Lagos se reinventa para intentar volver a La Moneda

El expresidente chileno Ricardo Lagos (2000-2006) anunci¨® el pasado 2 de septiembre que no se apartar¨ªa del desaf¨ªo de ser candidato presidencial para las elecciones de noviembre de 2017, una carrera que arranc¨® prematuramente en Chile debido a los problemas del Gobierno de Michelle Bachelet. En este mes se le ha visto trabajando activamente en su campa?a: en reuniones pol¨ªticas, algunas p¨²blicas y otras reservadas, y con salidas a terreno sin corbata, como no se le ve¨ªa desde su presidencia hace una d¨¦cada.

Lagos dej¨® de ser expresidente para ser candidato y en el complejo escenario chileno, donde el prestigio de la pol¨ªtica se halla por el suelo, se autoimpuso la compleja meta de seducir a los electores apostando por los contenidos. Pretende demostrar que un hombre de 78 a?os que ya estuvo en La Moneda tiene novedades que ofrecer a su pa¨ªs.

Utiliza activamente su blog personal, donde acostumbra a entregar noticias y compartir discursos. Al consultarle por otras candidaturas oficialistas, esta semana el socialista se?al¨® que lo que ¨¦l quiere es discutir ideas. En esa l¨ªnea, el jueves en Santiago present¨® su libro En vez del pesimismo. Una mirada estrat¨¦gica de Chile al 2040, donde realiza un llamado a recuperar las convicciones centrales que se han perdido o diluido en los ¨²ltimos a?os y a cambiar el desencanto actual por un renovado optimismo. No fue simplemente la presentaci¨®n de un libro sino, sobre todo, un hecho pol¨ªtico dentro su complejo camino de regreso a La Moneda.

A 14 meses de las elecciones, deber¨¢ convencer a los partidos de centroizquierda para transformarse en el candidato ¨²nico del bloque Nueva Mayor¨ªa. Pero en paralelo requiere conquistar a la ciudadan¨ªa, cuyo apoyo no se refleja hasta ahora en las encuestas. Lagos es una de las figuras centrales de la transici¨®n a la democracia, que en los ¨²ltimos a?os ha sido revisada y cuestionada por una porci¨®n de la izquierda y una generaci¨®n de dirigentes j¨®venes, cuyos liderazgos nacieron en las protestas de 2011. No representa necesariamente la novedad, como otras cartas de su coalici¨®n, sino la promesa de orden y la gobernabilidad.

Las bases de su candidatura, se?alan sus colaboradores, podr¨ªan configurar una especie de laboratorio pol¨ªtico para la socialdemocracia internacional, cuyos objetivos se hallan desdibujados y sus dirigentes no encuentran respuestas. Lagos piensa que Chile necesita una estrategia de desarrollo coherente que se haga cargo de los cambios de ¨¦poca y que sea "aliada, compatible y tributaria" con los cambios tecnol¨®gicos. Nada de esto es posible, sostiene el expresidente, sin un robusto sistema de protecci¨®n social basado en la responsabilidad fiscal, sanidad financiera p¨²blica y deberes sociales y econ¨®micos.

La tecnolog¨ªa

Lagos se refiere al papel que alguna vez cumpli¨® el bloque de izquierda Concertaci¨®n, que gobern¨® desde la llegada de la democracia en 1990 a 2010 y que se dio por superado con el Gobierno de Bachelet. En las 156 p¨¢ginas de su libro, Lagos se?ala que no es posible generar grandes transformaciones sin grandes mayor¨ªas pol¨ªticas, sociales y p¨²blicas "que se sostengan por convicci¨®n y no por conveniencia circunstancial". Comparte el sentido y la pertinencia de las reformas estructurales que realiza el Gobierno de Bachelet, aunque a?ade que no son posibles de implementar "sin calidad t¨¦cnica en el dise?o y ejecuci¨®n".

El coraz¨®n de su propuesta, sin embargo, se halla en la innovaci¨®n digital y en las f¨®rmulas para su instalaci¨®n en la vida productiva, ciudadana y educacional de los chilenos del siglo XXI: "Si la pol¨ªtica antes era la relaci¨®n entre representantes y representados, entre los ciudadanos y sus sectores dirigentes elegidos, estas tecnolog¨ªas han impuesto ahora una relaci¨®n infinitamente m¨¢s horizontal y cotidiana. El ciudadano quiere que sus opiniones sean consideradas y tiene las herramientas para exigirlo".