La escolarizaci¨®n de ni?os refugiados en escuelas griegas despierta el rechazo social
Veinte colegios acogen desde el lunes a los primeros 1.500 migrantes entre las protestas de muchos padres locales
El primer d¨ªa de clase para 1.500 menores refugiados en Grecia, tras meses privados de ense?anza reglada, fue una experiencia agridulce a la que pusieron una nota de color las mochilas de colores de la Organizaci¨®n Mundial de Migraciones (IOM, en sus siglas inglesas). Los peque?os acuden desde el lunes a 20 escuelas seleccionadas en todo el pa¨ªs por su proximidad a los campamentos donde viven y lo hacen solos, sin la presencia de sus padres, y acompa?ados ¨²nicamente por voluntarios de la IOM. Se incorporar¨¢n progresivamente al sistema otros 20.000 ni?os (el resto de poblaci¨®n flotante en edad escolar), en medio de protestas e incidentes protagonizados por padres de los menores griegos con los que comparten colegio.
El hecho de que los peque?os refugiados estudien en horario distinto (de dos a seis de la tarde, una vez concluida la jornada oficial), sin cruzarse siquiera f¨ªsicamente con sus te¨®ricos compa?eros de aula, y las garant¨ªas de las autoridades de que est¨¢n vacunados ¡ªpor eso s¨®lo han empezado los que ya disponen de cartilla sanitaria¡ª, no han tranquilizado a los padres griegos. Las cr¨ªticas de las AMPAS (acerca de la elecci¨®n de los centros, la falta de condiciones materiales o la necesidad de contratar trabajadores auxiliares) revelan una primera reacci¨®n de la poblaci¨®n local, hasta ahora muy solidaria y acogedora, frente a los migrantes, m¨¢s de 60.000 seres atrapados en el pa¨ªs qui¨¦n sabe por cu¨¢nto tiempo.
¡°No sabemos qui¨¦nes son sus familias; tampoco c¨®mo es su higiene en el campamento donde viven, si tienen suficientes duchas o ba?os, o si padecen alguna enfermedad que puedan transmitir a nuestros hijos. Adem¨¢s, no est¨¢n vacunados¡±, se queja a las puertas del 72? colegio p¨²blico de Atenas Sof¨ªa S., madre de dos escolares, ignorando las garant¨ªas dadas por las autoridades. ¡°Por supuesto que tienen que estudiar, pero ?por qu¨¦ en este centro? ¡±. Al establecimiento acuden desde el lunes unos 40 menores del cercano campamento de Elaionas, el primero levantado por el Gobierno griego, en agosto de 2015, en plena eclosi¨®n de la crisis migratoria, y poblado en su mayor¨ªa por afganos, aunque los responsables de la IOM a cargo del traslado declinaron especificar la nacionalidad y la edad de los escolares. Tampoco quiere pronunciarse la direcci¨®n del centro. ¡°Es un tema muy sensible, enti¨¦ndalo¡±, se excusa la directora desde el patio.
¡°No podemos crear un colegio dentro de otro colegio, eso es lo m¨¢s preocupante; no me parece bien que los segreguen en clases y horarios distintos pero es verdad que por cuestiones de idioma no pueden incorporarse a las de los nuestros. Este sistema s¨®lo crear¨¢ guetos. Y no vean aqu¨ª racismo porque no lo hay: son ni?os como los nuestros, con todo el derecho del mundo a la educaci¨®n; no hay m¨¢s que ver con qu¨¦ alegr¨ªa esperaban encontrarse en el patio [en el acto de bienvenida] unos y otros. En la clase de mi hijo los recibieron con galletas y dibujos¡ son ni?os, y eso lo sabemos mejor que nadie los padres¡ Pero este modelo no va a funcionar. Adem¨¢s, el Ministerio nos ha informado muy tarde, apenas un d¨ªa antes, de haberlo sabido antes nos habr¨ªamos hecho a la idea¡±, sentencia Apostolis ante el mismo centro, en un pl¨¢cido barrio de clase media a los pies de la Acr¨®polis.
Angelik¨ª Perdiki, profesora auxiliar de ingl¨¦s y bisnieta de otros refugiados (los griegos del Asia Menor), tiene otra versi¨®n, la de lo sucedido en las aulas: ¡°Ha ido todo como la seda. Los ni?os est¨¢n un poco asustados, pero es la ansiedad l¨®gica de cualquier primer d¨ªa de clase. Las cr¨ªticas no les afectan, y esperamos que en unos d¨ªas puedan recuperar un poco de normalidad vital, si es que eso es posible para un refugiado¡±. Griego e ingl¨¦s figuran entre las primeras materias de estudio para los ni?os reci¨¦n escolarizados.
