Humberto de la Calle: ¡°La victoria del ¡®s¨ª¡¯ no va a resolver la polarizaci¨®n pol¨ªtica de Colombia¡±
El jefe negociador del Gobierno repasa cuatro a?os de negociaciones ante el plebiscito
Desde que el Gobierno de Colombia y las FARC llegaron a un acuerdo de paz el 24 de agosto, Humberto de la Calle (Manzanares, Caldas, 1946) no ha parado. El pasado lunes, en Cartagena de Indias, antes de la ceremonia de la firma, el jefe negociador del Gobierno no pod¨ªa dar un paso sin que una persona le pidiese una foto. Ven¨ªa de ser aclamado por cientos de j¨®venes en Bogot¨¢. Despu¨¦s de m¨¢s de media vida en pol¨ªtica, no recuerda una campa?a tan intensa como la que ha realizado el ¨²ltimo mes para lograr la victoria del ¡®s¨ª¡¯ en el plebiscito de este domingo. Tampoco las entrevistas que ha podido llegar a dar. Pese a ello, no repara en conversar durante casi una hora en el norte de Bogot¨¢ sin perder el sentido del humor: ¡°?Y en Espa?a, qu¨¦ va a pasar?¡±.
Pregunta. ?Usted es consciente de que se ha convertido en una especie de estrella del rock?
Respuesta. Mi esposa, mis hijos y mis nietos est¨¢n encantados, pero no nos lo explicamos muy bien. Durante cuatro a?os creo haber sido bastante austero en el uso de la palabra. Es emocionante desde el plano humano y, en el caso de los j¨®venes, muy importante porque notamos cierto grado de apat¨ªa en las zonas urbanas.
P. ?A qu¨¦ cree que se debe esa apat¨ªa?
R. Para ellos el conflicto es lejano. A diferencia de nosotros que vimos nacer a la guerrilla en la universidad, a ellos les ha tocado la guerrilla narcoterrorista. Adem¨¢s, las preocupaciones de los j¨®venes de clase media son otras: conseguir empleo, buscar soluciones a su vida¡
P. Siempre repite que es esc¨¦ptico para evitar decepciones. ?Tambi¨¦n lo es ante el plebiscito?
R. No, yo creo que el s¨ª va a ganar, pero noto con preocupaci¨®n que la votaci¨®n puede no ser demasiado abundante. Se trata de escoger entre uno u otro camino y siento que hay sectores que no los han entendido as¨ª. El plebiscito ser¨¢ el punto de partida para que empiece el cronograma de dejaci¨®n de armas y la incorporaci¨®n de los acuerdos al escenario jur¨ªdico, pero vamos a tener que seguir haciendo esfuerzos para unificar a la sociedad colombiana. No va a ser una cosa tan arrasadora que resuelva el problema pol¨ªtico y la polarizaci¨®n. Todav¨ªa falta camino por recorrer.
El cambio de mensaje de las FARC puede haber sido tard¨ªo
P. ?D¨®nde se va a decidir la votaci¨®n?
R. En la mayor¨ªa de regiones que han sufrido el conflicto hay una vocaci¨®n de votar por el ¡®s¨ª¡¯. En general, las personas afectadas tienen m¨¢s inter¨¦s en votar. Tambi¨¦n est¨¢n m¨¢s cerca de la reconciliaci¨®n que las clases altas bogotanas, donde hay una resistencia enorme as¨ª hayan vivido lejos del conflicto.
P. ?Le frustra pensar que no se va a lograr una victoria arrolladora?
R. No, porque ha sido tan brutal lo que ha ocurrido en Colombia¡. La mezcla de la guerrilla con actividades de narcotr¨¢fico o el secuestro ha generado una resistencia enorme.
P. ?Qu¨¦ ha faltado para llegar a los esc¨¦pticos?
R. Las FARC han cambiado su lenguaje. Timochenko pidi¨® perd¨®n, [Iv¨¢n] M¨¢rquez conden¨® el secuestro, pero durante cuatro a?os no lo logramos. Ese mensaje puede ser un poco tard¨ªo. Siempre les insistimos que si no mostraban m¨¢s consideraci¨®n ser¨ªa dif¨ªcil impregnar ese deseo de reconciliaci¨®n a toda la sociedad colombiana.
No hay violencia buena, mientras alguien siga pensando que s¨ª, la paz seguir¨¢ siendo fr¨¢gil.
P. ?Qu¨¦ piensa hacer si gana el s¨ª?
R. Descansar y al otro d¨ªa recomenzar mis clases de golf porque he perdido por completo mi habilidad, que nunca fue superlativa.
P. ?Y si gana el no?
R. Ser¨ªa realmente muy triste, me parece que es un error de los colombianos, ser¨ªa incluso internacionalmente dif¨ªcil de explicar.
P. ?Hay algo que entienda de los partidarios del no?
R. Yo entiendo la furia contra las FARC. Lo que no entiendo es que sea selectiva, si no somos capaces de entender que tambi¨¦n hay otros victimarios no vamos a lograr una paz real en Colombia. Me preocupa que haya personas que, aunque no lo confiesen, en el fondo de su cerebro mantienen la idea de que su violencia es buena. No hay violencia buena y mientras alguien siga pensando que s¨ª, la paz seguir¨¢ siendo fr¨¢gil.
P. El mismo d¨ªa que se firmaba la paz, el expresidente Uribe protestaba en Cartagena contra los acuerdos, ?qu¨¦ le pareci¨®?
