Brasil revive la masacre de Carandiru
La justicia anula la condena a los polic¨ªas acusados de matar a 111 presos en un mot¨ªn en S?o Paulo en 1992
La masacre que dej¨® 111 presos muertos en la Casa de Detenci¨®n de S?o Paulo, popularmente conocida como Carandiru, se produjo hace 24 a?os, el 2 de octubre de 1992, pero las consecuencias del fat¨ªdico episodio que marc¨® la historia del sistema penal brasile?o parecen no tener fin. Este martes, la 4? C¨¢mara Penal del Tribunal de Justicia (TJ) de S?o Paulo decidi¨® anular los juicios que condenaron a los 74 polic¨ªas militares acusados. La anulaci¨®n era una de las peticiones de la defensa de los polic¨ªas militares, que hab¨ªa solicitado tambi¨¦n la absoluci¨®n de los acusados, condenados por cinco jurados diferentes entre 2013 y 2014, en el que fue, en su conjunto, el mayor juicio de la historia de Brasil.
La decisi¨®n de anular el proceso y absolver a los acusados vino del juez de segunda instancia Ivan Sartori, expresidente del Tribunal de Justicia de S?o Paulo. El magistrado acat¨® la tesis de "leg¨ªtima defensa" esgrimida por los abogados de los polic¨ªas militares para justificar la acci¨®n de sus clientes, contrariando el entendimiento de los jurados de los cinco juicios realizados en primera instancia. Sartori bas¨® su decisi¨®n en el hecho de que tres polic¨ªas militares fueron declarados inocentes, por orientaci¨®n de la propia Fiscal¨ªa, responsable de la acusaci¨®n. "El Poder Judicial no puede darle dos soluciones a la misma situaci¨®n. No hay otro modo que no sea extender la absoluci¨®n a los dem¨¢s acusados", concluy¨® Sartori. El juez tambi¨¦n afirm¨® que "algunos miembros del jurado no sab¨ªan lo que estaban haciendo, estaban confusos". En total, 35 personas participaron como miembros del jurado en los casos (siete para cada uno de los cinco juicios).
Los magistrados tambi¨¦n citaron como ejemplo el hecho de que uno de los acusados fuese condenado por varias muertes. "Como magistrado no puedo aceptar una condena de esas", afirm¨® el juez Edison Brand?o. Se refer¨ªa al expolic¨ªa militar Cirineu Carlos Letang Silva, del batall¨®n de ¨¦lite de la corporaci¨®n, condenado en 2014 por 52 de las muertes. El argumento de la Fiscal¨ªa, sin embargo, es que el agente "particip¨® en las muertes". "Esos cr¨ªmenes fueron cometidos por un grupo de polic¨ªas y cada individuo tuvo su participaci¨®n en lo que ocurri¨®. Entraron y dispararon y eso dio lugar a 111 v¨ªctimas", explic¨® en la ¨¦poca del juicio el fiscal Daniel Tosta. El expolic¨ªa militar ya hab¨ªa sido condenado por otras muertes. Fue acusado de ser un asesino en serie de travestis.
Vuelta a empezar
El proceso vuelve ahora al punto de partida y los juicios se celebrar¨¢n de nuevo. Las condenas de los polic¨ªas, sentenciados a penas que variaban de 48 a 624 a?os de reclusi¨®n (en total, m¨¢s de 21.000 a?os de c¨¢rcel), nunca los llevaron, sin embargo, a prisi¨®n. Los agentes esperaban el an¨¢lisis del recurso de la defensa. La Fiscal¨ªa todav¨ªa puede recurrir contra la decisi¨®n.
La masacre de Carandiru se produjo el 2 de octubre de 1992, un viernes por la tarde, tras una pelea entre presidiarios que dio lugar a un tumulto en el Pabell¨®n 9 de la Casa de Detenci¨®n de S?o Paulo, nombre oficial de Carandiru. La pelea comenz¨® durante un partido de f¨²tbol entre los presos. Los agentes penitenciarios trataron de controlar la situaci¨®n, pero la disputa entre los prisioneros provoc¨® un conflicto generalizado y los reos tomaron el control del edificio, que albergaba reclusos muy por encima de su capacidad. Los carceleros, al no conseguir controlar el mot¨ªn, llamaron a la Polic¨ªa Militar, que invadi¨® Carandiru.
La acci¨®n de la Polic¨ªa Militar no dur¨® m¨¢s de 20 minutos. En total, murieron 111 presidiarios. De ellos, 102 a tiros y nueve con armas que no eran de fuego. Fueron 15 muertos en el primer piso del pabell¨®n, 78 en el segundo, ocho en el tercero y 10 muertos en el cuarto piso. Los juicios se dividieron seg¨²n los pisos del pabell¨®n. Los polic¨ªas militares alegaron que reaccionaron a las agresiones de los presidiarios, pero la Fiscal¨ªa rebati¨® la alegaci¨®n y se?al¨® que la mayor¨ªa de los hombres fueron fusilados. Seg¨²n el proceso, 22 polic¨ªas resultaron heridos, ninguno de ellos de gravedad (y ninguno de ellos con armas de fuego).
Adem¨¢s de los 74 polic¨ªas militares juzgados entre 2013 y 2014, el comandante de la operaci¨®n en aquella ¨¦poca, el coronel Ubiratan Guimar?es, fue condenado en 2001 a 632 a?os de c¨¢rcel en primera instancia, pero tambi¨¦n fue absuelto m¨¢s tarde por el Tribunal de Justicia. Fue asesinado en 2006, meses despu¨¦s de la anulaci¨®n de su sentencia. Otros 36 polic¨ªas militares tambi¨¦n llegaron a ser denunciados por haber participado en el episodio, pero no fueron juzgados, porque el delito de lesiones corporales del que se les acusaba prescribi¨®. El gobernador de S?o Paulo en la ¨¦poca, Luiz Ant?nio Fleury Filho (entonces del PMDB), siempre neg¨® haber ordenado a la Polic¨ªa Militar que invadiese Carandiru. Nunca fue imputado.
Retrato de la superpoblaci¨®n carcelaria
Carandiru era el preciso retrato de la superpoblaci¨®n de las c¨¢rceles brasile?as, que todav¨ªa persiste: en el momento de la tragedia ten¨ªa capacidad para 3.300 personas, pero aquel d¨ªa de 1992 hab¨ªa 7.257 presidiarios en sus celdas. De ellos, 2.070 estaban en el Pabell¨®n 9, donde eran llevados los presidiarios reci¨¦n llegados (en su mayor¨ªa los que no ten¨ªan antecedentes criminales). No en vano, la mayor¨ªa de las v¨ªctimas de Carandiru eran j¨®venes. De los 111 prisioneros muertos, 89 todav¨ªa esperaban juicio por los delitos de los que se les acusaba.
El episodio marc¨® profundamente la historia de Brasil. El suceso fue transformado en libros, pel¨ªculas, documentales y muchos estudios. Muchos estudiosos se?alan, incluso, que una de las mayores facciones criminales de Brasil naci¨® a partir de la masacre: el Primer Comando de la Capital (PCC).
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