¡°Los Cascos Blancos somos neutrales con las v¨ªctimas, no con los verdugos¡±
Raed Saleh, director de la organizaci¨®n rescate siria, defiende su neutralidad
Antes de que comenzase la guerra, Raed Saleh ten¨ªa una vida tranquila con su familia en?Yisr al Shugur. Llevaba un negocio de electr¨®nica y como tantos sirios, estaba en contra del r¨¦gimen de Bachar El Aasad.? A principios de 2011 empez¨® a salir a la calle con las primeras manifestaciones pac¨ªficas y en junio de ese a?o, un ataque del Ej¨¦rcito arras¨® su pueblo y tuvo que refugiare en Turqu¨ªa. ¡°A partir de ah¨ª nos pusimos a trabajar con la Cruz Roja y comenzamos a entrar en Siria clandestinamente para llevarnos a los heridos a Antioquia (Turqu¨ªa). En junio de 2013 organic¨¦ un curso en el que participamos 20 hombres y cinco mujeres para empezar a trabajar sobre el terreno¡±, recuerda en el aeropuerto de Barcelona Raed Saleh, actual director de la Defensa Civil Siria, conocidos tambi¨¦n como los Cascos Blancos.
Son 3.000 voluntarios repartidos en siete provincias de Siria: panaderos, mec¨¢nicos, taxistas ... e intervienen despu¨¦s de cada bombardeo?
Aquel proyecto espont¨¢neo, que contaba con m¨¢s ganas que capacidad t¨¦cnica, deriv¨® en una organizaci¨®n humanitaria que hoy tiene 3.000 voluntarios repartidos en 120 divisiones a lo largo de 7 provincias de Siria (el 40% del territorio). Son panaderos, mec¨¢nicos, taxistas o universitarios e intervienen despu¨¦s de cada bombardeo de las fuerzas de El Asad y la aviaci¨®n rusa, y hasta la fecha se atribuyen el rescate de unas 60.000 personas, la mayor¨ªa atrapadas debajo de los escombros de alg¨²n edificio derrumbado. Pero tambi¨¦n les ha costado la vida de 147 de sus voluntarios. ¡°El mayor riesgo son los ataques paralelos. Bombardean una zona, y cuando vamos a rescatar a la gente vuelven a bombardearlo al cabo de 10 minutos. Rusia tambi¨¦n lo est¨¢ haciendo¡±, se?ala Raed, que acaba de aterrizar de Barcelona procedente de Turqu¨ªa para recibir en Mollerusa el premio ?nima, de la ONG local ?ngel Olaran. Durante esa misma tarde se producir¨¢n 21 ataques de la aviaci¨®n rusa sobre Alepo que causar¨¢n decenas de muertos.
Saleh entra y sale hoy de Siria clandestinamente. Los Cascos Blancos, que reciben financiaci¨®n de pa¨ªses como EEUU (al menos 23 millones de d¨®lares reconocidos), Reino Unido, Holanda o Dinamarca para pagar salarios mensuales de entre 90 y 130 euros, no est¨¢n bien vistos por el r¨¦gimen, que les impide actuar en las zonas que todav¨ªa controla. Muchos de sus miembros son antiguos militantes de la revoluci¨®n y su neutralidad ha sido cuestionada en alguna ocasi¨®n, pese a que pr¨¢cticamente tampoco pueden entrar en zonas kurdas o del ISIS. ¡°?Qu¨¦ quiere decir ser neutral? Nuestra neutralidad es prestar ayuda a todo el mundo que la necesite con independencia de d¨®nde milite o en qui¨¦n crea. No podemos ser neutrales entre el que est¨¢ castigado y el que castiga. Cuando Rusia o Ir¨¢n bombardean una zona lo decimos. Somos neutrales con las v¨ªctimas, no con los verdugos¡±.
Nuestro mayor riesgo son los ataques paralelos. Bombardean una zona y cuando vamos a rescatar a la gente vuelven a hacerlo", denuncia Saleh
Desde que Rusia ha intensificado su acci¨®n militar, se?ala Saleh, su trabajo se ha complicado much¨ªsimo. ¡°Usan armamento prohibido como bombas de racimo, armas de vibraci¨®n¡ Cometen cr¨ªmenes de guerra a diario. ?O no lo son los bombardeos a hospitales?¡±. A causa de ello, la situaci¨®n en ciudades como Alepo es extrema. ¡°Hab¨ªa 6 hospitales y han bombardeado 4. Solo quedan dos. Han muerto muchos m¨¦dicos, hay una zona bloqueada con 300.000 personas que no pueden salir ni ser auxiliados. Faltan medicamentos, personal y hospitales. Hay unas 300 personas con una necesidad urgente de ser evacuada y se est¨¢n muriendo¡±, denuncia.
Los Cascos Blancos se han convertido en un emblema de la guerra en Siria. Netflix lanz¨® hace poco un gran documental y fueron firmes candidatos al Nobel de la Paz. Pero su gesta convive con otro relato que les atribuye una desmesurada parcialidad y cierta connivencia con el yihadismo. Hace un a?o, la periodista brit¨¢nica Vanessa Beeley lanz¨® una investigaci¨®n en la que acusaba de haberse convertido en un arma de propaganda contra El Asad. Su investigaci¨®n y la de otros medios como Global Research les acusa de haber sido entrenados en Turqu¨ªa (pa¨ªs acusado de patrocinar al bando rebelde), y por su padrino James Le Mesurier, un exmilitar brit¨¢nico reconvertido a experto en seguridad. Adem¨¢s, salieron a la luz algunas im¨¢genes de cascos blancos portando armas, observando una ejecuci¨®n de soldados sirios o celebrando una matanza de partidarios de El Asad.
Rusia bombardea hospitales y utiliza armas prohibidas. ?No son eso cr¨ªmenes de guerra?"
Saleh no descarta que eso pudiera suceder, pero lo sit¨²a en el a?o 2013, antes de que se constituyera oficialmente la organizaci¨®n y de que esta contara con unos estatutos que siguen firmemente las pautas de la Convenci¨®n de Ginebra. "Eso est¨¢ montado por el r¨¦gimen y Rusia. Son escenas de 2013, antes de estar organizados. Puede que alguien lo hiciera entonces de forma individual, casos aislados, cuando cada uno todav¨ªa trabajaba a su manera. Pero yo desaf¨ªo a cualquiera a que nos atribuya algo a partir de 2015. Desde entonces, los militantes tienen que asumir unas condiciones, unas l¨ªneas rojas que consisten en ayudar a todo aquel que lo necesite. Es verdad que hay militantes que antes eran militares y ten¨ªan armamento. Pero cambiaron y es un orgullo que hayan el elegido el camino de la paz¡±. Saleh, adem¨¢s, se desmarca de esa supuesta cercan¨ªa con el yihadismo. ¡°No distinguimos entre el r¨¦gimen y el ISIS. Cualquiera que haya hecho da?o a los sirios merece ser castigado. Pero recuerde que el ISIS es el c¨¢ncer surgido por culpa del r¨¦gimen, la consecuencia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.