M¨¢s de 10.000 personas salvadas en el Mediterr¨¢neo en 48 horas
Otros 50 migrantes fallecieron en su intento de alcanzar Italia desde las costas de Libia
La fotograf¨ªa es terrible, no solo porque muestra la delgada frontera entre la vida y la muerte de un ni?o peque?o en medio del mar, sino porque hay que multiplicarla por 10.000 para hacerse una idea de lo que se vivi¨® entre el lunes y el martes en el Canal de Sicilia. En solo 48 horas, los barcos de rescate lograron salvar a 10.655 migrantes que hab¨ªan partido de Libia para intentar llegar a Italia huyendo de la guerra y el hambre. Otras 50 personas fallecieron, algunas de ellas asfixiadas en el interior de una barcaza fletada por los traficantes, ansiosos por hacer caja antes de que termine el buen tiempo.
Es la tragedia repetida, el ¨¦xodo continuo. Pr¨¢cticamente todos los d¨ªas, la Guardia Costera italiana da cuenta de las operaciones de rescate en el Mediterr¨¢neo, de las vidas que se salvan, de las que se pierden, de las mujeres que dan a luz en las patrulleras tras atravesar ?frica embarazadas... Son los partes de una guerra, la de la supervivencia, que solo se hace visible a ra¨ªz de las grandes tragedias, como la que se produjo ¡ªhace ahora tres a?os justos¡ª frente a la isla de Lampedusa.
Aquellos 366 ata¨²des ¡ªmuchos de ellos blancos¡ª alineados en un hangar del aeropuerto atrajeron la atenci¨®n internacional. Entonces, como tantas otras veces, antes y despu¨¦s, se dijo aquello de ¡°nunca m¨¢s¡±. Pero las fotograf¨ªas y los datos ofrecidos por la Guardia Costera ¡ª72 operaciones de rescate en solo dos d¨ªas, m¨¢s de 10.000 personas salvadas del mar, medio centenar de fallecidos¡ª demuestran que el peligro de otra tragedia sigue existiendo. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si, cualquier d¨ªa de estos, los barcos de rescate ¡ªmuchos de ellos pertenecientes a organizaciones humanitarias¡ª no se hicieran a la mar o no llegasen a tiempo?
Las autoridades italianas, que desde que estaba Enrico Letta al frente del Gobierno luchan a brazo partido por evitar los naufragios, siguen denunciando la pasividad del resto de la Uni¨®n Europa. Es ya c¨¦lebre una frase que repite el actual primer ministro, Matteo Renzi, para explicar la creciente desafecci¨®n de los ciudadanos ante el proyecto europeo: ¡°Europa nos dice todo sobre c¨®mo debemos pescar el pez espada, pero no nos ayuda a salvar ni?os en el Mediterr¨¢neo¡±.
Italia suspende en muchas materias ¡ªdeuda p¨²blica, morosidad bancaria, corrupci¨®n end¨¦mica, gran desequilibrio entre el norte y el sur¡ª, pero no desde luego en su compromiso humanitario. Cada d¨ªa, y en muchas ocasiones bajo el radar de los telediarios, la Guardia Costera, la Marina Militar o la Guardia de Finanzas emplean un buen n¨²mero de personas en salvar a migrantes en el Mediterr¨¢neo, una labor en la que colaboran numerosas organizaciones no gubernamentales, desde el mar y tambi¨¦n desde tierra, auxiliando a quienes llegan heridos de tan larga traves¨ªa.
El lunes, M¨¦dicos sin Fronteras socorri¨® a 2.000 personas en siete horas. En unas ocasiones llegaron a tiempo ¡ªel caso de una mujer embarazada y una ni?a muy grave que fueron llevadas al hospital de Lampedusa¡ª y en otras, no. Una de las v¨ªctimas mortales fue una joven embarazada y agotada por el viaje que perdi¨® la vida inmediatamente despu¨¦s de ser socorrida por la nave Dignity I de la organizaci¨®n.
Justo despu¨¦s de la tragedia de Lampedusa, el Gobierno italiano puso en marcha la Operaci¨®n Mare Nostrum, un gran dispositivo de patrullaje del Mediterr¨¢neo para prestar socorro a las embarcaciones ¡ªalgunas neum¨¢ticas, otras de madera podrida; todas atestadas de personas para satisfacer la voracidad de los traficantes¡ª que tratan de alcanzar las costas de Europa. M¨¢s de 300.000 migrantes han llegado a Europa por mar en lo que va de a?o, seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM). De ellos, 166.000 desembarcaron en Grecia y alrededor de 130.000 en Italia. Como denuncia M¨¦dicos sin Fronteras, muchos de ellos sufren quemaduras causadas por la combusti¨®n de los motores de las embarcaciones, y otros son rescatados cuando est¨¢n a punto de morir de asfixia en las bodegas ¡ªdonde los traficantes colocan a quienes pagan menos¡ª o de ahogarse en el mar. La OIM calcula que unas 3.500 personas han muerto en lo que va de a?o en su intento de alcanzar suelo europeo.
Las autoridades italianas consideran que el aumento del flujo migratorio de los ¨²ltimos d¨ªas se debe a dos razones: las condiciones favorables del mar ¡ªel lunes fue el primer d¨ªa tranquilo y sin oleaje en una semana¡ª y la presi¨®n de los traficantes con base en Libia, que quieren hacer caja antes de que termine el buen tiempo. Su voracidad no se detiene ante el sufrimiento de los que huyen de la miseria o de la guerra. De las 50 personas fallecidas, 22 lo fueron por asfixia. Seg¨²n la activista Laura Lanuza, de la ONG Proactiva, el buque espa?ol Astra localiz¨® una barca de madera en la que se hab¨ªa desatado un incendio. Al acercarse se encontraron con una escena terrible: ¡°Murieron por asfixia, creemos que al intentar salir de la bodega. El barco hab¨ªa derivado hacia aguas territoriales libias debido a las corrientes y al tiempo que se necesit¨® en las tareas de rescate¡±.
Vienen de Guinea, de Nigeria, de Eritrea, de Sud¨¢n, de Costa de Marfil... Los que sobreviven al camino y a los traficantes a¨²n tienen que superar el mar y la indiferencia.
La flotilla de la desesperaci¨®n y la vida
Van a seguir llegando, sencillamente, porque no les queda otra. No vienen a Europa ni de excursi¨®n ni a poner bombas. Huyen de la miseria. O de la guerra. O de las dos cosas. Las 4.655 personas que fueron rescatadas el martes ven¨ªan a bordo de 27 lanchas neum¨¢ticas, cinco pateras y una barcaza. Los 6.000 del lunes en lanchas motoras y pesqueros. Una flotilla de la desesperaci¨®n que se habr¨ªa ido a pique si la operaci¨®n de salvamento coordinada por la Guardia Costera ¡ªy en la que participaron desde la Marina Militar italiana hasta organizaciones humanitarias de varios pa¨ªses¡ª no se hubiese acercado todo lo posible a la costa libia.
All¨ª, como se pueden ver en las fotograf¨ªas, militares italianos y voluntarios europeos lucharon codo con codo por arrebatarle los n¨¢ufragos al mar. Sin m¨¢s divisa que la solidaridad. Gente que salva a la gente. En esta ocasi¨®n, la victoria fue abrumadora. Murieron 50, pero fueron rescatados con vida m¨¢s de 10.600. Y tres mujeres dieron a luz en una de las naves de socorro. Pero el peligro de otra tragedia sigue ah¨ª.
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