R. Es leg¨ªtimo. Si uno convoca un plebiscito una opci¨®n es el no. Lo que me preocupa es la idea de ¡°voten no para que renegociemos y tengamos un buen acuerdo¡±. Esa invitaci¨®n es suicida. Si gana el ¡®no¡¯ tendremos enormes dificultades para retomar las conversaciones. Alfonso Cano, que era el jefe de la delegaci¨®n de las FARC en las conversaciones de Tlaxcala, en 1991, cuando se rompi¨® la negociaci¨®n, dijo a la delegaci¨®n del Gobierno: ¡°Nos vemos dentro de 5.000 muertos¡±.
Hay gente que no tiene claro que no se puede renegociar el acuerdo
P. ?Cree que la gente tiene claro que no se puede renegociar?
R. No, no est¨¢ claro. Hay gente que piensa: ¡±Ah, a m¨ª no me gusta que participen en pol¨ªtica, as¨ª voto no¡± y que el 4 de octubre las FARC, en La Habana van a decir: ¡°Ya no me interesar participar en pol¨ªtica¡± o ¡°bueno, ?qu¨¦ c¨¢rcel me ofrecen?¡±. Eso no va a ocurrir. Lo acordado es lo mejor que se pudo lograr. Con sus cr¨ªticas, lo que da certidumbre a Colombia es el acuerdo. El llamado a renegociar es un llamado a la incertidumbre.
P. ?Para qu¨¦ cree que Colombia no est¨¢ preparada?
R. La construcci¨®n de la paz va a ser muy dif¨ªcil, vamos a tener reveses y hay que estar preparados para ellos. Hay que pedir tolerancia, habr¨¢ eventualmente voces que quieran regresar al pasado. Desde el punto de vista administrativo, para el Estado va a ser un rev¨¦s enorme. Una burocracia tradicionalmente lenta va a tener que enfrentar una necesidad enorme de eficacia. Adem¨¢s, tenemos que superar una especie de adicci¨®n a la violencia que viene del siglo XIX.
P. ?La clase pol¨ªtica est¨¢ preparada?
R. Lo que viene va a obligar a un cambio muy profundo en los pol¨ªticos tradicionales. Se ha ido desvaneciendo la discusi¨®n ideol¨®gica. No estoy hablando de las viejas ideolog¨ªas totalizantes, pero s¨ª de los temas que hay que resolver en el d¨ªa a d¨ªa en una discusi¨®n contempor¨¢nea. Los pol¨ªticos tienen que superar su tal¨®n de Aquiles, esa metodolog¨ªa tradicional de clientelismo, la oscuridad en el financiamiento de sus campa?as¡ Hay atavismos que tenemos que superar y eso implica un ejercicio democr¨¢tico m¨¢s incluyente. A veces suena a ret¨®rica, pero hay una crisis de representatividad que tenemos que tratar de arreglar. Conf¨ªo en que la pol¨ªtica ser¨¢ mejor en la medida en que el ingreso de una ideolog¨ªa radical va a poner tambi¨¦n sobre el tapete la necesidad de que los partidos corrijan sus propios vicios.
Hay una crisis de representatividad que tenemos que tratar de arreglar
P. ?Cree que las FARC van a mantener un discurso radical?
R. Un d¨ªa Iv¨¢n M¨¢rquez me lleg¨® a decir que sus propuestas eran socialdem¨®cratas. He visto un deseo de modernizaci¨®n en sus planteamientos. La protecci¨®n del medio ambiente, por ejemplo, no exist¨ªa cuando nacieron en el a?o 64. Luego est¨¢ la insistencia en las minor¨ªas, como la comunidad LGTBI. Su visi¨®n del mundo no era esa, era totalitaria. Puede haber algo de ret¨®rica y algo de realidad.
P. ?Qu¨¦ hubiese cambiado de estos cuatro a?os?
R. Nosotros ten¨ªamos que llevar un mensaje de negociaci¨®n a La Habana y en Colombia administrar, y s¨¦ que esa palabra es fea, el miedo de los militares, el temor de la clase pol¨ªtica tradicional¡ Eso hace que el lenguaje est¨¦ lleno de amarras. Las FARC tambi¨¦n ten¨ªan que dar un mensaje a sus guerrilleros, de dignidad, de que no se trataba de una derrota militar. Lo triste es que deber¨ªamos haber logrado soltar las amarras antes.
P. ?C¨®mo fue la relaci¨®n con sus compa?eros de delegaci¨®n?
R. Aunque a todos los conoc¨ªa, no tengo la cercan¨ªa con ellos de hoy. Una convivencia tan acentuada genera momentos de molestia, claro que los hubo, momentos en que uno dec¨ªa: ¡°Yo me voy a Bogot¨¢ y no regreso¡±. En la medida en que est¨¢bamos en una casa se fue generando una situaci¨®n de hogar. En el desayuno, todos abr¨ªan su iPad y nadie hablaba, como en las familias. Finalmente, logramos sortear esto.
P. ?Qu¨¦ siente cuando todo le piden que se presente a las presidenciales de 2018?
R. Es un halago, pero yo insisto en que no es el momento de pensar eso. Lo que ha pasado es indeleble. De aqu¨ª al final de mis d¨ªas he quedado ligado a dos acontecimientos, la Constituci¨®n del 91 y el proceso de paz. Eso implica gratitud pero tambi¨¦n responsabilidad. Frente a otras dignidades, ni estoy pensando en ello ni es una necesidad vital. Hay personas que quieren ser presidentes y si no llegan se sienten frustradas. No es mi caso, tengo otras vidas.
P. ?Esa responsabilidad le podr¨ªa llevar a dar un paso que hoy no tiene pensado?
R. No lo s¨¦, pero s¨ª seguir¨¦ en la defensa a ultranza de lo que hicimos.
P. En su casa no querr¨¢n ni o¨ªr hablar del tema.
R. Hay divisi¨®n de opiniones, tengo que confesarlo.
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