El techo de cristal sigue intacto
Hillary Clinton no ha comparecido ante los seguidores que le esperaban desde primera hora de la tarde en cuyos rostros se percib¨ªa la derrota
Hillary Clinton ha escrito la p¨¢gina m¨¢s triste de su vida este 8 de noviembre. Tanto que no fue capaz de comparecer ante los seguidores que la esperaban desde primera hora de la tarde en el centro de convenciones Jacob K. Javits. En su lugar lo hizo su jefe de campa?a, John Podesta, que en una breve alocuci¨®n dio las gracias a todos por el apoyo y el trabajo realizado. A?adi¨®, porque ten¨ªa que hacerlo, que no todos los votos estaban contados. Pero no hac¨ªa falta ese dato.
El techo de cristal segu¨ªa intacto. Sin duda, con grietas a?adidas a las que ya sufri¨® en 2008 con 18 millones de votos ganados en las primarias que perdi¨® frente a Barack Obama. Pero no se derrumb¨®.
La elecci¨®n estaba perdida. La derrota se ve¨ªa en cada rostro de cada seguidor. As¨ª acababa la que estaba llamada a ser la gran noche. La noche en la que el primer presidente negro de EE UU pasar¨ªa el bast¨®n de mando a la primera mujer. Y sin embargo, el voto hac¨ªa mandatario de la naci¨®n m¨¢s poderosa del planeta a Donald J. Trump, el hombre que queriendo hacer Am¨¦rica grande de nuevo la ha empeque?ecido.
Por ¨²ltima vez, por la megafon¨ªa se escuch¨® la que ha sido la canci¨®n-lema de la campa?a: Fight Song. Luego se produjo el silencio. S¨®lo se o¨ªan conversaciones entre los periodistas. La gente abandonaba el lugar. Desolaci¨®n. Tristeza. Incluso verg¨¹enza porque EE UU diera al mundo un presidente llamado Donald J. Trump. Silencio.
Por supuesto que pod¨ªa pasar. Cuando dos candidatos compiten uno gana y otro pierde. Pero nadie pod¨ªa creerlo. La gente evitaba mirarse a la cara. Los que lo hac¨ªan, acababan abrazados, llorando. Este es el final de una triste noche para estas gentes y para Estados Unidos. ¡°Este pa¨ªs no merece un presidente Trump¡±, acertaba a decir Ruth Weiner. No se quedaba mucho m¨¢s tiempo. No quiere hablar. Casi nadie quer¨ªa hacerlo, a pesar de que m¨¢s de 1.000 periodistas estaban lanzados a la b¨²squeda de impresiones.
¡°Qu¨¦ noche tan triste¡±, confesaba Mar¨ªa Del Amo en espa?ol. No se quedaba m¨¢s. Todos quer¨ªan salir, quer¨ªan volver a sus hogares. Quiz¨¢ con la esperanza de acostarse y que al levantarse todo hubiera sido una terrible pesadilla.
Qu¨¦ lejos quedaba de repente el inicio de la jornada. Esa que se inici¨® con energ¨ªa, con ilusi¨®n y con la necesidad de parar a Donald Trump. Pero a medida que fueron cayendo datos, la incredulidad empez¨® a dejar paso al temor a perder, al miedo.
¡°Es una luchadora, lo ha sido siempre¡±, dice cabizbaja Irene Loundon. ¡°Creo que hemos sido tan necios como para pensar que al final ganar¨ªa el sentido com¨²n¡±. ?C¨®mo ser¨ªa ese discurso? El discurso de una mujer que sabe que su tiempo ya ha pasado definitivamente. Tiene 69 a?os. Dos veces lo ha intentando y las dos veces se ha quedado en el camino.
Si Hillary hubiera ganado, no hubiera quedado probablemente un ojo seco por la alegr¨ªa. No era perdedora todav¨ªa al cierre de esta edici¨®n, pero ya rodaban las l¨¢grimas.
Qu¨¦ lejos quedaban las palabras de Irina Salomon, 20, que lloraba de emoci¨®n a primera hora de la tarde incluso antes de haber entrado al lugar en el que se consumar¨ªa con un discurso la victoria de Clinton. Salomon votaba por primera vez y no pod¨ªa contener la emoci¨®n de que lo hab¨ªa hecho con la posibilidad de que una mujer fuera la ganadora. Contaba Salomon, que su madre hab¨ªa querido ir durante la ma?ana a la tumba de Susan Anthony, pionera activista que luch¨® por el derecho al sufragio de las mujeres en el siglo XIX. ¡°Finalmente no pudo salir antes del trabajo y desgraciadamente tampoco puede estar ahora aqu¨ª¡±. ¡°Yo estoy por ambas¡±, declaraba todav¨ªa emocionada la joven.
Donde quiera que hubiera estado sentada Salomon, sentir¨ªa la traici¨®n que esta noche han sufrido su madre, su abuela¡. y tantas otras. Para todas ellas, el techo sigue intacto.
Presidentas y primeras ministras en el poder
El mapa superior presenta los pa¨ªses en los que hay o ha habido una jefa de Estado o de Gobierno. Se ha seleccionado a las pol¨ªticas que fueron elegidas por sufragio democr¨¢tico o en elecci¨®n parlamentaria y no se han tenido en cuenta las monarcas, las mujeres que ocuparon el cargo de manera interina o en contextos claramente no democr¨¢ticos. Pulsando sobre el pa¨ªs puede consultar el nombre y el periodo en el poder de cada pol¨ªtica.
En la actualidad, 11 mujeres ostentan el cargo de presidenta, en Chile, Corea del Sur (*), Croacia, Estonia, Islas Marshall, Liberia, Lituania, Malta, Mauricio, Nepal y Taiw¨¢n. En el caso de San Marino, una mujer ocupa la funci¨®n de capitana regente, una especie de copresidencia dentro del peculiar sistema institucional de la peque?a rep¨²blica europea. La m¨¢s veterana es Ellen Johnson Sirleaf, la presidenta de Liberia, que lleg¨® al poder en 2006. Estonia cuenta con la m¨¢s reciente en el cargo, Kersti Kaljulaid, investida el pasado mes de octubre.
Otras seis mujeres ejercen como primeras ministras hoy, en Alemania, Bangladesh, Namibia, Noruega, Polonia y Reino Unido. De ellas, la que m¨¢s tiempo lleva en el poder es Angela Merkel, desde noviembre de 2005, y la m¨¢s reciente es Theresa May, primera ministra brit¨¢nica desde el pasado mes de julio.
(*) El mapa superior ha sido actualizado con posterioridad a la publicaci¨®n de la noticia. La presidenta de Corea del Sur,?Park Geun-hye, fue destituida de su cargo en diciembre de 2016.
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