¡°A m¨¢s controles migratorios, m¨¢s rutas peligrosas y m¨¢s traficantes de personas¡±
El m¨¢ximo responsable de Acnur para Am¨¦rica Central reclama una mayor implicaci¨®n regional para salvar vidas
A la sombra de la mayor crisis de refugiados en lo que va de siglo ¡ªla provocada por la guerra en Siria¡ª, el Tri¨¢ngulo Norte de Centroam¨¦rica (Honduras, El Salvador y Guatemala) vive su particular drama sin focos ni c¨¢maras. All¨ª, decenas de miles de personas huyen cada a?o de sus casas en busca de seguridad, algo que no pueden encontrar en sus pa¨ªses de origen, donde las redes criminales ejercen una violencia despiadada. Las peticiones de asilo en EE?UU y M¨¦xico, destinos preferentes de estos migrantes, se han duplicado en el ¨²ltimo a?o y una de cada dos personas re¨²ne las condiciones para recibir el estatus de refugiado. En esta tesitura, el m¨¢ximo responsable del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Jos¨¦ Samaniego, reclama m¨¢s cooperaci¨®n entre las naciones de la regi¨®n y se lamenta por el aumento de los controles migratorios, que provocan la apertura de rutas m¨¢s peligrosas y son un acicate para las redes de traficantes: ¡°Hay que analizar mejor cada caso entendiendo el contexto y la dimensi¨®n y el impacto de la violencia; brindar protecci¨®n internacional es salvar vidas¡±, subraya horas antes de participar en un encuentro organizado por la Casa de Am¨¦rica de Madrid.
Pregunta.?La palabra refugiados tiende a asociarse con Siria e Irak. Aunque la dimensi¨®n es incomparable, Am¨¦rica Central tambi¨¦n est¨¢ viviendo su particular crisis¡
Respuesta. Hay crisis que, por su dimensi¨®n y visibilidad, eclipsan otras situaciones de desplazamiento en el mundo. En el caso de Am¨¦rica hay tres situaciones importantes: la de Colombia, con siete millones de desplazados ¡ªla mayor cifra en todo el mundo¡ª y 250.000 refugiados; la del Caribe, en particular el caso de los haitianos, una gran poblaci¨®n ap¨¢trida repartida por varias islas; y Centroam¨¦rica, tal vez la situaci¨®n m¨¢s compleja tanto para entender como para asistir y dar una respuesta. Am¨¦rica Central siempre ha tenido una tradici¨®n migratoria, pero ahora tiene que ver casi en su totalidad con la violencia y que afecta a Honduras, El Salvador y Guatemala.
P. ?De qu¨¦ violencia hablamos?
R. No se trata de un conflicto ni de persecuci¨®n estatal, sino de actores privados ligados a actividades delincuenciales que acosan a la poblaci¨®n, cometen homicidios, extorsionan, secuestran, agreden sexualmente, reclutan a menores y, as¨ª, provocan el desplazamiento forzado. El otro d¨ªa le¨ªa una frase que refleja muy bien esta situaci¨®n: ¡°Mientras que antes ten¨ªamos que salir para mejorar nuestra calidad de vida, ahora tenemos que salir para salvar nuestra vida¡±. La violencia ha llegado a tales niveles que desborda claramente la capacidad de protecci¨®n de los Estados.
P. ?Es EE?UU el gran destino o ha cambiado la tendencia?
R. S¨ª, sobre todo por los v¨ªnculos familiares con personas que viven all¨ª. Pero es interesante c¨®mo en M¨¦xico y en otros pa¨ªses de la zona, las tasas de crecimiento son mucho mayores. Creo que eso tiene que ver con las dificultades, cada vez mayores, de emigrar a EE?UU. Y con las necesidades urgentes de protecci¨®n: las personas buscan destinos m¨¢s cercanos y a los que es m¨¢s seguro llegar.
P. Se habla de tres pa¨ªses: Honduras, El Salvador y Guatemala. ?En cu¨¢l de ellos es m¨¢s acuciante la situaci¨®n?
R. En cuanto a ¨ªndices de violencia, El Salvador y Honduras. En el caso salvadore?o, el fen¨®meno de las maras empieza con la deportaci¨®n de mareros de EE?UU. Y en Honduras, el crecimiento ha sido m¨¢s reciente, con San Pedro Sula convertida en una de las ciudades m¨¢s violentas del mundo. Guatemala est¨¢ a otro nivel, con otros factores m¨¢s ligados a la pobreza.
