La UE busca superar el recelo ante el libre comercio con garant¨ªas frente a los abusos
Walonia se niega de nuevo a desbloquear el acuerdo con Canad¨¢
La regi¨®n belga de Valonia ha dicho no por en¨¦sima vez hoy viernes, en esta ocasi¨®n a una troika formada por el Gobierno canadiense, a la Comisi¨®n Europea y los l¨ªderes de la UE. Reunidos en Bruselas, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho ven peligrar seriamente el acuerdo comercial con Canad¨¢, y puede que una de las ense?as de la Uni¨®n: la pol¨ªtica comercial com¨²n. A Bruselas a¨²n le queda un as en la manga. La Comisi¨®n presiona a los socios para poder aprobar medidas proteccionistas ¡°que protejan los intereses comerciales de la UE¡± en casos de competencia desleal y el dumping social, a cambio de seguir adelante con pactos como el de Canad¨¢ o el de EE UU.
No es no, versi¨®n valona: el Gobierno de la regi¨®n franc¨®fona de B¨¦lgica se ha negado hoy por quinta vez en una semana a desbloquear el acuerdo comercial con Canad¨¢. Ni las presiones por tierra, mar y aire de Bruselas, ni las duras palabras de la canciller Angela Merkel ni la mediaci¨®n de los canadienses ha hecho aflojar a los valones: la ministra de Comercio de Canad¨¢, Chrystia Freeland, que ha viajado a B¨¦lgica para tratar de convencer al Ejecutivo val¨®n, anunci¨® ¡°el fin y el fracaso¡± de las negociaciones. Se ha declarado ¡°muy decepcionada¡±, ha cargado contra la Uni¨®n por ser incapaz de pactar. Bruselas considera que simplemente se mantiene el suspense y que Valonia acabar¨¢ cediendo. El jefe de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, vaticina un pacto ¡°a lo largo de los pr¨®ximos d¨ªas¡±. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, ha alargado el ultim¨¢tum ¡°hasta el pr¨®ximo jueves¡±. Pero de momento Valonia cierra filas y apenas ha parpadeado ante las concesiones de la Comisi¨®n y ante las enormes presiones de los socios.
Bruselas es el lugar adecuado para ese tipo de agon¨ªas en una negociaci¨®n: de momento, el brazo Ejecutivo de la UE se ha sacado de la manga una propuesta que, bien encauzada, tiene potencial para desbloquear las conversaciones y darle a Valonia la baza pol¨ªtica que necesita para cerrar esta crisis comercial. En plata: Bruselas quiere poder aprobar medidas proteccionistas ¡ªo ¡°de protecci¨®n¡±, el eufemismo preferido en la capital europea¡ªpara salvar el modelo social europeo y vencer la creciente oposici¨®n de la ciudadan¨ªa a los acuerdos comerciales con socios del estilo de Canad¨¢ y Estados Unidos. A cambio de salvar esos pactos, el objetivo es poder entablar guerras comerciales, con altos aranceles y otras medidas proteccionistas cuando Bruselas crea que hay que proteger los intereses de la industria europea.
Los Veintiocho negocian desde hace tres largos a?os el endurecimiento de medidas contra el dumping social o la competencia desleal, por ejemplo del acero chino o de la fabricaci¨®n de veh¨ªculos en algunos pa¨ªses del Sureste asi¨¢tico. Reino Unido y los pa¨ªses n¨®rdicos impiden esas pol¨ªticas en aras del libre comercio; Espa?a estaba en ese grupo, pero ha cambiado su posici¨®n. Bruselas insiste en que quiere poder aplicar dureza cuando detecte pol¨ªticas comerciales agresivas, frente a la indefensi¨®n actual. Estados Unidos aplica aranceles del 256% al acero chino; en Europa, las represalias ante la constataci¨®n de que la siderurgia china vende productos subsidiados o que se venden por debajo de coste se limitan a un arancel es de apenas el 25%.
