Los islamistas de Marruecos encaran sus mayores retos
El presidente reci¨¦n elegido debe superar sus desencuentros con el rey, aplicar medidas econ¨®micas impopulares y luchar contra la corrupci¨®n
![Francisco Peregil](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F756c8425-e4d4-47b8-84ad-522ac0df60cc.png?auth=c309fa4733b6235916d93c4e29073838719e07676326964090fc6983cd95a1e7&width=100&height=100&smart=true)
![El presidente de Marruecos y secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), durante una conferencia de prensa celebra el 22 de octubre en Salé.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/I7X4Z3PTEL6RNJ7L4WJAXNXX34.jpg?auth=b2a4b7529f6e94da57a01430132932d75c13a8755328bdc772f7be51b33b4935&width=414)
El locuaz presidente de Marruecos, el islamista Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, lleva bastante tiempo sin ofrecer? titulares de prensa. Despu¨¦s de se?alar al Palacio Real durante la campa?a de las legislativas como responsable de un poder autoritario en la sombra que se impone sobre el elegido en las urnas, ha llegado el momento de la discreci¨®n. Desde que gan¨® las elecciones del 7 de octubre, el secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) se limita a fraguar con otros partidos las alianzas que le permitir¨¢n gobernar en los pr¨®ximos cinco a?os. El pol¨ªtico m¨¢s popular de Marruecos deber¨¢ recomponer en ese periodo una relaci¨®n maltrecha con el rey, afrontar algunas de las medidas m¨¢s impopulares, como la reducci¨®n de subvenciones al pan, el az¨²car y el gas butano, y ponerle el cascabel al gato de la corrupci¨®n, una promesa bandera que le sirvi¨® para vencer en las legislativas de 2011 y sobre la que nada ha intentado en su primer mandato.
Mohamed Madani, profesor en la facultad de Ciencias Jur¨ªdicas de Rabat, se muestra esc¨¦ptico: ¡°En 2011 Benkir¨¢n cre¨ªa que se pod¨ªa hacer algo respecto a la corrupci¨®n, pero ahora se ha vuelto m¨¢s pragm¨¢tico. No creo que vaya a sacudir el cocotero. ?l sabe que la corrupci¨®n forma parte del r¨¦gimen y atacarla es romper los equilibrios pol¨ªticos¡±.
En el plano econ¨®mico, el paro se encuentra estancado en torno al 10% y la deuda p¨²blica asciende al 64% del PIB, 12 puntos por encima de la que encontr¨® Benkir¨¢n en 2011. Este ¨²ltimo dato aboca al presidente a un recorte en las subvenciones de productos b¨¢sicos. Benkir¨¢n ya super¨® con ¨¦xito el desaf¨ªo de subir el precio de la gasolina; despu¨¦s se atrevi¨® a aumentar la edad de jubilaci¨®n desde los 60 a 63 a?os. Pero esta ¨²ltima medida le granje¨® la oposici¨®n de los principales sindicatos del pa¨ªs.
¡°Benkir¨¢n¡±, se?ala el polit¨®logo Madani, ¡°ha demostrado que puede enfrentarse a los sindicatos. Ha superado las huelgas que le convocaron. Por primera vez en este pa¨ªs, un sindicato, el m¨¢s antiguo, la Uni¨®n Marroqu¨ª del Trabajo (UMT), llam¨® en esta elecci¨®n a votar contra el PJD. A pesar de eso, los islamistas vencieron. Pero a Benkir¨¢n no le interesa tener a los sindicalistas en contra¡±.
Si Benkir¨¢n fracasa en su lucha contra el paro, la pobreza y la corrupci¨®n la gente pensar¨¢ que ha sido porque no le dejan trabajar Mohamed Madani, polit¨®logo
Muchos analistas creen que Benkir¨¢n no cambiar¨¢ ni los grandes equilibrios pol¨ªticos del pa¨ªs ni los macroecon¨®micos. Sus medidas podr¨¢n ser impopulares, pero no atentar¨¢n contra los poderes f¨¢cticos del Estado. ¡°Si Benkir¨¢n fracasa en su lucha contra el paro, la pobreza y la corrupci¨®n¡±, se?ala Mohamed Madani, ¡°la gente pensar¨¢ que ha sido porque no le dejan trabajar. La gente cada vez est¨¢ mejor informada y sabe que el margen de maniobra del presidente es muy corto¡±.