P. ?Cu¨¢l es el perfil del refugiado?
R. Una persona que no quiere acogerse a la autoridad de los mareros. En muchos casos, estamos hablando del ni?o o de la chica guapa a los que intentan poner presi¨®n y tratan de seducir a trav¨¦s de regalos y encomiendas para reclutarlos. Suelen ser ellos, bajo amenaza de matar a un miembro de su familia si no cumplen las ¨®rdenes, quienes recorren el camino y tratan de llegar sea como sea a M¨¦xico y a EE?UU. A esos chicos y chicas no puedeN devolverles a su pa¨ªs: si vuelven, les matan. Otro perfil es el del objetivo econ¨®mico de las maras: el transportista o el tendero que es extorsionado. Pero no solo: tambi¨¦n hay l¨ªderes barriales, representantes de ONG locales y hasta periodistas que en alg¨²n momento se han posicionado en contra de las pandillas.
P. La incapacidad del propio Estado de proteger a estas personas es, quiz¨¢ y desde una ¨®ptica europea, lo m¨¢s lacerante.
R. Es cierto, pero hay que poner el acento en el plano transnacional. La dimensi¨®n que ha llegado a tener la violencia hace que la respuesta tambi¨¦n tenga que ser de car¨¢cter regional. Entre Honduras, El Salvador y Guatemala hay 60.000 miembros activos de pandillas y, si se le suma las poblaciones de apoyo, estar¨ªamos hablando de 500.000 o 600.000 personas. El fen¨®meno ha tomado una dimensi¨®n tan grande que un solo pa¨ªs no puede lidiar solo. Tiene que haber una cooperaci¨®n regional clara. Si un ciudadano no puede encontrar protecci¨®n en su pa¨ªs, lo importante es abrir espacios para que pueda cruzar fronteras.
P. ?Se est¨¢n poniendo los medios?
R. Nunca es suficiente, pero s¨ª se est¨¢n dando pasos importantes. En El Salvador hay un plan que es un modelo y no solo trata de dar respuesta a la violencia sino trata de crear un marco legal que ampare a las v¨ªctimas. En Honduras se cre¨® una comisi¨®n para personas desplazadas y se est¨¢ trabajando en programas completos. Pero la magnitud de este fen¨®meno sobrepasa cualquier esfuerzo. La zona es un modelo a seguir para otras porque, entendiendo que es una crisis regional, la respuesta solo puede ser en el propio plano regional.
P. ?Y los pa¨ªses de destino y tr¨¢nsito?
R. Deben dar una respuesta mejor y m¨¢s r¨¢pida. Si una persona es solicitante de asilo, no puede estar detenida. M¨¦xico y Costa Rica est¨¢n trabajando en este ¨¢mbito. Respecto al tr¨¢nsito, es una obligaci¨®n y una responsabilidad crear condiciones seguras.
P. ?Y se est¨¢ haciendo?
R. La sociedad civil y las Iglesias s¨ª est¨¢n actuando. Est¨¢n creando redes de albergues, sobre todo en M¨¦xico, que dan a los refugiados y migrantes una atenci¨®n b¨¢sica, como comida y un lugar donde dormir, y tambi¨¦n orientaci¨®n legal, psicosocial y sanitaria. La respuesta es insuficiente, pero por lo menos hay una conciencia de los pa¨ªses. Es algo que no sucede en otras zonas del mundo.
P. En julio, EE?UU ampli¨® su programa de acogida de refugiados centroamericanos. ?Es suficiente?
R. Siempre se puede hacer m¨¢s. En los casos de EE?UU y M¨¦xico, las pol¨ªticas de control migratorio se han fortalecido en los ¨²ltimos a?os. Para ilustrarlo con una cifra: las deportaciones han aumentado y, grosso modo, cada a?o 250.000 personas son devueltas a los tres principales pa¨ªses de origen [Honduras, El Salvador y Guatemala]. En EE UU, este a?o han surgido varias iniciativas de admisi¨®n humanitaria, especialmente para menores. Tambi¨¦n se est¨¢n poniendo en pr¨¢ctica programas de reasentamiento, a¨²n en fase piloto, que tratan de poder identificar perfiles en los propios pa¨ªses de origen que puedan calificar como refugiados porque su vida est¨¦ en peligro inminente. A estas personas se les facilita la salida del pa¨ªs y su posterior reasentamiento en EE?UU. Viendo las medidas que se est¨¢n poniendo en marcha en otras zonas del mundo, creemos que s¨ª son buenas pr¨¢cticas a rescatar porque de alguna manera no solamente se evita la peligrosidad del recorrido, sino que permite salvar vidas en origen.
P. M¨¢s all¨¢ de los refugiados centroamericanos, en los ¨²ltimos meses ha aumentado el tr¨¢nsito de africanos en la regi¨®n.
R. Todo el istmo se ha convertido en un corredor para migrantes no s¨®lo centroamericanos sino africanos, afganos, paquistan¨ªes o bangladesh¨ªes. Cuantos m¨¢s controles migratorios haya en el planeta, m¨¢s rutas peligrosas habr¨¢, porque no les queda otra. Y m¨¢s se potenciar¨¢n las redes de traficantes de personas.
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