La industria automovil¨ªstica de Carolina del Sur y el libre comercio

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Greenville fue anta?o una orgullosa ciudad industrial, con un sector textil especialmente importante. Hoy, lo ¨²nico que hay de ese pasado es el edificio Wyche-Pavilion, que est¨¢ abajo, en la orilla del r¨ªo. A pesar de ello, Greenville es una ciudad pr¨®spera con un centro rodeado de restaurantes y edificios de oficinas modernos. La regi¨®n se ha reinventado tras la desaparici¨®n de las viejas industrias para convertirse en un lugar de tecnolog¨ªa puntera.

"Esta regi¨®n tiene la mayor proporci¨®n de ingenieros del pa¨ªs", explica Scott Baier, profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Clemson, que tambi¨¦n mantiene un centro de investigaci¨®n automovil¨ªstica. La f¨¢brica de BMW, en la vecina ciudad de Spartanburg, representa el exitoso cambio estructural. Carolina del Sur se sit¨²a en el tercer puesto en la producci¨®n automovil¨ªstica del pa¨ªs. Honda y Michelin est¨¢n aqu¨ª y abajo, en la costa, en Charleston, Mercedes monta su furgoneta Sprinter-Transporter. Lo que le inquieta a Baier son las posiciones populistas sobre el libre comercio que hay en el pa¨ªs. Sobre todo promovidas por Donald Trump, pero tambi¨¦n por los dem¨®cratas; los ataques de Bernie Sanders al Acuerdo de libre comercio han provocado que Hillary Clinton vire a la izquierda. La candidata maldice ahora tambi¨¦n el pac¨ªfico Tratado de Libre Comercio o TPP, que puso por las nubes cuando fue secretaria de Estado. Y el Acuerdo con Europa o TTIP, parece que tiene pocas posibilidades de llegar a buen puerto.

Baier califica esta situaci¨®n de "alarmante". Teme que pudiera haber un retroceso en el Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte o Nafta y que existiera un movimiento contrario a las importaciones chinas, independientemente de quien saliera elegido de las urnas el 8 de noviembre. La industria automovil¨ªstica aqu¨ª por una parte depende de las exportaciones, BMW exporta su serie X a todo el mundo. Pero es igualmente dependiente de las importaciones de los productos suministrados por China y M¨¦xico. "Si se restringieran las importaciones de esos pa¨ªses, aumentar¨ªan los costes de producci¨®n y se acabar¨ªa con puestos de trabajo en Carolina del Sur", asegura Baier. El Estado importa cada a?o productos de China por un valor de casi 6 mil millones de d¨®lares y de 7 mil millones de socios del Nafta, la mayor parte de M¨¦xico. La mayor¨ªa de ellos para la industria automovil¨ªstica y de suministros. Un estudio llevado a cabo por el gobierno de los Estados Unidos ha se?alado que Carolina del Sur es la que m¨¢s se beneficiar¨ªa de un Tratado de libre comercio con Europa. No obstante, la poblaci¨®n aqu¨ª, seg¨²n datos de una encuesta, votar¨¢ a Trump con cerca de un 8% de ventaja, candidato que ha hecho de la hostilidad hacia el libre comercio un emblema de su campa?a.

Baier tambi¨¦n responsabiliza a su propio gremio. "Los economistas no han entendido bien que hay una creciente antipat¨ªa de la poblaci¨®n hacia el libre comercio, al que responsabilizan de la p¨¦rdida de puestos de trabajo", aclara Baier. Sanders y Trump han recogido mejor el descontento de la poblaci¨®n y han sacado tajada pol¨ªtica de ello. Por eso ha sido dif¨ªcil diferenciar, si ahora se trata del Tratado de libre comercio y de la adhesi¨®n de China a la OMC (Organizaci¨®n Mundial del Comercio), o del galopante cambio tecnol¨®gico que a finales de los a?os 90 y a principios de los 2000 provoc¨® en Carolina del Sur un aumento de la tasa de desempleo y aceler¨® la decadencia de la industria textil. El estado parece que ha logrado el cambio estructural y se ha establecido como lugar de tecnolog¨ªa puntera, tambi¨¦n con la f¨¢brica de Boeing en el norte de Charleston.

Carolina del Sur tiene hoy una tasa de paro del 4,9% y su econom¨ªa es desde hace a?os de las que m¨¢s r¨¢pido crecen en el sudeste de Estados Unidos. Y gracias al buen tiempo y a los atractivos puestos de trabajo es un reclamo para cada vez m¨¢s gente del norte. El a?o 2015 la poblaci¨®n aument¨® casi un 6%. Lo que ha identificado a la ciudad de las palmeras como un modelo de ¨¦xito. No obstante, aqu¨ª habr¨¢ una mayor¨ªa que votar¨¢ a Trump y en contra de los intereses de las asentadas industrias automovil¨ªstica y de alta tecnolog¨ªa en el mercado internacional. El duro cambio estructural tambi¨¦n ha dejado atr¨¢s perdedores.