Mohamed Daadaoui, profesor de ciencias pol¨ªticas en la universidad estadounidense de Oklahoma y autor de un libro sobre la monarqu¨ªa marroqu¨ª y el desaf¨ªo islamista, cree que el mayor reto de Benkir¨¢n ser¨¢ ¡°caminar en la cuerda floja de seguir pareciendo leal al r¨¦gimen y al mismo tiempo denunciar lo que ¨¦l llama ¡®tahakoum', o control pol¨ªtico autoritario, en referencia un Gobierno en la sombra instalado en Palacio¡±.
¡°Dudo que pueda emprender ninguna reforma profunda en relaci¨®n con la corrupci¨®n¡±, advierte Daadaoui. Y en cuanto a los desaf¨ªos econ¨®micos, Daadaoui cree que Benkir¨¢n no tiene garantizada la paz social. ¡°Su reforma de las pensiones y los aumentos en el precio de la gasolina ya despertaron la ira de muchos marroqu¨ªes¡±, advierte. Indica Daadaoui que lo que ayud¨® a Benkir¨¢n a ganar en las ¨²ltimas elecciones fue la enorme abstenci¨®n. Aunque la participaci¨®n se situ¨® en un 43% de los inscritos en la lista electoral, Daadaoui recuerda que hay varios millones de marroqu¨ªes que ni siquiera quieren inscribirse en las listas, con lo cual, la participaci¨®n real, seg¨²n Daadaoui, fue del 23%.
El polit¨®logo afincado en Estados Unidos recuerda que Benkir¨¢n estar¨¢ tambi¨¦n limitado por los partidos que decidan gobernar junto al en coalici¨®n. Y en ¨²ltima instancia, ¡°las reformas econ¨®micas de mayor calado necesitar¨¢n la aprobaci¨®n t¨¢cita del Palacio¡±, apostilla.
En Marruecos hay varios ministerios, como los de Religi¨®n, Defensa, Interior y Relaciones Exteriores, cuyos resortes se manejan directamente desde Palacio. Los poderes de Benkir¨¢n est¨¢n bastante limitados. Pero tal vez ni a Benkir¨¢n ni al rey les interese limitar a¨²n m¨¢s la influencia del presidente democr¨¢ticamente elegido. En cualquier caso, los desaf¨ªos seguir¨¢n esperando a la vuelta de la esquina.
Un nuevo ascensor social para las ¨¦lites
Los islamistas del PJD llevan cinco a?os en el poder y dispondr¨¢n de otros cinco tras su victoria en las legislativas del 7 de octubre. ?Conseguir¨¢n situar gente af¨ªn en las estructuras del Estado que permanezca all¨ª incluso si el PJD perdiera las pr¨®ximas legislativas?
¡°El rey es quien ostenta el poder para nombrar los cargos de las grandes empresas p¨²blicas estrat¨¦gicas, tanto de los medios de comunicaci¨®n como de la energ¨ªa renovable¡±, indica el polit¨®logo Mohamed Madani. ¡°En el dominio de la seguridad, donde Benkir¨¢n tiene derecho por ley a nombrar altos cargos, no lo hace para no entrar en conflicto con el rey. Y en otros terrenos, como en las universidades, por ejemplo, el PJD no coloca a su gente. Los medios empezar¨ªan a criticar la islamizaci¨®n de la sociedad. Pero lo que s¨ª hace el PJD es colocar all¨¢ donde pueden, como en las universidades, a personas que no est¨¢n en contra de los islamistas. El PJD tiene una estrategia de hacerse atractivo para las ¨¦lites. Hasta ahora, la monarqu¨ªa era el ¨²nico medio para las ¨¦lites de progresar en sus carreras. Los islamistas del PJD quieren demostrar que ellos pueden servir como ascensor social.
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