Sem¨¢ntica y r¨¦gimen chavista
Es el permanente intento de construir una realidad paralela
Cuentan los historiadores que cuando los expertos acudieron a Honecker con informaci¨®n sobre el creciente endeudamiento externo de los setenta, su respuesta fue simple. Decidi¨® la inmediata interrupci¨®n de los estudios financieros y la destrucci¨®n de los datos estad¨ªsticos acumulados hasta la fecha.
A su manera, Honecker era un constructivista, ese postulado heur¨ªstico seg¨²n el cual la realidad como tal no existe sino que es ¡°lo que se dice que es¡±; o sea, se construye subjetivamente. Fue f¨¢cil para ¨¦l: sin informaci¨®n, no habr¨ªa m¨¢s crisis de endeudamiento. Una aclaraci¨®n objetiva: la crisis financiera eclosion¨® en 1989 y Honecker parti¨® al exilio. Fue el comienzo de la gran transformaci¨®n europea de fin de siglo.
La par¨¢bola es por la Venezuela chavista, tambi¨¦n ¡°constructivista¡± si bien con un estilo importado de La Habana m¨¢s que de Berl¨ªn Oriental. Donde sea que origine la inspiraci¨®n, lidiar con el chavismo siempre supone un tit¨¢nico esfuerzo por definir la realidad. N¨®tese la preocupaci¨®n de la MUD en dejar establecido que ¡°hubo golpe y ahora s¨ª, se trata de una dictadura¡±.
Entre par¨¦ntesis y a prop¨®sito del ¡°ahora s¨ª¡±: la democracia es un m¨¦todo para llegar al poder y un conjunto de reglas que limitan el ejercicio de dicho poder. No importa cuantas elecciones pudieran ganar, el chavismo rara vez, si alguna, se someti¨® a esas reglas. En este mismo espacio, quien aqu¨ª escribe lo viene diciendo desde 2013. Conste.
El hecho es que al chavismo no le ha ido mal con su propia versi¨®n de constructivismo, es decir, su estrategia comunicacional. Tanto que a veces Venezuela se reduce a un cruento experimento sem¨¢ntico, una batalla por las palabras que trivializa la tragedia humanitaria y de derechos humanos. Es que no se trata de un debate genuino sino de la construcci¨®n de una realidad paralela.
Quienes hablan de derechos humanos se han convertido en los ultras de hoy, estigmatizados por un discurso vac¨ªo que solo repite la palabra ¡°dialogo¡± como si fueran t¨¦rminos mutuamente excluyentes
En la propia OEA, la misi¨®n venezolana circul¨® un comunicado el 18 de octubre solicitando al Consejo Permanente la terminaci¨®n del contrato entre la Secretar¨ªa General y una firma consultora en comunicaci¨®n. No es casual que ello ocurriera dos d¨ªas antes que el CNE anunciara la suspensi¨®n del revocatorio. La diplomacia venezolana es como el bravuc¨®n m¨¢s pendenciero del barrio: para evitar que le peguen, siempre pega primero.
As¨ª, mientras tanto, se habla de otra cosa. Argentina se subi¨® a ese bote en otra muestra de las reiteradas incongruencias entre lo que su presidente dice y lo que su canciller¨ªa hace, a prop¨®sito de realidades paralelas. Solicit¨® una reducci¨®n de presupuesto tal que paralizar¨ªa la operaci¨®n del departamento de prensa y comunicaciones de la OEA, nada menos. Almagro respondi¨® con elocuencia: la misma censura de prensa que el gobierno de Maduro aplica en Venezuela, ahora busca imponerla en el seno de la propia OEA. No dijo que, evidentemente, lo hace con socios.
Resulta inveros¨ªmil, por ello, que un r¨¦gimen sin econom¨ªa ni Estado, sin medicinas ni alimentos, una dictadura pura y dura tenga la capacidad de definir los t¨¦rminos del debate a voluntad, al punto que quienes hablan de derechos humanos¡ªcomo lo hace Almagro¡ªse han convertido en los ultras de hoy, estigmatizados por un discurso vac¨ªo que solo repite la palabra ¡°dialogo¡±, como si fueran t¨¦rminos mutuamente excluyentes. En este f¨²tbol perverso el chavismo siempre juega de local, con doce y con el arbitro comprado.