¡°Europa debe defender sus intereses industriales, por ejemplo en la siderurgia¡±, ha explicado Juncker ante la prensa en un tono acalorado. ¡°Europa es partidaria del libre comercio, pero no puede seguir siendo est¨²pida: necesita instrumentos de defensa. Estados Unidos los tiene. ?Por qu¨¦ no podemos tenerlos nosotros para protegernos de los ataques del exterior?¡±, se ha cuestionado el presidente (hijo de un trabajador de la siderurgia luxemburguesa, por cierto). ¡°Es importante distinguir entre protecci¨®n y proteccionismo, pero hay que buscar formas de proteger nuestros intereses¡±, ha a?adido el polaco Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.
La Comisi¨®n est¨¢ muy cerca de lograr la mayor¨ªa necesaria para activar ese tipo de medidas: las fuentes consultadas explican que Reino Unido, Suecia, Finlandia, Malta o Chipre ¡ªlos m¨¢s pa¨ªses m¨¢s liberales¡ª se oponen, pero Bruselas est¨¢ ya a un solo pa¨ªs de conseguir la mayor¨ªa necesaria y pretende aprobar ese plan en noviembre. Eso permitir¨ªa, de alguna manera, salvaguardar el modelo social europeo: ofrecer a regiones como Valonia un incentivo pol¨ªtico para firmar acuerdos con pa¨ªses como Canad¨¢, poco sospechosos de hacer dumping social o competencia desleal, seg¨²n las fuentes consultadas.
Europa juguetea as¨ª con el proteccionismo que acecha por todas partes. La integraci¨®n econ¨®mica global avanz¨® r¨¢pidamente despu¨¦s de las guerras mundiales, apoyada en Bretton Woods e instituciones como la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, pero ese proceso ha apretado el bot¨®n de pausa con la Gran recesi¨®n. En su carrera hacia la Casa Blanca, Donald Trump ha logrado imponer en Estados Unidos, nada menos, la idea de que la globalizaci¨®n ha llegado demasiado lejos: hasta los Clinton cuestionan los acuerdos de libre comercio. Holanda, el pa¨ªs m¨¢s abierto de Europa, est¨¢ en contra de un acuerdo similar con Ucrania: Alemania, el socio que m¨¢s se ha beneficiado de la apertura europea, flirtea con la negativa al TTIP con Estados Unidos, al igual ue Francia.
Tras la negativa de Valonia est¨¢ esa ret¨®rica que culpa a la globalizaci¨®n de los 2.000 despidos de la multinacional Caterpillar, que acaba de anunciar el cierre de su planta en la regi¨®n belga. Los beneficios del libre comercio, aunque sustanciales, son difusos; sus costes, en cambio, se suelen concentrar en unos pocos sectores y han encontrado una potente voz en los partidos antiestablishment que proliferan por todo el continente. La idea de Bruselas es seguir firmando grandes acuerdos, aunque para ello haya que meterse en el lodazal de las medidas proteccionistas, que tan mal casan con ese ideal de la Europa grande, flexible, librecambista, abierta, de alguna manera inglesa.
¡°La UE est¨¢ resuelta a aplicar una pol¨ªtica comercial vigorosa¡±, ¡°que tenga en cuenta al mismo tiempo las preocupaciones de sus ciudadanos¡±, dicen las conclusiones de la cumbre en Bruselas. Ese es el nuevo mantra en una reuni¨®n en la que el Brexit ha pasado apenas de puntillas ¡ªpese a la presencia de Theresa May por primera vez¡ª y en la que el Consejo Europeo ha adelantado que har¨¢ una propuesta m¨¢s flexible sobre las cuotas de refugiados. Peccata minuta ante unos vientos de crisis que esta vez soplan en las procelosas aguas de la pol¨ªtica comercial, pen¨²ltima v¨ªctima? propiciatoria de la Gran Recesi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.