M¨¦xico vuelve a las calles por los 43 estudiantes de Ayotzinapa

Miles de ciudadanos han marchado este lunes en la Ciudad de M¨¦xico, en recuerdo de los 43 j¨®venes estudiantes desaparecidos en Iguala, en el Estado de Guerrero, hace ahora dos a?os. En este tiempo, la tragedia ha ido mutando en rabia y el Gobierno mexicano se ha convertido en el centro de las protestas, las cr¨ªticas y las reivindicaciones. Los familiares de los 43 han encabezado la marcha, que ha discurrido por el centro de la ciudad, hasta el z¨®calo, donde algunos han tomado la palabra y han pedido, como siempre, que les devuelvan a sus hijos, que los traigan de vuelta con vida.

Anta?o mes de la patria, septiembre es ahora mismo sin¨®nimo de convulsi¨®n en M¨¦xico. El d¨ªa 1, el pa¨ªs entero se preguntaba por el encuentro que hab¨ªan mantenido la tarde anterior el presidente, Enrique Pe?a Nieto, y Donald Trump. El 31 de agosto, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, fuente constante de improperios contra el pa¨ªs vecino, visitaba a Pe?a Nieto en su residencia: El presidente mexicano le hab¨ªa invitado.

Septiembre avanzaba y las cr¨ªticas contra Pe?a arreciaron. M¨¦xico se cuestionaba c¨®mo era posible que el presidente hubiera invitado a una persona que les insultaba y les despreciaba. El d¨ªa 7, el secretario de Econom¨ªa, Luis Videgaray, supuesto art¨ªfice del encuentro, renunciaba a su cargo. El 15 de septiembre, fiesta de la independencia, miles de ciudadanos marcharon hacia el z¨®calo para exigir la renuncia de Pe?a. Era el d¨ªa del grito, el momento en que el presidente sale al balc¨®n del Palacio Nacional, en el z¨®calo, en pleno centro de la capital, y grita ante miles de mexicanos: ¡°?viva M¨¦xico!¡±. El grito m¨¢s recordado de aquel d¨ªa fue sin embargo el de ¡°?Fuera Pe?a!¡±, cuya popularidad ha ca¨ªdo a niveles nunca vistos. Los manifestantes no pudieron llegar al z¨®calo. Cientos de polic¨ªas se lo impidieron.

Este lunes, la marcha ha llegado al z¨®calo sin problemas. Los gritos, los de siempre: ¡°presentaci¨®n con vida y castigo a los culpables¡±; ¡°Fuera Pe?a¡±; ¡°Nos faltan 43¡±¡­ Alonso Oaxaca, programador inform¨¢tico de 53 a?os, repart¨ªa fotos de cada uno de los 43 y explicaba que en las noches, a las 10, pasa lista en su cuenta de Twitter a los muchachos. Los menciona, saca una foto y, de alguna forma, los recuerda. ¡°A m¨ª¡±, dice, ¡°me impresion¨® c¨®mo hac¨ªan el pase de lista en las marchas¡±. Desde la desaparici¨®n de los estudiantes, cada grupo que acude a las marchas, cuenta -grita- hasta 43, una, dos, varias veces. ¡°Desde entonces hago el pase de lista en Twitter¡±.

Cristian Pozas y Jorge Castillo, hondure?os de La Ceiba de 23 y 18 a?os, marchaban en solidaridad con sus amigos mexicanos. Llegaron al pa¨ªs hace un mes, huyendo del suyo, buscando una oportunidad, algo. Cristian explicaba que estudi¨® administraci¨®n de empresas y luego fotograf¨ªa. Trabajaba en una empresa en La Ceiba, en la costa norte¡­ ¡°Y me dieron tres tiros, me abatieron¡±, cuenta. Resulta que su jefe no pagaba el impuesto de guerra a la pandilla que domina la zona y lo pag¨® ¨¦l. ¡°Mira¡±, dice, e invita a palpar su cr¨¢neo. ¡°Una de las balas sigue ah¨ª, en el hueso¡±. Cristian y Jorge dicen que la violencia en Honduras est¨¢ peor que en M¨¦xico, pero que no recuerdan un caso en que polic¨ªas aliados con delincuentes secuestraran a tanta gente.

Cerca del ?ngel de la Independencia, a la salida de la marcha, un grupo de j¨®venes bailaban ¡°danza azteca¡±, entre el humo del incienso y el repiqueo de las casta?uelas. Valeriana, de 28 a?os, dice que despu¨¦s de dos a?os, ¡°no estamos ni mejor ni peor, estamos igual¡±. Valeriana cree que las marchas sirven para que ¡°m¨¢s gente entienda, vea este movimiento y vea que es necesario que nos levantemos¡±.

M¨¢s adelante, el Frente Popular Francisco Villa Independiente, surgido a ra¨ªz del temblor que asol¨® a la Ciudad de M¨¦xico en 1985, sacaba m¨²sculo con meg¨¢fonos y pancartas. Tres integrantes del frente, vecinas de Xochimilco, al sur de la ciudad, caminaban en fila, con sus playeras rojas. Rosi y su mam¨¢, Guadalupe, ven¨ªan a una marcha por primera vez. ¡°Yo¡±, dec¨ªa la primera, ¡°no espero nada, pero venimos a marchar y a apoyar¡±. Guadalupe, de 86 a?os, parec¨ªa animada y dec¨ªa que ella va siempre a las marchas. Margarita, la tercera, trabajadora del hogar de 40 a?os, tambi¨¦n era la primera vez que ven¨ªa y tampoco esperaba nada.

A eso de la siete de la tarde, la marcha lleg¨® al z¨®calo. En un escenario, junto al balc¨®n del Palacio Nacional, familiares de los 43 exigieron de nuevo al Gobierno una soluci¨®n a su problema. Ante miles de ciudadanos, Felipe de la Cruz, vocero, resumi¨® un sentir extendido entre los presentes: ¡°vamos a luchar y vamos a derrotar a este Gobierno podrido¡±.