Donald Trump lanza su alegato final para expulsar a ¡°la clase pol¨ªtica corrupta¡±
El candidato republicano promete liquidar la reforma sanitaria de Obama, mano dura contra la inmigraci¨®n ilegal y la vuelta a Estados Unidos de los empleos industriales perdidos
Donald Trump puso este lunes el punto final a su campa?a electoral, un a?o y medio de sobresaltos e incredulidad, en una jornada fren¨¦tica, con cinco m¨ªtines en cinco estados. Por la noche, en el estado de New Hampshire lanz¨® su alegato final para llegar a la Casa Blanca: ¡°La pregunta de ma?ana es: ?qui¨¦nes quer¨¦is que gobierne Am¨¦rica, la clase pol¨ªtica corrupta o la gente?¡± As¨ª es como este millonario de 70 a?os se erige en la voz del pueblo frente al sistema, el establishment, y la quintaesencia de este: Hillary Clinton. ¡°Ella tiene muchos donantes, pero mi ¨²nico inter¨¦s sois vosotros¡±, clam¨®.
Trump apareci¨® en el escenario rodeado de sus hijos, que son los que le han seguido fieles hasta el final de la carrera, despreciado por la plana mayor de su partido, convertido en una suerte de candidato independiente bajo las siglas republicanas. La apoteosis final del Clinton fue a la misma hora, en Filadelfia, con dos presidentes en el escenario ¨CBill Clinton y Barack Obama- y con una diva como Madonna dando un concierto gratis en Nueva York como se?al de apoyo. Al neoyorquino lo arrop¨® el exalcalde neoyorquino Rudy Giuliani y una carta del jugador de f¨²tbol Tom Brady, que Trump ley¨® en voz alta.
Pero este martes, el voto de Madonna vale lo mismo que el de Debbie, una seguidora de Trump, quien aseguraba que su candidato iba ¡°a ganar y con m¨¢s diferencia de lo que se espera, va a ser una sorpresa, tiene m¨¢s apoyo del que parece¡±. ¡°Lo va a hacer bien porque no tiene aspiraciones pol¨ªticas¡±, recalc¨®.
Ser un outsider, en estas presidenciales, se ha convertido en un valor en s¨ª mismo. ¡°Mi contrato con los estadounidenses comienza con un plan para acabar con la corrupci¨®n, quiero que todo el establishment corrupto de Washington lo sepa: vamos a drenar el pantano¡±, dijo en New Hampshire en referencia al establishment pol¨ªtico de la capital del pa¨ªs, y el pabell¨®n de Manchester, la ciudad m¨¢s populosa del estado, lo core¨®: ¡°Vamos a drenar el pantano¡¡±.
New Hampshire es el lugar donde el magnate neoyorquino gan¨® por primera vez en la carrera republicana por la candidatura presidencial, la segunda parada de las primarias, el pasado febrero. En la primera, en Iowa, cay¨® derrotado de forma inesperada ante Ted Cruz y no vacil¨® en acusarle de fraude. Tampoco se ha comprometido aceptar una derrota ahora, si Hillary Clinton gana.
Ha llegado tres puntos por detr¨¢s de su rival en los sondeos a nivel nacional. Kevin, otro de sus votantes, asegura que ese margen es mayor, pero a favor del republicano, que es mucho m¨¢s querido de lo que los medios de comunicaci¨®n reflejan. ¡°Muchas mujeres van a salir a votarle¡±, asegura, pese a las pol¨¦micas que ha tenido por sus frecuentes comentarios machistas.
Trump prometi¨® a los miles de seguidores all¨ª presentes que desmantelar¨¢ el Obamacare, el sistema de seguro m¨¦dico asequible, y que ¡°reconstruir¨¢¡± el Ej¨¦rcito y aplicar¨¢ un pu?o de hierro contra la inmigraci¨®n ilegal. Cuando lleg¨® este punto del discurso, una parte del p¨²blico ya empez¨® a gritar: ¡°Construye el muro, construye el muro¡¡±, el que los separar¨¢ de M¨¦xico.
¡°Vamos a acabar con el programa de refugiados, echaremos al maldito ISIS de nuestro pa¨ªs¡±, grit¨® tambi¨¦n. Su rival, Clinton, dijo, ¡°quiere un pa¨ªs de fronteras abiertas¡±. Antes, hab¨ªa dicho de ella que era ¡°la persona m¨¢s corrupta¡± que jam¨¢s se hab¨ªa presentado candidata a la Casa Blanca.
Particip¨® en el acto junto a su n¨²mero dos, el candidato a vicepresidente, Mike Pence, al que tambi¨¦n acompa?¨® su familia. Prometi¨® que traer¨ªa de vuelta todos esos miles de empleos que se fueron a pa¨ªses de mano de obra m¨¢s barata, algo que los estadounidenses que sigue sufriendo penurias necesitan creer. ¡°Seremos un pa¨ªs rico de nuevo, seremos un pa¨ªs m¨¢s seguro¡±, dijo ya acabado su discurso, y remat¨® con un ¡°nunca os decepcionar¨¦¡±.
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