Incidentes aislados
Sin llegar a casos extremos como el de la isla de Qu¨ªos, donde los padres han convocado un refer¨¦ndum sobre el asunto, o el pueblo de Volvi, cerca de Sal¨®nica, donde entre agrias protestas nacionalistas los vecinos cerraron con candados las puertas del colegio y dejaron en casa a sus hijos para evitar que se mezclaran con los refugiados (lo que ha provocado la intervenci¨®n de la fiscal¨ªa), los testimonios parentales constatan un estado de ¨¢nimo preocupante, tanto que para muchos la inserci¨®n de los refugiados en la cotidianidad, superada ya la fase aguda de la crisis y cronificada su presencia en Grecia, puede convertirse en una bomba de relojer¨ªa. Mientras, la presi¨®n migratoria sobre las islas del Egeo (como Qu¨ªos) resulta m¨¢s que acuciante: m¨¢s de 11.000 migrantes, que rebasan ampliamente la capacidad de los centros de internamiento. El Gobierno de Atenas prev¨¦ trasladarlos al continente.
Este reportaje carece de la versi¨®n de los padres de los ni?os refugiados porque, a diferencia de toda vuelta al cole normal, con las l¨®gicas emociones del estreno, entre lloros y rabietas y ni?os agarrados como lapas a las piernas de los padres, estos no pueden acompa?ar a los suyos a la escuela ya que viven en campamentos situados a kil¨®metros de distancia. Resume sus posturas un profesor griego voluntario que solicita el anonimato y colabora en el traslado de los menores desde Elaionas ¡ªdonde da clases¡ª al colegio, y viceversa: ¡°Hay tres grupos de padres, el de los que suspiran aliviados porque creen que la rutina har¨¢ bien a los ni?os, adem¨¢s de lo que aprendan; el de los que no est¨¢n muy convencidos pero consideran que algo hay que hacer con ellos mientras esperan [seguir viaje], y el ¨²ltimo grupo, que no quiere siquiera que sus ni?os vayan a clase porque creen que no les servir¨¢ de nada, y que est¨¢ a¨²n en fase de negaci¨®n total de la situaci¨®n de inmovilidad a la que se ven condenados. Pero no depende de ellos que vayan, sino de las autoridades educativas, y ning¨²n ni?o se va a quedar sin escolarizar en Grecia¡±.
El modelo finland¨¦s: mismos colegios, clases separadas
¡°La escolarizaci¨®n de los menores refugiados sigue el modelo finland¨¦s, mismos colegios y clases separadas¡±, explica en su despacho de la Universidad Polit¨¦cnica de Atenas Nikos Belavilas, uno de los 30 expertos que forman el consejo asesor del Gobierno griego para la gesti¨®n de la crisis migratoria. ¡°Cada uno de nosotros tenemos adjudicada la supervisi¨®n de uno o dos campamentos, del medio centenar que hay ahora en Grecia, y el m¨ªo es el de Skaramang¨¢s¡±, con 3.440 residentes (unos 1.200, ni?os).
Este campo cercano a Atenas es considerado el mejor del pa¨ªs, con una escuela que desde abril ha dado clases de idiomas (griego, ingl¨¦s, franc¨¦s y espa?ol) a cientos de j¨®venes y adultos. ¡°Por encima de los mil habitantes, un campamento es un problema potencial porque puede convertirse en un gueto, pero al menos aqu¨ª hemos logrado rebajar su poblaci¨®n casi a la mitad, desde los 6.000 iniciales¡±.
A Belavilas se debe la tipolog¨ªa de estos centros, que sustituyeron a asentamientos como el de Idomeni, pero tambi¨¦n ha contribuido en el dise?o del programa educativo especial. "En marzo el Ministerio de Educaci¨®n empez¨® a registrar a todos los ni?os: qu¨¦ edad ten¨ªan, cu¨¢l era su nivel previo y qu¨¦ programas [educativos no reglados] segu¨ªan en los campos. En junio ya se hab¨ªa completado el registro. Los ni?os menores de siete a?os de momento seguir¨¢n en los campos, donde se ultiman las instalaciones para educaci¨®n preescolar".
Belavilas, que tambi¨¦n alienta una red de apoyo regional a los refugiados llamada Kalos Tous (Bienvenidos), para facilitar su integraci¨®n en la comunidad local, exhibe un visible ara?azo en el antebrazo. Se lo hicieron el lunes, el primer d¨ªa de clase, un grupo de ultras que intentaron impedir por la fuerza la entrada de un grupo de refugiados a un colegio de Atenas. Pero quita hierro al percance: "Son incidentes aislados, la t¨®nica es la normalidad".
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