem Par¨ªs-Berl¨ªn, en contra de los ¡°pasitos de beb¨¦¡± en la gesti¨®n de la crisis migratoria y sobre todo en contra de la obsesi¨®n por la ortodoxia econ¨®mica germana, cap¨ªtulo en el que comparte los recelos compartidos con el franc¨¦s Fran?ois Hollande. Los pa¨ªses del este se han opuesto con fiereza a la gesti¨®n alemana de la crisis migratoria. Incluso la Espa?a de Rajoy, f¨¦rreo aliado de Merkel, ha mostrado una mueca de disgusto ante los planes alemanes de castigar la deuda p¨²blica en manos de los bancos.
El problema de Europa, el miedo
La canciller Angela Merkel no pudo parar ni la crisis del euro ni el Brexit. Dio un golpe de mano con la crisis migratoria, pero no consigui¨® que el resto de Europa la siguiera. Y ni siquiera el crecimiento econ¨®mico alem¨¢n, el pleno empleo y el super¨¢vit fiscal le dan un respiro en el ¨¢rea econ¨®mica, con los alemanes de u?as por la supuesta permisividad de la canciller con el BCE de Mario Draghi. Pero el principal quebradero de cabeza de Europa es ahora pol¨ªtico y social: la ciudadan¨ªa exige seguridad y no la tiene, reclama una respuesta al desaf¨ªo migratorio que no llega, y parece decantarse por las soluciones f¨¢ciles de los populismos. ¡°El problema de Europa es el miedo. Miedo ante las migraciones y ante la falta de respuestas de los l¨ªderes. La crisis de identidad se manifiesta en populismos y nacionalismos. Todo ello es una tremenda amenaza para Europa. M¨¢s a¨²n sin una canciller en forma¡±, concluye una fuente diplom¨¢tica de Bruselas.
Niels Annen, portavoz socialdem¨®crata de Exteriores en Berl¨ªn, s¨ª ve el papel de Merkel deteriorado en la UE respecto a su preponderancia del pasado. Annen alaba su decisi¨®n de 2015 de abrir las puertas a los refugiados, pero le reprocha no haber implicado en su pol¨ªtica a los socios europeos. ¡°Algunos pa¨ªses devuelven ahora la moneda a Alemania, tras verse obligados a aplicar una pol¨ªtica de austeridad muy dura para sus ciudadanos¡±, a?ade. Guntram Wolff, de Bruegel, a?ade que las consecuencias se dejar¨¢n notar tambi¨¦n en Berl¨ªn: ¡°Una Merkel m¨¢s d¨¦bil tendr¨¢ problemas para promover una agenda europea en Alemania, sobre todo con el panorama pol¨ªtico que viene¡±.
Pero todas esas rencillas dif¨ªcilmente cristalizar¨¢n hasta socavar el liderazgo indiscutible de Merkel. ¡°La canciller ha antepuesto a menudo sus intereses nacionales a los europeos, pero nadie quiere desestabilizar a Alemania, que es pr¨¢cticamente lo ¨²nico que ha conseguido mantener unido al club en los momentos m¨¢s duros. Sin Merkel o con una Alemania pol¨ªticamente menos estable, las tensiones ir¨ªan a m¨¢s¡±, asegura un veterano diplom¨¢tico.
El enrarecimiento del clima pol¨ªtico alem¨¢n preocupa por tratarse de la mayor potencia europea. Y sorprende porque afecta a un pa¨ªs que en la ¨²ltima d¨¦cada ha sido un oasis de estabilidad. Los problemas aumentan en Berl¨ªn, pero siguen a a?os luz de los habituales en Par¨ªs, Roma o Madrid. ¡°El liderazgo de Merkel se da por razones objetivas del peso de Alemania, pero tambi¨¦n por la incomparecencia de Francia. Y eso no va a cambiar a corto plazo¡±, cierran fuentes diplom¨¢ticas.
?Tripartito de izquierdas a partir de 2017?
Las elecciones de Berl¨ªn del pasado domingo dejaron, en primer lugar, un brusco corte de mangas a los dos principales partidos, los socialdem¨®cratas y democristianos que han gobernado la capital el ¨²ltimo lustro. Pero pasan los d¨ªas, y algunos extraen de la capital una lectura para todo el pa¨ªs. El tripartito de izquierdas ¨Csocialdem¨®cratas, verdes y poscomunistas- que parece seguro va a dirigir Berl¨ªn, ?podr¨ªa replicarse en el Gobierno federal tras las elecciones de 2017? Puede que los c¨¢lculos que estos d¨ªas ocupan a analistas y pol¨ªticos no sean m¨¢s que un entretenimiento para apasionados de intrigas palaciegas. Pero la formaci¨®n en Berl¨ªn de un Gobierno rojo-rojo-verde ¨Ccomo se llama en Alemania al tripartito de izquierdas- lanza un claro mensaje pol¨ªtico y, por primera vez en mucho tiempo, dibuja un panorama m¨ªnimamente realista para que un socialdem¨®crata vuelva a la Canciller¨ªa. El camino para un Gobierno de izquierdas es, sin embargo, muy empinado y lleno de obst¨¢culos. El primero, el suelo demosc¨®pico por el que se arrastran los socialdem¨®cratas a un a?o de las elecciones. Si el partido que lidera Sigmar Gabriel no remonta por encima del 22% que hoy le dan los sondeos, la operaci¨®n est¨¢ condenada al fracaso. Ser¨ªa tambi¨¦n complicado pactar con Die Linke (La Izquierda). Porque una cosa es llegar a acuerdos en Estados como Berl¨ªn o Turingia ¨Cdonde los socialdem¨®cratas ejercen de socios minoritarios de los poscomunistas-; y otra muy distinta formar un Gobierno federal con un partido que en asuntos como la OTAN o Rusia est¨¢ muy lejos del consenso mayoritario en Alemania. El dirigente ecologista J¨¹rgen Trittin resum¨ªa esta semana en Die Zeit su escepticismo ante las posibilidades de esta alianza. ¡°La mayor¨ªa de izquierdas ya existe ahora en el Bundestag, pero no en la poblaci¨®n. Y esta mayor¨ªa conservadora se hace cada vez m¨¢s grande. Alemania gira hacia la derecha¡±.
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