En el pueblo de Bill Clinton lo aman a ¨¦l pero no a Hillary
En Hope (Arkansas), la candidata dem¨®crata causa desconfianza y la mayor¨ªa votar¨¢ a Trump
La carretera que lleva a Hope (Arkansas) est¨¢ llena de carteles de apoyo a Donald Trump, el candidato republicano a la Casa Blanca. Es un anticipo de lo que se ve al llegar a este pueblo en el sur de Estados Unidos, incluso en los sitios m¨¢s simb¨®licos: hay un cartel de Trump frente a la casa en la que se cri¨® Bill Clinton, hijo pr¨®digo de Hope.
Jay Kopecky, de 69 a?os, est¨¢ cortando el c¨¦sped de su casa al lado de la del expresidente, ahora convertida en un museo. Este profesor y militar retirado revela un sentimiento extendido en Hope: ama a Bill pero no a su esposa, Hillary, la candidata dem¨®crata en las elecciones presidenciales de noviembre. La acusa de ser ¡°r¨ªgida¡± y una ¡°delincuente¡± por el caso del correo electr¨®nico privado como secretaria de Estado. Y evidencia uno de los puntos d¨¦biles de su campa?a: cree que el campechano Bill se tomar¨ªa una cerveza con cualquiera, mientras que la distante Hillary solo lo har¨ªa por inter¨¦s.
Se espera que este pueblo ¡ªde 9.800 habitantes y rodeado de bosques¡ª y el Estado voten mayoritariamente por Trump. Bill Clinton fue en 1996 el ¨²ltimo candidato dem¨®crata que gan¨® en Arkansas en unas elecciones presidenciales. Desde entonces, siguiendo la tendencia del conservador sur del pa¨ªs, se ha convertido en un feudo republicano al atraer m¨¢s a los votantes religiosos y defensores del rigor fiscal.
Bill Clinton situ¨® a Hope en el mapa, solo conocido hasta entonces por las enormes sand¨ªas que produce. ¡°Termino esta noche donde todo empez¨® para m¨ª. Todav¨ªa creo en un lugar llamado Hope¡±, dijo Clinton en 1992 al concluir su discurso de aceptaci¨®n de la candidatura dem¨®crata, refiri¨¦ndose a su pueblo y tambi¨¦n a un t¨¦rmino que significa esperanza en ingl¨¦s.
Clinton era entonces gobernador de Arkansas, el segundo Estado m¨¢s pobre de EE UU. Su campa?a, en la que derrot¨® al presidente republicano George H.W. Bush, gir¨® alrededor de la promesa de levantar a la clase media. En sus gui?os al estadounidense corriente, que intentaba encarnar, y sus cr¨ªticas al establishment pol¨ªtico, Clinton recurri¨® a su Estado.
¡°Les digo a todos aquellos que en esta campa?a puedan criticar a Arkansas, que vengan. Especialmente si son de Washington¡±, afirm¨® en su discurso. ¡°Claro, nos ver¨¦is con dificultades ante algunos de los problemas que a¨²n no hemos solventado, pero tambi¨¦n ver¨¦is a un buen n¨²mero de gente haciendo grandes cosas, y quiz¨¢ aprender¨¦is una o dos cosas¡±.
En la hamburgueser¨ªa Tailgaters, en la calle principal de Hope, cuelga una fotograf¨ªa de hace pocos a?os de Bill Clinton en el local. El expresidente viene poco al pueblo en que vivi¨® sus primeros seis a?os, pero cuando lo hace lo revoluciona. ¡°Era una seguidora de Bill durante la presidencia. Hizo un muy buen trabajo¡±, dice Sharon Coldweel, de 53 a?os y propietaria del restaurante. Se refiere sobre todo a la bonanza econ¨®mica de ese per¨ªodo.
Pero Coldweel matiza que no simpatiza con Hillary porque la considera poco de fiar. En noviembre, votar¨¢ a Trump porque es un ¡°hombre de negocios¡± y conf¨ªa en que ¡°lidere este pa¨ªs adonde tiene que ir¡±.
En Hope, hay una calle Bill Clinton. Pero de Hillary, nacida en Chicago, no hay rastro. Cuando era primera dama de Arkansas, era m¨¢s popular que ahora, explica Kopecky, pero siempre le cost¨® adaptarse a la vida sure?a. El exprofesor asegura que, si Bill se presentara en noviembre, probablemente le votar¨ªa.
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