Los rusos creen que las relaciones mejorar¨¢n si gana Trump

Para los intereses de Rusia, Donald Trump es mejor que Hillary Clinton con gran diferencia, seg¨²n coinciden la mayor¨ªa de los ciudadanos rusos sondeados por las tres principales instituciones sociol¨®gicas del pa¨ªs (Centro Levada, Centro de Estudio de la Opini¨®n P¨²blica y Fundaci¨®n de la Opini¨®n P¨²blica). En las encuestas, el candidato republicano ha ido ganando posiciones hasta un porcentaje m¨ªnimo del 35% en el ¨ªndice de preferencias, mientras la candidata dem¨®crata llega a un 13% a lo sumo. La mayor¨ªa de los rusos cree que las relaciones bilaterales empeorar¨¢n con Clinton y mejorar¨¢n con Trump, pero un tercio opina que da igual quien gane.

Pese a la posici¨®n oficial reiterada y cierta ¡ªseg¨²n la cual Mosc¨² colaborar¨¢ con cualquiera que sea el vencedor¡ª?esta vez hasta el mismo presidente Vlad¨ªmir Putin parece haber mostrado simpat¨ªa hacia Trump, seg¨²n se infiere de su reciente reuni¨®n con polit¨®logos y pol¨ªticos internacionales organizada por el club Vald¨¢i en Sochi. Trump ha sabido ¡°llegar al coraz¨®n de los norteamericanos¡± con su imagen de ¡°tipo sencillo¡± ha dicho el presidente, quien ha advertido que los refer¨¦ndum y las elecciones ¡°cada vez producen m¨¢s sorpresas¡±. Seg¨²n Putin, no se trata del ¡°triunfo de los marginales y los populistas¡± sino de que ¡°la gente sencilla, los ciudadanos de a pie dejan de confiar en la clase dirigente¡±.

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Siguiendo tradiciones que se remontan a la URSS, en las presidenciales norteamericanas, una parte de la ¨¦lite rusa prefiere el triunfo de los republicanos, a los que percibe como m¨¢s pr¨¢cticos, m¨¢s capaces de llegar a acuerdos con Rusia y menos centrados en temas de derechos humanos que los dem¨®cratas. La agenda internacional del Kremlin es la misma quienquiera que sea el vencedor, b¨¢sicamente la recuperaci¨®n de la influencia y el estatus perdidos al concluir la Guerra Fr¨ªa y desintegrarse la URSS. Rusia quiere ser reconocida como socio en pie de igualdad del club en el que alternan y concilian intereses los principales protagonistas de las decisiones globales. Putin no desea aislar a su pa¨ªs, sino que este sea aceptado tal como es, con sus percepciones de seguridad y su esfera de intereses en el espacio postsovi¨¦tico.

Aunque el mundo ya no es bipolar, los dirigentes rusos aspiran a una relaci¨®n privilegiada con EEUU y a emprender acciones conjuntas en el terreno internacional en nombre de intereses comunes, como el caso fallido de Siria ha demostrado. Los dirigentes rusos mantienen actitud ambivalente, de admiraci¨®n y rechazo a la vez, hacia la pol¨ªtica de Washington, hasta el punto de que incluso las decisiones norteamericanas que Mosc¨² considera equivocadas (por ejemplo el reconocimiento de Kosovo) sirven al Kremlin para justificar su propia pol¨ªtica (el reconocimiento de Abjazia y Osetia y la anexi¨®n de Crimea). Los responsables de la pol¨ªtica exterior rusa conocen bien a Clinton y saben que la ex secretaria de Estado no va a dar a Rusia el reconocimiento y el respeto a los que Putin aspira. Trump, que ha mostrado comprensi¨®n por la pol¨ªtica rusa, sobre todo al inicio de su campa?a, es hasta cierto punto una inc¨®gnita por sus reflejos de empresario pragm¨¢tico (comprensibles desde la l¨®gica del presidente ruso) y por no haber sido a¨²n moldeado por los clich¨¦s del establishment pol¨ªtico de Washington.

Expresada en clave ideal, la agenda rusa para Washington comprende la reducci¨®n de los contingentes militares estadounidenses y de la OTAN emplazados en los pa¨ªses de la Alianza, la abolici¨®n de la ley Magnitski (2012), que contempla sanciones para los funcionarios rusos implicados en la muerte en prisi¨®n del abogado de un ciudadano norteamericano. Asimismo, incluye el cese del apoyo a Ucrania y la anulaci¨®n de todas las sanciones impuestas a Mosc¨² por su pol¨ªtica en ese pa¨ªs, as¨ª como la renuncia al Escudo de Defensa Antimisiles norteamericano. Casi todos estos puntos est¨¢n recogidos en una ley recientemente aprobada, producto de una iniciativa del presidente Putin. Se trata de la ley por la que Rusia interrumpe un acuerdo bilateral con EEUU, suscrito en el a?o 2000, para el reciclado del plutonio militar procedente de la reducci¨®n de armamento. En ella, la mayor¨ªa de los puntos citados figuran como condiciones para reanudar el mismo acuerdo que se interrumpe.