No son pocos los que dicen que la administraci¨®n Obama se contenta con mirar correr las agujas del reloj para que Maduro aguante hasta el 20 de enero. Hace dos a?os que tambi¨¦n hablan de di¨¢logo y el chavismo se burla de ello. El Departamento de Justicia imputa a Reverol, pero Maduro lo hace ministro del interior. Liberan dos presos pol¨ªticos con gran impacto en los medios, uno de ellos ciudadano estadounidense, pero apresan muchos m¨¢s en secreto y torturan a los que tienen.
No sorprende entonces que ocurriera lo que se tem¨ªa: la suspensi¨®n del revocatorio y las elecciones de gobernadores. En Venezuela se extingui¨® el concepto de sufragio y, sin embargo, esa misma idea de di¨¢logo¡ª¡°di¨¢logo-pistola-en-mano¡±, como lo llam¨® Ibsen Mart¨ªnez¡ªahora es pol¨ªtica exterior del Vaticano, que se hizo presente no con uno, sino con dos enviados. Las fotos son elocuentes: los representantes papales junto a los mediadores oficialistas Rodr¨ªguez Zapatero y Fern¨¢ndez.
Prueba adicional que el chavismo contin¨²a definiendo los t¨¦rminos del debate, es que hasta el d¨ªa de hoy la MUD no ha sido capaz de descalificar el rol de Zapatero y su sesgada mediaci¨®n. Tambi¨¦n una buena parte de la oposici¨®n, debe reconocerse, usa la sem¨¢ntica para construir su propia realidad. Juzgar¨¢n a Maduro por abandono del cargo, lo cual no necesariamente ha sucedido, y le har¨¢n juicio pol¨ªtico, el cual ser¨ªa solo simb¨®lico ya que en Venezuela no existe el proceso de destituci¨®n por impeachment.
Y esto sin contar las propias contradicciones entre asistir o no, si en Margarita o en Caracas, al nuevo cap¨ªtulo de este di¨¢logo. El problemas m¨¢s grave de la MUD es que no parecen entender que no hay manera de derrocar un r¨¦gimen autoritario sin una agenda com¨²n que posponga las disputas personales. No tendr¨ªan m¨¢s que darle una le¨ªda r¨¢pida a cualquier transici¨®n exitosa¡ªEspa?a, Argentina, Sud¨¢frica o Chile, por ejemplo¡ªpara darse cuenta que el objetivo era uno solo: la retirada del r¨¦gimen.
Lo preocupante ahora es que los acontecimientos bien podr¨ªan superarlos. La gente en la calle y el riesgo de la represi¨®n del gobierno, lo cual no ocurri¨® todav¨ªa en Caracas pero s¨ª en las regiones, podr¨ªa suceder el 3 de noviembre en la marcha a Miraflores, sede del Ejecutivo, convocada por la MUD. Si la cancelan, por l¨®gica precauci¨®n, podr¨ªan distanciarse de la base. Si siguen adelante, podr¨ªan ser padres y testigos de una tragedia.
Este es precisamente el escenario que quienes invocan la Carta Democr¨¢tica han intentado evitar durante largos meses. Propusieron una mediaci¨®n colectiva pero en serio, un di¨¢logo sin pistola, la intervenci¨®n de la comunidad internacional, la restituci¨®n de derechos, la ayuda humanitaria. Pero esos son los ultras de hoy. Ser¨ªa muy triste que ellos¡ªla OEA, los expresidentes nucleados en IDEA, las organizaciones de derechos humanos, la prensa y muy pocos gobiernos de la regi¨®n¡ªtengan que recurrir al ¡°les advertimos que esto pasar¨ªa¡±.
Ya veremos m¨¢s adelante c¨®mo se asignan las culpas y responsabilidades. De lo que hay certeza es que la v¨ªctima ser¨ªa¡ªya lo es¡ªel pueblo de Venezuela. Y esa es la realidad objetiva, no la paralela.
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